BOULDER, Colorado - En Colorado, donde comenzó el experimento de Estados Unidos con la marihuana recreativa legal hace poco más de una década, un equipo de científicos federales les paga a consumidores habituales de cannabis para que consuman el estupefaciente.
Esta línea de investigación poco convencional, que incluye furgonetas equipadas con tapices jipis y un elegante simulador de manejo, pretende abordar lo que los expertos en seguridad vial consideran un grave punto ciego a medida que crece el consumo de marihuana a escala nacional.
Las autoridades carecen de herramientas para detectar la conducción bajo los efectos del cannabis con la misma confiabilidad con la que se puede identificar a las personas que conducen en estado de ebriedad.
Son pocos los estados que analizan sistemáticamente la sangre de los conductores implicados en accidentes graves para detectar la presencia de marihuana, por lo que se sabe poco sobre cómo afecta el consumo de cannabis a la seguridad vial. Por lo general, los agentes de policía necesitan una orden judicial para obligar a un conductor sospechoso de manejar bajo los efectos de alguna sustancia a proporcionar una muestra de sangre.
Incluso cuando se analizan muestras de sangre, las pruebas no pueden establecer con certeza si una persona consumió marihuana por última vez horas antes del accidente o varios días antes, lo que hace que las pruebas sean un indicador impreciso de la incapacidad para conducir.
Para complicar las cosas, las leyes estatales sobre la conducción bajo los efectos del cannabis son incoherentes y confusas, lo que ha dificultado su aplicación por parte de la policía y su comprensión por parte de los automovilistas.
"Digamos que vamos actuando sobre la marcha en lo que respecta a la liberalización del cannabis", afirmó Jake Nelson, director de defensa de la seguridad vial e investigación de la AAA, el grupo de conductores de automóviles, que se opone a la legalización del cannabis recreativo. "La salud y la seguridad públicas han sido más bien una cuestión secundaria".
Los datos nacionales sobre los efectos del consumo de marihuana en la seguridad vial son escasos, pero los estudios han demostrado que el cannabis puede afectar la capacidad del conductor para responder rápidamente a un obstáculo y juzgar la distancia con precisión.
En Colorado, los científicos federales están llevando a cabo un par de estudios que esperan ayuden a los encargados de desarrollar las políticas públicas a elaborar normas sensatas y aplicables. Para empezar, los científicos están trabajando en el diseño de analizadores del aliento portátiles que se aproximen más a la determinación de la fecha de consumo de marihuana de un conductor.
Por otra parte, mediante la observación de decenas de conductores que han consumido marihuana ante un simulador de manejo, esperan comprender más claramente cómo, y a qué niveles, el cannabis deteriora las habilidades motoras y los reflejos de los consumidores habituales y ocasionales.
"Los encargados de desarrollar políticas públicas necesitan datos en los que basar sus políticas", comentó Tara M. Lovestead, ingeniera química del Instituto Nacional de Normas y Tecnología, la agencia federal que supervisa los estudios. "Y los datos son insuficientes".
En las últimas décadas, la marihuana se hizo mucho más accesible, ya que 39 estados aprobaron su uso médico y 24 estados legalizaron su consumo recreativo. Alrededor del 15 por ciento de los adultos estadounidenses declararon que fuman marihuana, según una encuesta de Gallup de 2023 y 2024, en comparación con el 7 por ciento de las personas en 2013.
Y un número considerable de estadounidenses reconoce que conduce después de consumir marihuana. Se calcula que 14,8 millones de automovilistas afirmaron haber conducido un vehículo en la hora siguiente al consumo de marihuana, según una encuesta de la AAA de 2019. El año pasado, una encuesta que la agencia de control del cannabis de Virginia realizó determinó que el 22 por ciento de los conductores de ese estado admitían haber conducido intoxicados unas cuantas veces al año o más.
Los legisladores de al menos 10 estados prohibieron conducir con cualquier nivel de tetrahidrocannabinol (THC), el componente intoxicante del cannabis, en el organismo del conductor. Los legisladores de otros estados, como Montana, Illinois, Ohio, Washington y Nevada aprobaron leyes sobre la conducción bajo los efectos de la marihuana que siguen el modelo de las leyes sobre la conducción bajo los efectos del alcohol, en las que la norma nacional especifica un límite de 0,08 de concentración de alcohol en sangre. Esos estados han adoptado una serie de límites de este tipo, medidos en función de la cantidad de THC en la sangre de una persona.
Pero los expertos afirman que la estrategia utilizada con la conducción bajo los efectos del alcohol no se puede aplicar con facilidad a la marihuana.
No hay consenso sobre qué nivel de consumo de cannabis puede ser seguro para conducir. Esto se debe en parte a que, a diferencia del alcohol, que perjudica a las personas de forma predecible y bien documentada, los efectos del cannabis varían mucho en función de si se fuma, se ingiere o se bebe.
