Global WarmingGreenhouse Gas EmissionsHazardous and Toxic SubstancesPFAS (Per- and Polyfluoroalkyl Substances)Sewers and SewageRegulation and Deregulation of IndustryFertilizerEnvironmentAgriculture and Farming3M CompanyEnvironmental Protection Agency
A principios de 2000, los científicos de 3M, el gigante de la industria química, hicieron un descubrimiento inquietante: en las aguas residuales de Estados Unidos estaban apareciendo altos niveles de PFAS, las "sustancias químicas eternas" prácticamente indestructibles que se utilizan en sartenes antiadherentes, alfombras resistentes a las manchas y muchos otros productos.
Los investigadores estaban preocupados. Los datos sugerían que las sustancias químicas tóxicas, fabricadas por 3M, se estaban volviendo rápidamente omnipresentes en el medioambiente. Las investigaciones de la empresa ya habían vinculado la exposición a defectos congénitos, cáncer y otras enfermedades.
Esas aguas residuales se estaban utilizando como abono en tierras de cultivo de todo el país, una práctica fomentada por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por su sigla en inglés). La presencia de PFAS en las aguas residuales significaba que esas sustancias químicas se estaban esparciendo sin saberlo por los campos de todo el país.
3M no publicó la investigación, pero la empresa compartió sus conclusiones con la EPA en una reunión de 2003, según documentos de 3M revisados por The New York Times. No se ha reportado anteriormente sobre la investigación ni tampoco que la EPA tuviera conocimiento de ella.
En la actualidad, la EPA sigue promoviendo los lodos de aguas residuales como fertilizantes y no exige que se realicen pruebas para detectar PFAS, a pesar de que denunciantes, académicos, funcionarios estatales y estudios internos de la agencia a lo largo de los años también han planteado preocupaciones en torno a la contaminación.
"Se trata de mezclas muy complejas de sustancias químicas", dijo David Lewis, exmicrobiólogo de la EPA, quien a finales de la década de 1990 advirtió de los riesgos de esparcir los lodos residuales en las tierras de cultivo. El suelo "queda contaminado de forma permanente", dijo en una entrevista reciente desde su casa de Georgia.
Las preocupaciones planteadas por Lewis y otros fueron desatendidas en su momento.
El país está empezando a darse cuenta de las consecuencias. Se han detectado PFAS, la sigla de las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas, en los lodos de aguas residuales, en las tierras tratadas con fertilizantes de lodos residuales de todo el país, y en la leche y los cultivos producidos en suelos contaminados. Solo un estado, Maine, ha empezado a realizar pruebas sistemáticas en sus granjas para detectar PFAS. Maine también ha prohibido el uso de lodos residuales en sus campos.
En un comunicado, 3M dijo que el estudio sobre aguas residuales se había compartido con la EPA y, por tanto, estaba a disposición de quien lo buscara en los archivos de la agencia. La agencia había solicitado la investigación de 3M sobre las sustancias químicas como parte de una investigación realizada a principios de la década de 2000 sobre los efectos de estas en la salud.
3M también dijo que había invertido en "tecnologías punteras de tratamiento del agua" en sus fábricas. La empresa está en vías de poner fin a la fabricación de PFAS en todo el mundo para finales de 2025, indicó.
La EPA no respondió a preguntas detalladas para este artículo, ni siquiera sobre la investigación de 3M. Dijo en un comunicado anterior que "reconoce que los biosólidos pueden contener a veces PFAS y otros contaminantes" y que estaba trabajando con otros organismos para "comprender mejor el alcance de las granjas que pueden haber aplicado biosólidos contaminados" y para "apoyar a los agricultores y proteger el suministro de alimentos."
La contaminación de las tierras agrícolas se ha convertido en un polémico asunto medioambiental tanto en los estados gobernados por republicanos como en los liderados por demócratas.
En Oklahoma, los votantes republicanos despidieron por las urnas a un veterano titular de la Cámara de Representantes del estado en unas primarias de agosto, después de que el legislador atrajera críticas por el uso de fertilizantes de lodos de aguas residuales en sus campos. El vencedor, Jim Shaw, dijo que pensaba presentar una ley para prohibir los fertilizantes de lodos residuales en todo el estado.
"Hay otras formas de eliminar el exceso de residuos de las ciudades", dijo Shaw en un correo electrónico. "Contaminar nuestras tierras de cultivo, ganado, alimentos y fuentes de agua no es una opción y tiene que acabar".
Este año, la EPA designó dos tipos de PFAS como sustancias peligrosas en virtud de la ley del Superfondo, y ordenó que las empresas de suministro de agua redujeran los niveles en el agua potable casi a cero, adicionalmente dijo que no existe un nivel seguro de exposición a los PFAS. También designó los PFAS como "un problema urgente para la salud pública y el medioambiente" en 2021, y ha indicado que emitiría un informe sobre los riesgos de la contaminación por PFAS en el fertilizante de lodos residuales a finales de año.
