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El estado de Jason Peña, de 14 años, es crítico. En el ataque murieron su padre y su tío, ambos ciudadanos estadounidenses, y un familiar mexicano.
Un adolescente estadounidense luchaba por su vida tras recibir un disparo en la cabeza en una emboscada nocturna a un coche en el norte de México en la que murieron su padre y su tío, ambos ciudadanos estadounidenses, y un familiar mexicano, dijo el miércoles una portavoz de la familia.
El adolescente, Jason Peña, de Chicago, recibió un disparo en la parte de atrás de la cabeza y permanece en estado crítico, dijo una portavoz de la familia, Julie Contreras, pastora y directora de United Giving Hope, un grupo de defensa con sede en Chicago, en una entrevista telefónica desde Illinois.
Cuando la policía encontró a Jason horas después del ataque del 27 de diciembre en la ciudad de Durango, dijo, estaba fuera del vehículo con una herida de bala en la cabeza, pero "su corazón seguía latiendo".
"Tenemos un luchador entre manos", dijo.
El adolescente, que cumplió 14 años el lunes, estaba siendo trasladado por aire el miércoles a Texas desde Durango, que está a unos 965 kilómetros al sur de El Paso, Texas. Lo acompañaba su madre, una enfermera que había volado desde la zona de Chicago, dijo Contreras.
Un portavoz de la embajada de EE. UU. confirmó el miércoles la muerte de dos ciudadanos estadounidenses en el municipio de Santiago Papasquiaro, donde ocurrió el ataque. Dijo en un comunicado que los funcionarios estaban "al tanto de los informes sobre la lesión de un menor" y que la embajada estaba ayudando a las familias de las víctimas. Las autoridades mexicanas estaban investigando el ataque, dijo el portavoz.
Un portavoz de la fiscalía de Durango dijo que se estaba investigando el episodio, pero que no podía ofrecer más información.
Los asesinatos se producen en medio de una serie de ataques recientes contra estadounidenses en México.
Hace solo unas semanas, una pareja de visitantes de California fue asesinada en el estado de Michoacán, donde grupos criminales se han enfrentado por dominar la economía local y las rutas del narcotráfico. Los agentes de seguridad encontraron a la pareja desangrándose en un coche acribillado.
En mayo, los cadáveres de un estadounidense y dos hermanos australianos fueron hallados en un pozo de agua tras desaparecer durante un viaje de surf y acampada en el estado de Baja California.
Y en marzo de 2023, dos estadounidenses que habían cruzado la frontera en un grupo de cuatro amigos fueron secuestrados y asesinados por hombres con armas en la peligrosa ciudad fronteriza de Matamoros, en el estado de Tamaulipas.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha prometido hacer frente a la violencia que asola el país, y el mes pasado aseguró que reduciría los índices de delincuencia.
El estado de Durango, fronterizo con el de Sinaloa, se encuentra bajo una advertencia de viaje de nivel 2 del Departamento de Estado de EE. UU., lo que significa que se insta a los viajeros estadounidenses a extremar la precaución en la zona debido a la amenaza de la delincuencia. Durango ha experimentado recientemente un aumento de la violencia que se cree está relacionada con el cártel de Sinaloa, lo que incluye al municipio de Santiago Papasquiaro.
Los asesinatos en Durango ocurrieron durante un viaje familiar de vacaciones. El padre de Jason, Vicente Peña Jr., quien según la portavoz de la familia está divorciado de la madre de Jason, había conducido de Chicago a Durango con sus dos hijos, Jason y su hermano de 9 años, para visitar a unos parientes en México. No se dio el nombre del menor.
Cuatro personas --el padre de Jason; su tío, Antonio Fernández, y otro pariente, Jorge Eduardo Vargas Aguirre, de nacionalidad mexicana-- salieron de la casa donde se alojaban hacia las 9:00 p. m. del viernes para comprar comida y bebidas, dijo Contreras.
Cuando no regresaron, el hermano menor de Jason, que se había quedado con su abuelo, se preocupó y envió un mensaje de texto a Jason, dijo, pero no recibió respuesta. Su abuelo llamó entonces a las autoridades locales.
Hacia las 11:00 p. m., las autoridades encontraron el vehículo de la familia, una camioneta con placas de Illinois, junto a la carretera, con los cadáveres de los tres hombres en su interior; todos habían recibido varios disparos, dijo Contreras. Vicente Peña Jr. había recibido un disparo en la cara y estaba "irreconocible", dijo. Su hermano, Fernández, también había recibido un disparo en la cabeza, dijo, y Vargas había muerto por heridas de bala en el cuerpo.
"Les tendieron una emboscada; los ejecutaron", dijo Contreras. Dijo que no se llevaron el coche de la familia.
Contreras dijo que había estado en comunicación con el Departamento de Estado de EE. UU. y que las autoridades mexicanas no habían ofrecido ninguna causa. Pero dijo que, según los habitantes de la zona, la gente evitaba conducir por la autopista al anochecer porque estaba bajo el control de un cártel.
"No se puede circular por la carretera sin permiso", dijo Contreras. "Los cárteles no permitían circular por la carretera después de la hora del toque de queda". La información no pudo confirmarse de forma independiente.
Jason fue trasladado inicialmente a una clínica local y después a un hospital público de la ciudad de Durango, dijo Conteras. Pero el hospital no estaba equipado para evaluar o tratar lesiones graves como las de Jason, dijo; tenía la mitad de la cabeza destrozada.
La madre de los niños había organizado el traslado de Jason al Texas Children's Hospital de Houston, dijo Conteras. (La madre había pedido que no se revelara su nombre mientras estuviera en México, por temor a que la familia pudiera ser objeto de ataques, según Conteras). Estaba previsto que el avión despegara el miércoles por la tarde.
"Su madre está lista para traerlo a casa, y por casa me refiero a suelo estadounidense", dijo Conteras, y añadió: "Esto ha sido una auténtica pesadilla para ella".
Emiliano Rodríguez Mega colaboró con reportería desde Ciudad de México.
Annie Correal reporta desde Estados Unidos y América Latina para el Times. Más de Annie Correal
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