Indignación y angustia en Corea del Sur tras la catástrofe aérea que dejó 179 fallecidos

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El avión de Jeju Air se salió de la pista a toda velocidad y comenzó a incendiarse. Dos tripulantes fueron rescatados de la que fue la peor catástrofe aérea del país en décadas.

El avión de pasajeros con 181 personas a bordo derrapó en la pista a gran velocidad y chocó contra un muro antes de estallar en llamas.

Dos miembros de la tripulación fueron rescatados con vida de la cola del avión en llamas, pero en las horas siguientes, el domingo, los familiares ansiosos en el aeropuerto internacional de Muan, en el suroeste de Corea del Sur, recibieron noticias sombrías.

A última hora del domingo, se confirmó la muerte de las 179 personas que quedaban a bordo, lo que convirtió el impacto del avión --de la popular compañía de bajo costo Jeju Air-- en el peor desastre aéreo de una aerolínea surcoreana en casi tres décadas y el peor ocurrido en suelo surcoreano.

El evento del domingo fue el más mortífero en todo el mundo desde el del vuelo 610 de Lion Air en 2018, cuando murieron las 189 personas que iban a bordo al precipitarse el avión al mar de Java, según informes de la Organización de Aviación Civil Internacional, una agencia de las Naciones Unidas.

Las autoridades estaban investigando las causas del aterrizaje forzoso del vuelo de Jeju Air, incluida la razón por la que su tren de aterrizaje parecía haber funcionado mal y si el avión había sido golpeado por pájaros.

Mientras se especulaba sobre la causa de lo ocurrido, cientos de familiares de los pasajeros soportaban la dolorosa espera de noticias sobre el regreso a casa de sus seres queridos tras un viaje al extranjero. Lamentos y gritos llenaron el aeropuerto de Muan el domingo por la tarde. Una joven consoló a una mujer mayor que lloraba por su hijo. Dos mujeres compungidas se abrazaron.

Hasta la tarde del domingo, solo se había podido identificar a 65 de los muertos por sus huellas dactilares y otros medios, dijeron las autoridades. Una decena de cadáveres estaban tan dañados que los funcionarios no pudieron identificar inmediatamente su género. Entre quienes fueron identificados figuraban una azafata de 23 años y un pasajero de 78 años.

Jang Gu-ho, de 68 años, se sentó estoicamente en la sala de llegadas junto a su esposa, con los ojos llorosos, después de llegar corriendo desde su casa en la cercana ciudad de Mokpo. Dijo que cinco de sus familiares habían viajado en el avión de regreso de unas vacaciones: la hermana de su esposa, la hija de esta, su yerno y dos nietos.

"Estamos atónitos", dijo.

En una zona cerrada del aeropuerto, los funcionarios estaban trabajando para identificar los cadáveres que recuperaron del lugar del choque. Cuando los funcionarios colgaron en las paredes de la sala de llegadas los nombres de los muertos confirmados, la gente se apresuró a comprobar las listas.

La catástrofe conmocionó a Corea del Sur en un momento en que el país se enfrentaba a una crisis política desencadenada por la desafortunada y efímera declaración de la ley marcial por parte del presidente Yoon Suk Yeol y su posterior destitución este mes. El viceprimer ministro Choi Sang-mok, un funcionario no elegido, se apresuró a acudir al lugar de los hechos para hacer frente a su mayor desafío desde que asumió el cargo de presidente en funciones el viernes.

El choque de avión fue especialmente conmocionante para el país, ya que no había sufrido ninguna catástrofe aérea de esta magnitud tras una serie de accidentes aéreos mortales en la década de 1990 y anteriores. En el último gran accidente de aviación en el que se vio implicada una aerolínea surcoreana, un avión de Korean Air se estrelló contra una colina de Guam, territorio estadounidense situado en el Pacífico occidental, en 1997, y murieron 229 de las 254 personas que iban a bordo. En 2013, tres personas murieron y decenas resultaron heridas después de que un vuelo de Asiana Airlines chocara contra un dique y se incendiara al aproximarse a San Francisco.

También parece haber sido el primer evento mortal para Jeju Air, que se fundó en 2005 y vuela a decenas de países de Asia. Kim E-bae, director ejecutivo de Jeju Air, agachó la cabeza al pedir disculpas públicamente por lo ocurrido. Dijo que la causa exacta del evento no estaba clara.

El avión, el vuelo 7C2216 de Jeju Air, un Boeing 737-800, había despegado de Bangkok con 175 pasajeros y seis miembros de la tripulación. Todos los pasajeros eran surcoreanos, excepto dos tailandeses. El avión estaba aterrizando en Muan, al suroeste de Corea del Sur, cuando tuvo problemas.

