Ethics and Official MisconductDefense DepartmentHegseth, PeteSuits and Litigation (Civil)United States ArmyUnited States Politics and GovernmentUnited States Defense and Military ForcesJohn Jacob Hasenbein
El guardia, llamado John Hasenbein, abandonó el ejército tras un entrenamiento en 2019 en el que, según testigos, atacó a un civil.
Cuando Pete Hegseth visitó a los senadores en el Capitolio este mes, en un esfuerzo por demostrar que tiene las calificaciones y el criterio necesarios para dirigir el Departamento de Defensa, fue escoltado por un guardia de seguridad con un oscuro episodio en su pasado.
El guardia, un exsargento mayor de las Fuerzas Especiales del ejército llamado John Jacob Hasenbein, abandonó el ejército tras un entrenamiento en 2019 en el que, según testigos, golpeó a un civil que interpretaba un rol en el ejercicio: le dio patadas, puñetazos y lo dejó maniatado en un charco de su propia sangre.
El hecho de que Hegseth haya escogido a Hasenbein como escolta de seguridad es el más reciente caso en el que ha apoyado a soldados acusados de delitos. Ha criticado en repetidas oportunidades a los líderes militares por ser demasiado woke y librar una "guerra contra los guerreros".
En este caso, Timothy Parlatore, abogado de Hegseth, dijo que Hasenbein era "víctima de un trato injusto por parte de un sistema de justicia militar con fallas", y que Hegseth estaba orgulloso de trabajar con él. Y añadió: "Historias como la suya son las que demuestran el cambio que necesita el Departamento de Defensa".
El ejército acusó a Hasenbein de agresión con agravantes e imprudencia temeraria. Un jurado militar lo declaró culpable del cargo de agresión en un consejo de guerra celebrado en 2020, según los archivos del ejército. Pero el juez que supervisaba el caso declaró nulo el juicio tras enterarse de que un amigo de Hasenbein había hablado con un miembro del jurado durante todo el juicio, según consta en los registros judiciales. El ejército no volvió a juzgar el caso.
"Este tipo tiene verdaderos problemas de ira", dijo en una entrevista Ahmed Altameemi, el hombre al que Hasenbein fue acusado de agredir. "No es un hombre seguro. No sé por qué le dieron este cargo. ¿No comprueban sus antecedentes?".
Hasenbein facilitó a The New York Times varios registros oficiales relativos a su servicio y al caso en su contra, junto con una declaración en un mensaje de texto: "No tengo ninguna condena y me jubilaron con honores tras 22 años de servicio. Eso es todo lo que necesitas saber".
Timothy Turner, abogado principal del bufete que representó a Hasenbein en un caso de difamación que presentó tras el consejo de guerra, dijo que Hasenbein aceptó retirarse antes que enfrentarse a otro juicio. Hasenbein alegó en ese caso que se le obligó a abandonar el ejército debido a las declaraciones falsas y engañosas de los empleados del contratista independiente que hizo el ejercicio.
No está claro si Hegseth, elegido por el presidente electo Donald Trump para uno de los puestos más importantes de su gabinete, conocía los antecedentes de Hasenbein cuando lo contrató. Pero algunos detalles de su caso han estado circulando en internet durante años.
Michèle A. Flournoy, subsecretaria de Defensa durante el primer mandato del presidente Barack Obama, dijo que tener a Hasenbein como seguridad "no es una buena imagen" para Hegseth. Dijo que Hegseth parecía mostrar "un patrón de desprecio por los esfuerzos institucionales militares para que los suyos rindan cuentas".
El camino de Hegseth hacia su confirmación como secretario de Defensa no ha sido nada fácil.
Se ha enfrentado a acusaciones de consumo excesivo de alcohol. Ha dicho que nunca ha tenido problemas con la bebida, pero que no bebería en absoluto si llegara a ser secretario de Defensa. En 2017 fue acusado de violar a una mujer, acusación que negó y que no originó cargos penales, pero que concluyó con un acuerdo económico extrajudicial con la mujer. Al principio, algunos senadores republicanos parecían tener reservas sobre Hegseth, pero Trump le ha apoyado.
