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La votación contra Han Duck-soo ha sido la segunda destitución en dos semanas, después de que la propuesta fallida de ley marcial del entonces presidente Yoon desatara el caos político.
La crisis de liderazgo de Corea del Sur se profundizó el viernes después de que los legisladores votaran a favor de destituir a un segundo jefe de Estado, el presidente interino, en menos de dos semanas.
Esta medida prolonga el vacío político que se ha apoderado de Corea del Sur desde que el presidente Yoon Suk Yeol conmocionó al país este mes al ponerlo brevemente bajo gobierno militar por primera vez en décadas.
Los legisladores destituyeron y suspendieron a Yoon el 14 de diciembre por haber decretado ley marcial, y el entonces primer ministro, Han Duck-soo, asumió la presidencia interina. Pero el mandato de Han también duraría poco: los legisladores de la oposición votaron el viernes a favor de su destitución.
Se trata de la primera vez que Corea del Sur destituye a un líder interino. Lo que significa que Corea del Sur sigue sin tener un líder electo fuerte que pueda encargarse del gobierno y del ejército de uno de los aliados más importantes de Washington, en un momento en que el país se enfrenta a las amenazas nucleares de Corea del Norte y a los desafíos económicos internos. La incertidumbre política ha hecho que la confianza de las empresas y de los consumidores baje, y ha provocado el desplome de la moneda, el won.
La destitución más reciente "sugiere al mundo la posibilidad de que la inquietud política de Corea se prolongue y empeore", dijo en un correo electrónico Jeong Hoiok, profesor de ciencias políticas de la Universidad Myongji de Seúl. Esto causaría "un daño significativo a la diplomacia y al estatus económico que Corea ha construido hasta ahora".
La destitución de Han significaba que el ministro de Finanzas y viceprimer ministro, Choi Sang-mok, sería el siguiente en ser nombrado presidente interino. Pero, al igual que Han, Choi no tiene un mandato electoral.
"Lo más importante en este momento es reducir al mínimo la confusión en los asuntos de Estado", dijo Choi tras asumir su cargo de líder interino. "El gobierno hará todo lo posible por estabilizarlos".
La iniciativa de destituir a Han el viernes se produjo después de que este se negara a nombrar a tres jueces para cubrir las vacantes del Tribunal Constitucional, el órgano que decidirá si restituye o destituye formalmente a Yoon.
Lo más delicado de la discusión es cómo se pronunciará el tribunal sobre la destitución de Yoon. Seis o más jueces del tribunal de nueve integrantes deben votar a favor de la destitución para deponer a Yoon. En la actualidad, el máximo tribunal solo cuenta con seis jueces, después de que otros tres se jubilaran a principios de este año, por lo que la destitución podría anularse con una sola voz discrepante en el juicio de Yoon.
Yoon ha prometido anular su destitución ante el Tribunal Constitucional. Pero la oposición quería destituirlo lo antes posible con un Tribunal Constitucional de nueve magistrados, y calificó la negativa de Han a nombrar a esos magistrados como una maniobra dilatoria del bando gobernante.
La oposición había presionado para que Han, como presidente interino, diera el visto bueno a los candidatos para cubrir los puestos del Tribunal Constitucional. Las tres vacantes debían ser cubiertas por la Asamblea Nacional, aunque formalmente los magistrados fueran nombrados por el presidente. Pero el partido gobernante de Yoon argumentó que solo un presidente electo tiene potestad para nombrarlos.
Han había dicho que no nombraría a las vacantes de magistrados a menos de que los partidos rivales llegaran a un acuerdo sobre si tenía autoridad para hacerlo como presidente interino, y sobre quiénes debían ser nombrados.
Un presidente interino debe "abstenerse de ejercer los importantes poderes propios del presidente, incluido el nombramiento en instituciones constitucionales", dijo Han, burócrata de carrera.
