Yoon Suk-yeolSouth KoreaPolitics and GovernmentMartial LawImpeachmentPeople Power PartyHan Dong-hoon (1973- )
El líder del propio partido del presidente Yoon Suk Yeol ha apoyado la destitución, que la Asamblea Nacional someterá a votación el sábado.
El presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol, quedó cada vez más aislado el viernes, después de que el jefe de su partido en el gobierno se mostrara partidario de destituirlo y de que el ejército del país dijera que no acataría ninguna orden de reimponer la ley marcial.
En un sorprendente giro de 180 grados, el líder del Partido del Poder Popular, o PPP, el partido en el gobierno, calificó a Yoon de incapaz de dirigir Corea del Sur después de que su efímero decreto de ley marcial de principios de semana catapultara a la democracia hacia el caos.
"Creo que el presidente Yoon Suk Yeol debería ser suspendido de su cargo lo antes posible", dijo Han Dong-hoon durante una reunión de emergencia de la dirección del partido.
No estaba claro cuántos miembros del partido compartían la opinión de Han. Pero sus comentarios aumentaron la probabilidad de que el proyecto de juicio político de Yoon obtuviera el apoyo suficiente para ser aprobado por la Asamblea Nacional.
Han se unió a los legisladores de la oposición para advertir de que, si Yoon sigue en el cargo, podría tratar de imponer de nuevo la ley marcial en un intento desesperado por aferrarse al poder. En una contundente réplica a Yoon, el Ministerio de Defensa dijo que, aunque lo hiciera, el ejército no lo seguiría. Y el mando de las fuerzas especiales del país, que se unió a la malograda ley marcial de Yoon, dijo que no se uniría a otra.
"Quiero dejar claro que nunca ocurrirá", dijo el teniente general Kwak Jong-geun durante una entrevista que concedió a dos legisladores de la oposición y que fue retransmitida en directo por YouTube el viernes, en la que se le preguntó sobre la posibilidad de otro intento de ley marcial. "Aunque reciba una orden así, la rechazaré".
En el interior de la Asamblea Nacional se celebró una reunión más amplia a puerta cerrada de los 108 legisladores del PPP, pero se levantó sin llegar a un consenso sobre el destino de Yoon. Yoon, aunque se le esperaba en la reunión, no se presentó. El presidente de la Asamblea Nacional, Woo Won-shik, dijo que no podía garantizar la seguridad del presidente mientras los airados miembros de la oposición se concentraban a la entrada de la Asamblea al grito de "¡Arresten a Yoon Suk Yeol!".
La votación está prevista para el sábado por la tarde. Se necesitan al menos ocho votos del grupo parlamentario del gobierno para someter a juicio político al presidente.
En caso de ser sometido a juicio político, Yoon quedaría suspendido de su cargo hasta que el Tribunal Constitucional decida si lo restituye o lo destituye.
La oposición propuso someter a juicio político a Yoon esta semana, argumentando que había cometido "insurgencia" y otros delitos anticonstitucionales al declarar la ley marcial el martes por la noche. Yoon prohibió todas las actividades políticas y envió soldados a tomar el control de la Asamblea Nacional. La legislación sobre la ley marcial prohibía tales actos, dijo la oposición en su proyecto de juicio político presentado formalmente el jueves.
La declaración por sorpresa de la ley marcial por parte de Yoon duró solo seis horas, hasta la madrugada del miércoles. Se vio obligado a levantarla tras una votación en la Asamblea para derogar el régimen militar. El efímero episodio, que la oposición comparó con un fallido "golpe de Estado de palacio" de un líder extremadamente impopular, desató la indignación en toda Corea del Sur. Aunque fuera brevemente, también puso de manifiesto la fragilidad de la democracia de la que tanto se han enorgullecido los surcoreanos.
El jueves, Han había dicho que se oponía al juicio político a Yoon por miedo a crear más confusión nacional. Pero dijo que había cambiado de opinión a medida que iban apareciendo más detalles sobre lo ocurrido en las horas posteriores a que Yoon declarara la ley marcial, especialmente indicios de que Yoon trató de detener a críticos clave de su gobierno, incluido el propio Han.