The New York Times encontró la investigación de 3M realizada hace décadas y el registro de la interacción de la empresa con la EPA en un paquete de decenas de miles de páginas de documentos internos que la empresa hizo públicos como parte de los acuerdos alcanzados a principios de la década de 2000 entre el gobierno federal y 3M sobre los riesgos para la salud de las sustancias químicas.
La reutilización de residuos humanos para fertilizar tierras de cultivo, una práctica que se remonta a siglos atrás, evita que los residuos requieran otras formas de eliminación, como la incineración o el uso de vertederos, que tienen sus propios riesgos medioambientales.
Pero el problema, según los expertos, es que las aguas residuales contienen hoy una gran cantidad de sustancias químicas, incluidas las PFAS, generadas por empresas, fábricas y hogares. El gobierno federal regula ciertos metales pesados y patógenos en los lodos residuales que se reutilizan como fertilizantes; no tiene límites para los PFAS.
"Con los altos niveles de contaminantes que vemos en los lodos residuales, hay evidencias absolutamente suficientes para que la EPA los regule", dijo Arjun K. Venkatesan, director del Laboratorio de Investigación de Contaminantes Emergentes del Instituto de Tecnología de Nueva Jersey.
'Es insidioso'
El cambio de siglo fue una época turbulenta para 3M. Tras décadas ocultando los peligros de los PFAS --una historia esbozada en demandas judiciales y estudios revisados por expertos y basados en documentos industriales anteriormente secretos--, en 1998 la empresa alertó a la EPA sobre los peligros potenciales.
La compañía ya había detectado altos niveles de PFAS en la sangre de sus empleados y estaba empezando a detectar las sustancias químicas en la población en general. También llevaba tiempo rastreando PFAS en las aguas residuales de sus fábricas.
Entonces, en un estudio de 2000, los investigadores de 3M observaron algo alarmante. Mientras realizaban pruebas de PFAS en ciudades "sin uso industrial significativo conocido" de las sustancias químicas, como Cleveland, Tennessee, y Port St. Lucie, Florida, hallaron concentraciones sorprendentemente altas en los lodos de aguas residuales.
A los investigadores les rondaba por la cabeza una pregunta: si no había fabricantes de PFAS en el área, ¿de dónde procedían las sustancias químicas?
Había pistas en otras investigaciones de 3M. La empresa había estado estudiando cómo las alfombras tratadas con PFAS podían liberar las sustancias químicas durante el lavado. Y también estaban analizando cómo los PFAS podían filtrarse de los envases de alimentos y otros productos.
En una entrevista, Kris Hansen, exquímica de 3M que participó en la investigación, dijo que la presencia en los lodos residuales "significaba que esta contaminación se producía probablemente en cualquier ciudad" que utilizara productos de 3M.
Además, el estudio demostró que los PFAS no se descomponían en las plantas de tratamiento de aguas residuales. "Acababan en los lodos residuales, que se convertían en biosólidos y se mezclaban con el suelo", dijo Hansen. "Desde allí puede llegar a las aguas subterráneas y volver a las personas. Es insidioso".
En septiembre de 2003, funcionarios de 3M se reunieron con la EPA para hablar del estudio de la empresa sobre la contaminación por lodos residuales y otras investigaciones, según los registros internos. Al final de la reunión, la EPA solicitó "información de contexto adicional que respaldara estos datos de seguimiento", según muestran los archivos.
En la actualidad, los lodos de aguas residuales se han vertido en millones de hectáreas de todo Estados Unidos. Es difícil saber exactamente cuánto, y los datos de la EPA son incompletos. La industria de los fertilizantes afirma que en 2018 se utilizaron más de 2 millones de toneladas secas en 1,86 millones de hectáreas de tierras de cultivo. Y calcula que los agricultores han obtenido permisos para utilizar lodos de aguas residuales en casi 28 millones de hectáreas, o alrededor de una quinta parte de todas las tierras agrícolas de EEUU.
"Si de verdad quisiéramos resolver este problema porque creemos que redunda en interés de la salud pública, tendríamos que compartir ampliamente esos datos", dijo Hansen, quien se ha convertido en denunciante contra 3M. "Pero mi recuerdo es que la empresa estaba como atrapada en el: 'Dios mío, ¿qué hacemos con esto?'".
Una advertencia temprana sin atender
A finales de la década de 1990, Lewis era una estrella ascendente como microbiólogo de la EPA. Descubrió cómo los equipos dentales podían albergar el VIH, lo que le valió el reconocimiento de la comunidad científica.
Luego enfocó su atención en los lodos de aguas residuales.
La EPA estaba animando a los agricultores a utilizar los lodos residuales como fertilizante. Al fin y al cabo, los seres humanos habían utilizado los residuos para fertilizar la tierra durante milenios. Pero, como Lewis señaló con su investigación, lo más probable era que las aguas residuales modernas contuvieran un montón de sustancias químicas, entre ellas PFAS, que las convertían en un fertilizante muy peligroso.
Recabó y examinó muestras de aguas residuales. Investigó enfermedades y muertes que decía que podían estar relacionadas con los lodos residuales. Empezó a presentar sus conclusiones en conferencias científicas.