La oposición ha acusado a Han de ayudar a Yoon en su breve declaración de ley marcial del 3 de diciembre. Los legisladores acusaron a Yoon de perpetrar una insurrección al enviar soldados a la Asamblea Nacional para impedir que votaran en contra de su ley marcial y para detener a sus oponentes.
El Tribunal Constitucional tiene hasta seis meses para decidir si restituye o destituye a Yoon. El juicio de Yoon comenzó el viernes. No asistió al tribunal, sino que estuvo representado por sus abogados.
Yoon también se enfrenta a investigaciones de la policía y la fiscalía por cargos que incluyen insurrección. El viernes, la policía allanó una casa de seguridad presidencial en la que supuestamente Yoon se había reunido con funcionarios para discutir la imposición de la ley marcial, según la agencia de noticias coreana Yonhap.
La crisis política se ha sumado a las preocupaciones sobre la economía surcoreana, que ya se enfrentaba a una ralentización del crecimiento y a inquietudes sobre las exportaciones. El jueves, el won, una de las monedas más endebles de Asia este año, cayó a niveles frente al dólar que no se veían desde la crisis financiera mundial de hace década y media. El mercado de valores ha bajado alrededor de un 10 por ciento este año.
Los partidos rivales habían discrepado sobre cuántos votos eran necesarios para destituir a Han. El partido gobernante sostenía que, al igual que en la destitución de un presidente, al menos dos tercios de los 300 miembros de la Asamblea Nacional debían votar a favor para que se aprobara la moción. (El partido del presidente Yoon controla 108 escaños.) La oposición afirmó, sin embargo, que una mayoría simple de votos bastaría para destituirlo de su cargo de primer ministro, tal como establece la Constitución.
El viernes, el presidente de la Asamblea Nacional, Woo Won-shik, miembro del Partido Democrático, anunció que solo se necesitaban 151 votos, una mayoría. En ese momento, los legisladores del partido gobernante comenzaron a gritar que la votación no era válida y que Woo debía dimitir.
El profesor Cha Jina, catedrático de derecho de la Universidad de Corea en Seúl, dijo que Han debía someterse a una votación mayoritaria porque "el presidente interino en Corea del Sur no es en realidad el presidente y solo trabaja en su lugar como primer ministro".
La moción fue aprobada por 192 votos a favor y 0 en contra. Han dijo que respetaría la decisión de la Asamblea Nacional e indicó que se apartaría para permitir que Choi asumiera el cargo de líder interino. También dijo que esperaría a que el Tribunal Constitucional decidiera si la moción de destitución era constitucional.
"Para no aumentar la confusión y la incertidumbre, suspenderé mis funciones de acuerdo con las leyes pertinentes y esperaré a la rápida y sabia decisión del Tribunal Constitucional", dijo Han en un comunicado.
Han lleva trabajando en el gobierno desde principios de la década de 1970, y ha desempeñado cargos como negociador comercial, ministro de Finanzas y embajador en Estados Unidos.
Al igual que Han, Choi había sido burócrata de carrera, subiendo puestos en el Ministerio de Finanzas. Fue viceministro de Finanzas cuando la expresidenta Park Geun-hye fue impugnada y destituida en 2017. Luego abandonó el gobierno hasta que Yoon lo eligió secretario presidencial de Asuntos Económicos en 2022 y más tarde lo nombró ministro de Finanzas.
Lee Jae-mook, profesor de ciencias políticas de la Universidad Hankuk de Estudios Extranjeros, dijo que esperaba que el partido gobernante impugnara la validez legal de la votación del viernes.
"La esencia de la democracia es el respeto mutuo por el bando contrario", dijo. Pero con la política cada vez "más polarizada, la democracia surcoreana está siendo puesta a prueba".
Jin Yu Young informa desde Seúl sobre Corea del Sur, la región Asia-Pacífico y las últimas noticias mundiales. Más de Jin Yu Young
Choe Sang-Hun es el jefe de la corresponsalía de The New York Times en Seúl. Cubre noticias de Corea del Norte y del Sur. Más de Choe Sang-Hun