P: ¿Cómo elijo la película ideal para mi vuelo?
R: No puedo darte la respuesta a esa pregunta a menos que esté sentada a tu lado en el avión. Pero hay algunos principios que debes tener en cuenta antes de tu próximo vuelo —pautas que van más allá de la duración de tu viaje— y tienen mucho que ver con lo aventurero que seas.
Ve cuáles son tus opciones de inmediato.
En primer lugar, tengo algunos consejos de mi pareja, un intrépido cinéfilo de avión. En cuanto te sientes, empieza de inmediato a ver cuáles son las opciones. Cuando veas un título que te parezca interesante, búscalo en Metacritic y revisa qué calificación tiene. Eso te dará una idea de lo que se ha dicho de la película.
No es necesario que elijas una película con una puntuación alta de los críticos. A veces solo quieres ver el tipo de película que nunca obtendrá elogios de la crítica. A veces eso es lo que yo también quiero ver. Pero, si te armas con opciones antes del despegue, probablemente encontrarás algo que se adapte a tu estado de ánimo.
Considera el contexto.
Tal vez te estés embarcando en una aventura que esperabas desde hace mucho en un lugar nuevo. Es muy probable que tu aerolínea disponga de una selección de películas producidas en tu destino, y este es un gran momento para empezar a empaparte de su cultura. En un vuelo operado por Icelandair hace años, exploré una selección de programas de TV y películas de Islandia. Todas eran preciosas, fascinantes y muy islandesas. Al parecer, en muchas aparecían ovejas.
¿Quizá no quieres que la aventura inicie antes del aterrizaje porque te pones nervioso en el vuelo? Entonces, por el amor de Dios, no veas “Náufrago” ni “Vuelo nocturno”. Opta por la familiaridad: una comedia que no esté ambientada en las nubes debería bastar, de preferencia, una tonta (no vayas a ver “¿Y dónde está el piloto?”).
Pero, si no quieres ser el tipo del asiento 34B que se ríe sin control en mitad de la noche, mejor evita las comedias. Y no olvides que hay pruebas de que lloramos más fácilmente con las películas cuando volamos. Esa es una gran noticia si necesitas una buena sesión de llanto, pero ten cuidado.
Para algunas personas, volar es una oportunidad de ponerse al día con todas las películas recientes que no han visto. Y, con el tiempo, me he dado cuenta de que es un entorno extrañamente bueno para ver todos los dramas tranquilos y el cine de arte que llevas un tiempo queriendo ver.
Tal vez se deba a que, en algunos aspectos, ver una película en un avión no es muy distinto de ir al cine. Por supuesto, puedes detener la película cuando quieres, hay mucho ruido de fondo y puede que te interrumpan los anuncios del capitán. Además, la mayoría de la gente no experimenta turbulencias en una sala de cine (excepto en 4DX, supongo).
Pero hay una cualidad particular de ver las películas en salas de cine que puede faltar en la manera de ver películas en la actualidad. Cuando pones una película en casa, el potencial de distracción es alto. Suena el timbre, el perro ladra, el lavavajillas se enciende y se apaga, tu teléfono está ahí pidiendo atención.
Sin embargo, en un avión el perro, el timbre y el lavavajillas se quedan en tierra firme. Tu teléfono está contigo, pero, en el mejor de los casos, está funcionando con el wifi del avión, que es tan poco fiable y caro que casi ni vale la pena molestarse en usarlo. Sí, la pantalla es diminuta —me da cosa cuando la gente me dice que vio “Duna” en un vuelo—, pero está a centímetros de tu nariz, y un par de audífonos decentes te proporcionarán una experiencia cinematográfica sorprendentemente buena.
Esa es probablemente la razón por la que el contenido que descargas con antelación en tu dispositivo móvil también se ve diferente en un avión. Las distracciones son limitadas y prácticamente estás atrapado en tu asiento. Es un buen momento para maratonear programas de tele, por supuesto, pero también es ideal para probar suerte con películas de las que has oído hablar, pero que aún no has visto. Es difícil recrear esas circunstancias al ver películas en tierra firme. Aprovéchalas.
(Claro está que lo complicado del entretenimiento a bordo es que todo el mundo puede ver lo que estás viendo. Quizá sea mejor ver películas especialmente sangrientas o eróticas cuando no estés en el avión).
Embárcate en una aventura.
Tengo que confesar algo: rara vez veo películas en los aviones. A menudo ya he visto todo o estoy en un vuelo nocturno y necesito dormir o debo entregar pronto algo del trabajo o tengo un buen libro a la mano.
Pero cuando llego a encender la pantalla y elijo una película, con frecuencia me fascina lo que encuentro. Algunas de las mejores películas del año —ganadoras de festivales, historias matizadas e interesantes, películas independientes que tal vez no hayan llegado a tu cine local— aparecen en los sistemas de entretenimiento de los aviones.
Por eso, al fin y al cabo, creo que los aviones son lugares estupendos para desafiar los algoritmos y dejarte llevar un poco por la casualidad, para explorar un poco. Después de todo, estás viviendo una aventura. Ya podrás repetir episodios de “The Office” cuando vuelvas a casa. ¿Por qué no dar rienda suelta al espíritu aventurero un poco más?
*Alissa Wilkinson ©The New York Times