"Las posibilidades de que se produzcan efectos adversos graves por una mezcla compleja e impredecible de decenas de miles de contaminantes químicos es prácticamente una certeza", dijo entonces. Su investigación llevó a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades a publicar directrices para proteger a los trabajadores que manipulan lodos de aguas residuales procesados.
La EPA eliminó su puesto en 2003.
En aquel momento él era una voz destacada en el tema, pero no la única.
Rolf Halden, profesor de la Escuela de Ingeniería Sostenible de la Universidad Estatal de Arizona y uno de los primeros investigadores de la contaminación de los biosólidos, se reunió con funcionarios de la EPA al menos nueve veces desde 2005 para advertir sobre su propia investigación, según sus registros.
"La historia de los biosólidos es que se trata de residuos tóxicos", dijo. Durante décadas, señaló, los lodos residuales de la ciudad de Nueva York "se cargaban en trenes y se enviaban a los rincones más recónditos del país", dijo. Los agricultores a menudo recibían los lodos residuales sin saber de su posible contaminación.
En 2006, un contratista de la EPA le ofreció muestras de lodos de aguas residuales municipales sobrantes de pruebas anteriores de la agencia. La EPA había estado a punto de descartarlas.
Esas muestras dieron lugar a un estudio que confirmó niveles elevados de PFAS en los lodos residuales de todo Estados Unidos. (Las primeras investigaciones sobre muestras de aguas residuales condujeron finalmente a las pruebas de aguas residuales que han ayudado a los investigadores a rastrear el virus que causa la covid).
Otro investigador, Christopher Higgins, estaba iniciando su carrera académica a principios de la década de 2000 cuando empezó a estudiar los lodos residuales. Según dijo, presentó su trabajo a los funcionarios de la EPA y se quedó con la impresión de que no era una prioridad. "Me sorprendió mucho la poca gente que trabajaba para la EPA en este tema", dijo Higgins, quien ahora es profesor de la Escuela de Minas de Colorado.
Betsy Southerland, ex directora de ciencia y tecnología de la Oficina del Agua de la EPA, que supervisa los biosólidos, dijo que el programa se había visto perjudicado por la escasez de personal, así como por un arduo proceso para establecer nuevas restricciones. La actuación ha sido lenta, dijo, a pesar de que los estudios de la EPA sobre los lodos habían mostrado "todo tipo de contaminantes: retardantes de llama, productos farmacéuticos, esteroides, hormonas", dijo. "Es la historia más horrible", dijo.
Los investigadores de la EPA descubrieron más tarde niveles elevados de PFAS en el fertilizante de lodos residuales. En su estudio más reciente sobre biosólidos, la agencia descubrió 23 contaminantes que sus científicos identificaron como PFAS.
Un informe de 2018 del inspector de la EPA acusaba a la agencia de no regular adecuadamente los biosólidos, afirmando que había "reducido el personal y los recursos en el programa de biosólidos a lo largo del tiempo, creando barreras".
El gobierno de Joe Biden ha dicho que publicaría una evaluación de riesgos de los PFAS en los biosólidos a finales de 2024. Ese sería un primer paso para establecer límites a los PFAS en los lodos de aguas residuales utilizados como fertilizantes.
Hay otra solución, según los expertos. Según la Ley de Agua Limpia, las depuradoras de aguas residuales tienen autoridad legal para limitar la contaminación por PFAS de las fábricas locales. Es lo que se conoce como "programa de pretratamiento" de la Ley de Agua Limpia, que impide que las sustancias químicas lleguen a las aguas residuales en primer lugar.
En los dos últimos años, dos ciudades --Burlington, Carolina del Norte, y Calhoun, Georgia-- han ordenado a las industrias que limpien los efluentes que envían a las depuradoras de aguas residuales. En un caso, un fabricante textil decidió dejar de utilizar PFAS por completo.
Estas medidas se produjeron después de que un grupo ecologista local demandara a las ciudades. "La industria es la más indicada para controlar su propia contaminación, en lugar de tratar a las depuradoras como vertederos industriales tóxicos", dijo Kelly Moser, abogada del Southern Environmental Law Center, que presentó las demandas.
La Asociación Nacional de Agencias de Agua Limpia, que representa a las plantas de tratamiento de aguas residuales, dijo que más de 1600 empresas de servicios públicos ya disponían de programas de pretratamiento, aunque no necesariamente para PFAS. (El grupo también dijo que las investigaciones demostraban que las sustancias químicas procedían de los residuos domésticos, incluidos los humanos, y no solo de las fábricas).
Adam Krantz, director ejecutivo del grupo, dijo que muchas empresas de servicios públicos estaban esperando a que la EPA estableciera normas. Eso reforzaría la capacidad de las plantas de tratamiento para responsabilizar a los que contaminan en última instancia, dijo. "Si estas empresas químicas eran conscientes de los peligros potenciales de los PFAS y se lo callaron", dijo, "entonces estos contaminadores tienen que pagar".
(Tim Gruber/The New York Times)
David Lewis, exmicrobiólogo de la EPA, emitió advertencias tempranas. (Will Crooks/The New York Times)