El día perfecto de Donald Trump

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Para alguien que saltó a la fama en la década de 1980, la era dorada "yuppie" de Nueva York, tocar la campana de la Bolsa y ser nombrado Persona del Año por Time debe de tener cierto atractivo.

Según muchos criterios, Donald Trump ha vivido una vida estadounidense extraordinaria.

Ha alardeado de su riqueza, ha perdido gran parte de ella y la ha recuperado. Ha ganado unas elecciones presidenciales, ha perdido otras y ha regresado para ganar en segunda ocasión. Ha sido amado y odiado, se ha casado y divorciado, lo han juzgado y condenado, le han disparado y ha sobrevivido.

Pero había un hito simbólico que el presidente electo y amante de todo lo que brilla no había logrado, hasta la mañana del jueves: tocar la campana de apertura de la Bolsa de Nueva York.

Flanqueado por sus hijas, Ivanka y Tiffany, su esposa, Melania, y su vicepresidente electo, JD Vance, entre otros, Trump abrió las operaciones en la mayor bolsa del mundo entre gritos de "¡U-S-A!". Atrás de él estaba un telón del recién anunciado número de la revista Time sobre la Persona del Año, en cuya portada aparece, sí, Trump. Los aplausos duraron más de un minuto, mientras Trump sonreía, sacudía el puño y se unía a los aplausos.

Fue un día memorable para Trump, siempre aficionado a los superlativos, quien construyó su marca a base de portadas de revistas y dinero.

En sus comentarios desde el podio de la campana, Trump se refirió a ambas distinciones, calificando el toque de campana de "tremendo honor" y su portada de Persona del Año de "esta vez mejor" (también fue portada en 2016, tras su primera victoria electoral).

Dado que Trump es hijo de Nueva York, estrechamente asociada al capitalismo desenfrenado de la década de 1980, quizá sorprenda que nunca antes hubiera abierto la jornada bursátil en la Bolsa.

El honor se ha concedido a jefes de empresa, deportistas destacados, estrellas de cine, músicos famosos y, en 2019, a su esposa, Melania. En 1985, Ronald Reagan se convirtió en el primer presidente en funciones en realizar la tarea, diciendo a la multitud que sus políticas expandirían la economía de la nación y "estamos a punto de soltar al toro".

Aunque el ascenso político de Trump ha sido posible gracias que apeló a la clase trabajadora estadounidense, este hijo de un promotor inmobiliario de Queens se dio a conocer como una encarnación fanfarrona del lujo de los rascacielos de Manhattan, un hecho que resulta algo más fácil de recordar con Trump presidiendo el centro neurálgico del capitalismo estadounidense y la promesa de recortar drásticamente las tasas del impuesto de sociedades.

Y si la campanada inaugural fue dulce para Trump, hacerlo frente a una brillante imagen de sí mismo en la portada de Time debió de hacerla mucho más dulce, ya que el presidente electo lleva toda la vida interesado en el emblema, ahora desgastado, de una época dorada de los medios de comunicación estadounidenses.

En 2016, tras su primera victoria como Persona del Año, Trump dijo que había crecido leyendo la revista. Apareció por primera vez en su portada en 1989 con el titular: "Este hombre puede ponerte verde de envidia, o simplemente apagarte. Alardear de ello es su juego, y Trump es su nombre". En 2015, Trump expresó en Twitter su frustración por no haber sido nombrado Persona del Año (el premio recayó en la alemana Angela Merkel), y predijo que nunca lo ganaría. Luego, en 2016, lo ganó.

Aun así, en 2017, The Washington Post informó de que en cinco de sus clubes de golf colgaba una portada de Time enmarcada, pero falsa, en la que aparecía Trump.

Aunque muchos periodistas han criticado el número de la Persona del Año por considerarlo un truco publicitario, el editor de la revista, Sam Jacobs, dijo en el programa Today que Trump merecía sin duda la designación como el hombre que, "para bien o para mal, tuvo la mayor influencia en las noticias de 2024".

Últimamente, Trump ha parecido estar feliz, nunca tanto como cuando el luchador de la UFC Jon Jones le entregó el cinturón del título de los pesos pesados tras una victoria en el Madison Square Garden en la que Jones había hecho su propia versión del baile característico de Trump. Las cámaras mostraron a un Trump radiante.

Pero con el doble reconocimiento del 12 de diciembre de 2024, la fecha puede pasar a la historia como el Día Perfecto de Donald Trump.

Jacob Bernstein es reportero de la sección Styles, donde escribe reportajes. Más de Jacob Bernstein

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