El ejercicio que precedió al final de la carrera militar de Hasenbein se realizó en Fort Knox, Kentucky, para su unidad del Quinto Grupo de Fuerzas Especiales antes de que se desplegara en el extranjero. Se organizó con un contratista privado, F3EA, para simular un rescate de rehenes de una célula terrorista. Altameemi, que ahora tiene 38 años, fue contratado por la empresa para desempeñar el papel de un combatiente del Estado Islámico con información sobre un rehén al que el equipo de Hasenbein debía liberar.
Hasenbein, que ahora tiene 45 años, había estado desplegado en Irak ocho veces y fue condecorado con dos Estrellas de Bronce, y era un soldado de alto rango en el grupo que detuvo a Altameemi. Los soldados obligaron a Altameemi a tirarse al suelo y lo sujetaron, según un video revisado por el Times.
Altameemi, exmiembro del servicio de élite antiterrorista del ejército iraquí, quien ahora es ciudadano estadounidense residente en Texas, dijo que había participado en otros ejercicios militares y que nunca había tenido ningún problema, pero que ese se volvió inexplicablemente brutal.
"Se suponía que debían preguntarme dónde estaba el rehén", dijo en una entrevista. "Pero no me dieron ninguna oportunidad. Empezaron a hacerme mucho daño".
En una nota en la que relataba el episodio, un supervisor de F3EA dijo que Hasenbein restregó la cara de Altameemi contra un pilar de hormigón, le dio patadas y le propinó repetidos golpes de "puño de martillo" en las costillas y "rodillazos" en la cara.
Otro empleado de la empresa que participó en el ejercicio dijo: "Los demás se dieron cuenta de que las cosas iban mal y empezaron a calmarse". Pero Hasenbein "no se calmó, nunca se calmó", dijo.
Un tercero dijo que encontró a Altameemi boca abajo y atado, gimiendo de dolor, con un charco de sangre alrededor de la cabeza.
Entre otras lesiones, Altameemi terminó con la nariz rota, un diente roto, un esguince de hombro, un hematoma en el cuero cabelludo y un traumatismo facial contuso, según notas y declaraciones de empleados de la empresa sobre el episodio. Fue trasladado al hospital tras el ejercicio.
Altameemi dijo que Hasenbein sabía que un ejercicio de entrenamiento no debía ejecutarse de esa manera. "Es un hombre con experiencia, un sargento mayor; sabe que se trata de un entrenamiento en suelo estadounidense", dijo Altameemi.
Durante el consejo de guerra, un experto de la defensa dijo que, basándose en el comportamiento de Altameemi durante el ejercicio, las acciones de Hasenbein eran razonables. La defensa también afirmó que un comandante había presionado a dos soldados para que cambiaran sus declaraciones de que no había ocurrido nada malo durante el episodio.
El experto del fiscal declaró que el uso por Hasenbein de "rodillazos" contra Altameemi, quien carecía de equipo de protección, equivalía a un uso excesivo de la fuerza.
El jurado militar declaró a Hasenbein culpable del cargo de agresión con agravantes, pero lo absolvió del cargo de imprudencia temeraria. No fue condenado a ninguna pena.
Tras el consejo de guerra, el juez descubrió que uno de los compañeros de las Fuerzas Especiales de Hasenbein, un amigo, había hablado repetidamente con un miembro del jurado. Entre otros consejos, dijo al miembro del jurado que la agresión física era "bastante normal" en los escenarios de entrenamiento, según la decisión del juez de declarar nulo el juicio.
En su demanda por difamación contra F3EA, presentada en diciembre de 2020, Hasenbein acusó a los empleados de la empresa de una conspiración para dañar su reputación que lo obligó a abandonar el ejército. Parlatore, el abogado de Hegseth, dijo el domingo que Hasenbein se retiró voluntariamente porque no le habrían ascendido después de la causa penal.
El caso de difamación se archivó en septiembre de 2021 con el acuerdo de ambas partes.
Tras dejar el ejército, Hasenbein trabajó para varias empresas de seguridad personal, según su cuenta de LinkedIn y un antiguo empleador.
Julie Tate colaboró con la investigación.
Dave Philipps escribe sobre la guerra, el ejército, los veteranos y cubre el Pentágono. Más de Dave Philipps
Sharon LaFraniere es una periodista de investigación que actualmente se enfoca en los candidatos republicanos a las elecciones presidenciales de 2024. Más de Sharon LaFraniere
Julie Tate colaboró con la investigación.