Las imágenes del choque mostraban un avión blanco y naranja que bajaba a toda velocidad por la pista sobre su vientre hasta que chocó contra una barrera al final de la pista, explotando en una bola de fuego. Los medios de comunicación locales citaron a testigos que describieron el sonido de la explosión y publicaron fotografías de grandes columnas de humo negro sobre el lugar.

El avión se había roto en tantos pedazos que solo se podía identificar inmediatamente su cola, dijo Lee Jeong-hyeon, funcionario encargado de las operaciones de búsqueda y rescate en el lugar de los hechos. Los dos miembros de la tripulación que sobrevivieron habían sido rescatados de la sección de cola.

"No pudimos reconocer el resto del fuselaje", dijo Lee.

A medida que aumentaba el número de muertos, empezaron a surgir detalles de lo ocurrido en los últimos momentos antes del choque.

Cuando el avión se disponía a aterrizar, el aeropuerto advirtió a los pilotos de un posible impacto con aves, dijo Ju Jong-wan, director de política de aviación del Ministerio de Tierra, Infraestructura y Transporte. Más o menos en ese momento, los testigos oyeron fuertes sonidos parecidos a una explosión, informó MBC-TV. El canal emitió imágenes que mostraban llamas saliendo brevemente de uno de los motores del avión.

El avión emitió una alerta de socorro poco después del aviso del aeropuerto y luego aterrizó de emergencia, dijo Ju. El piloto abortó su primer intento de aterrizaje y, con permiso de la torre de control, estaba aterrizando desde la dirección opuesta cuando ocurrió el desastre, dijeron las autoridades. Se permitía a los aviones aterrizar desde ambas direcciones en el aeropuerto, dijeron.

Las marismas fangosas cercanas a Muan y gran parte de la costa occidental de la península coreana son lugares de descanso favoritos de las aves migratorias. Las fotografías aparecidas en los medios de comunicación locales mostraban bandadas de aves volando cerca del aeropuerto el domingo.

Las pruebas sugieren que el avión se topó con una bandada de aves durante su aproximación, lo que hizo sospechar la ingestión de aves en los motores, dijo Marco Chan, profesor titular de operaciones de aviación de la Buckinghamshire New University, con sede en el Reino Unido.

Los daños pueden haber causado un fallo del sistema hidráulico, lo que podría explicar la incapacidad de desplegar el tren de aterrizaje, dijo Chan en un análisis enviado por correo electrónico por su universidad.

El avión tampoco parecía haber activado los alerones, dijo Keith Tonkin, director gerente de Aviation Projects, empresa consultora de aviación de Brisbane, Australia, quien revisó el video del choque. Eso significaba que iba a una velocidad de aterrizaje superior a la normal cuando se desplomó sobre la pista, dijo.

Los expertos en aviación dijeron que las investigaciones sobre las causas de estos eventos pueden llevar años.

En el aeropuerto de Muan, cuando los funcionarios dijeron a la multitud que habían confirmado las identidades de algunas de las personas y anunciaron sus nombres, algunos empezaron a llorar. Otros se enfadaron y alzaron la voz en señal de frustración: "¡Hablen!". "¡Impriman los nombres!". Varias horas después del choque, la gente expresó su frustración por haber tenido que esperar tanto tiempo para tener noticias de sus familiares. "¡Dennos la lista para que al menos podamos encontrar un hospital!", gritó una mujer.

La gente se agolpaba alrededor de un funcionario para comprobar si sus familiares estaban en la lista de muertos confirmados. Algunos familiares habían dado muestras de ADN a los funcionarios del aeropuerto para ayudar a identificar los cadáveres.

En la sala de salidas, el domingo por la noche se instalaron tiendas provisionales para las familias de los pasajeros y la tripulación del avión. Fuera del aeropuerto, los coches hacían cola para entrar en los estacionamientos abarrotados. Algunos aparcaron en los arcenes de las carreteras que conducen a la terminal, y la gente siguió llegando al aeropuerto durante toda la tarde.

Seis horas después de precipitarse al aeropuerto, Jang y su esposa seguían esperando a que identificaran a sus familiares.

"Estoy esperando que sea una larga noche", dijo.

Colaboraron con reportería Yan Zhuang, River Akira Davis, Niraj Chokshi y Sui-Lee Wee.

Choe Sang-Hun es el jefe de la corresponsalía de The New York Times en Seúl. Cubre noticias de Corea del Norte y del Sur. Más de Choe Sang-Hun

John Yoon es un reportero del Times radicado en Seúl que cubre noticias de última hora y de actualidad. Más de John Yoon

Jin Yu Young informa desde Seúl sobre Corea del Sur, la región Asia-Pacífico y las últimas noticias mundiales. Más de Jin Yu Young

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