Las personas que fuman sienten el efecto de la marihuana en cuestión de minutos, pero los efectos desaparecen con bastante rapidez. El efecto de los comestibles suele percibirse al cabo de una hora más o menos y tienden a inducir estados alterados que duran más tiempo. Para complicar las cosas, los expertos afirman que las personas que consumen cannabis tienden a generar resistencia a sus efectos con el tiempo.
Colorado y Washington, que se convirtieron en los primeros estados en legalizar la marihuana recreativa hace aproximadamente una década, han tomado medidas para estudiar el cannabis y la seguridad vial, aunque las estadísticas recientes de esos estados no muestran ninguna tendencia consistente.
Ambos estados registraron un aumento del número de accidentes mortales entre 2018 y 2022 en los que la sangre del conductor contenía marihuana, pero las autoridades afirman que no pueden estar seguras de cuántos de los motoristas estaban afectados en el momento del accidente porque, con frecuencia, el THC puede detectarse en la sangre mucho después de que desaparezcan los efectos psicoactivos.
Pam Fischer, funcionaria de la Asociación de Gobernadores para la Seguridad en las Carreteras (GHSA, por su sigla en inglés), una organización sin fines de lucro que representa a las agencias estatales de seguridad en las carreteras, dijo que muchos estados han hecho relativamente poco para estudiar y mitigar las implicaciones para la seguridad vial que conlleva la legalización de la marihuana.
"Se hizo mucho hincapié en los ingresos fiscales que el estado tendría ", dijo Fischer, exdirectora de la División de Seguridad de Tráfico y Carreteras de Nueva Jersey. "Pero tenemos que pensar en el daño social que puede producirse si no somos cuidadosos ni nos mantenemos atentos".
Mary Kazmark, cuya hija, Krystal, murió en un accidente en California en 2020, dijo que no tenía opiniones firmes sobre la legalización de la marihuana hasta el accidente. El novio de su hija, Joshua Daugherty, quien conducía, dijo a los investigadores que había fumado marihuana unas ocho horas antes del accidente, según un informe del accidente de la Patrulla de Caminos de California. Daugherty dijo a los agentes que había perdido el control del coche al intentar esquivar a un animal en la carretera y afirmó que su consumo frecuente de marihuana no le impedía conducir, según el informe.
Kazmark dijo que se sintió decepcionada y sorprendida cuando Daugherty fue acusado de homicidio involuntario sin negligencia grave, un delito menor. California es uno de los estados que prohíben la conducción bajo los efectos del alcohol, pero no han establecido un límite específico sobre el consumo de cannabis y la conducción.
Kazmark dijo sentirse profundamente frustrada por el hecho de que el conductor solo pasara unos meses tras las rejas luego de declararse culpable de cometer un delito menor.
"Solo quiero que encuentren un modo de medir la intoxicación y que la gente asuma su responsabilidad", dijo. "Si lo hicieran, más personas lo pensarían dos veces antes de encender un cigarro de marihuana".
Greg Hayes, fiscal de Sacramento, California, dijo que las acusaciones en contra de conductores que han consumido cannabis son poco frecuentes porque los investigadores carecen de herramientas para demostrar que los conductores no estaban en condiciones para manejar. Agregó que otro problema es la percepción generalizada de las personas que consumen marihuana de que pueden conducir con seguridad después de su consumo, una afirmación que los funcionarios federales de seguridad refutan rotundamente.
"Puedes percibir que los miembros del jurado en el tribunal huelen a marihuana", comentó Hayes. "Así que compareces ante un jurado, cuyos miembros, esa misma mañana, cuando vinieron a hacer la selección del jurado, fumaron marihuana y llegaron en auto" .Ashley Brooks-Russell, profesora de Salud Pública de la Universidad de Colorado que dirige el estudio del simulador de manejo financiado con fondos federales, afirmó que el alcohol y el cannabis alteran el desempeño al conducir de formas distintas. Los conductores ebrios tienden a conducir con exceso de velocidad, a no guardar la debida distancia de los vehículos que circulan delante de ellos y a actuar de forma más agresiva que las personas sobrias. En cambio, los conductores que han consumido cannabis tienden a reducir la velocidad, dijo.
Brooks-Russell señaló que las políticas públicas en relación con el cannabis y la conducción no deberían seguir el modelo de las leyes sobre la conducción bajo los efectos del alcohol.
"Creo que existe el deseo de que sea como el alcohol", manifestó. "Pero no lo es".
Una persona que la policía sospechaba que conducía bajo los efectos del alcohol fue sometida a una prueba de alcoholemia en una carretera. La persona pasó la prueba y no se presentaron cargos en su contra. (Jenn Ackerman/The New York Times)
Investigadores de la Universidad de Colorado utilizan un simulador para estudiar cómo afecta fumar cannabis la capacidad de una persona para conducir. Uno de los objetivos del estudio es determinar si los consumidores frecuentes de marihuana están menos incapacitados que los consumidores ocasionales cuando están al volante. (Joanna Kulesza/ The New York Times)