El viernes dijo: "Existe el temor de que, si el presidente Yoon sigue en el cargo, repita acciones extremas como la ley marcial".
"Si eso ocurre, Corea del Sur y su pueblo caerán en una crisis mayor", dijo.
Hong Jang-won, jefe adjunto del Servicio Nacional de Inteligencia, declaró a los legisladores el viernes que, tras declarar la ley marcial, Yoon le dijo que trabajara con el Comando de Contrainteligencia de Defensa del ejército para "traerlos a todos a la fuerza", según el legislador de la oposición Kim Byung-kee, quien asistió a la reunión a puerta cerrada.
Según Kim, Hong dijo a los legisladores que el teniente general Yeo In-hyong, comandante de contrainteligencia, había compartido con Hong una lista de personas a las que localizar y detener. Entre ellas estaban Woo, presidente de la Asamblea Nacional; Lee Jae-myung, líder del mayor partido de la oposición, y Han, jefe del partido gobernante de Yoon.
Hong también dijo a los legisladores que agentes del comando de contrainteligencia habían planeado llevar a estos políticos a su cuartel general en Gwacheon, al sur de Seúl.
El viernes, Han, del PPP, dijo que también tenía información similar de que el comando de contrainteligencia había planeado detener a políticos clave con el pretexto de acorralar a las "fuerzas antiestatales". Pero cuando Han se reunió con Yoon el viernes para discutir la crisis, el presidente negó haber tenido tales planes, dijo su oficina.
En la entrevista de YouTube, el teniente general Kwak, comandante de las fuerzas especiales, dijo que sus unidades no dirigían escuadrones de detención.
Dijo que el ministro de Defensa, Kim Yong-hyun, le había ordenado sacar a los legisladores de la sala de la Asamblea, donde la derogación de la ley marcial se estaba sometiendo a votación. Pero dijo que hizo caso omiso de la orden.
"Sabía que podía ser castigado por desobediencia", dijo el teniente general Kwak. "Pero también pensé que esa orden tenía problemas legales y les dije a mis soldados que no entraran allí".
Kim dimitió tras el colapso de la ley marcial. Desde entonces, los fiscales le han prohibido salir del país.
El viernes, el Ministerio de Defensa dijo que había suspendido de sus cargos a tres oficiales, entre ellos el teniente general Kwak y el teniente general Yeo, por su papel en la ley marcial de Yoon.
Los legisladores de la oposición pidieron a la policía que investigara a Yoon y a otros implicados en la declaración de la ley marcial por cargos de insurgencia. Si es declarada culpable de esos cargos, la persona que el tribunal considere el cerebro de la insurgencia se enfrenta a la pena de muerte o a cadena perpetua.
Yoon no ha hecho ninguna aparición pública desde que retiró el decreto de ley marcial. Una encuesta de Gallup Korea mostró que el índice de aprobación de Yoon se desplomó hasta un mínimo histórico del 13 por ciento tras su decisión de aplicar la ley marcial, arrastrando también la popularidad de su partido.
La destitución de Yoon reforzaría la posición de la oposición, que le acusa desde hace tiempo de incompetencia y abuso de poder. Pero sumiría a su partido, ya dividido, y al propio futuro político de Han en una mayor incertidumbre. Los comentaristas políticos han dicho que la relación entre Yoon y Han se ha deteriorado irreparablemente en los últimos meses.
Tanto Yoon como Han fueron fiscales estrella antes de entrar en la política. Yoon nombró a Han ministro de Justicia y le ayudó a convertirse en presidente del PPP. Pero Han, en otro tiempo el aliado de mayor confianza de Yoon, se ha convertido en uno de sus enemigos más acérrimos desde que empezó a discutir con el presidente sobre cómo gestionar las acusaciones de corrupción que implicaban a la primera dama, Kim Keon Hee. Recientemente se han ignorado mutuamente, a menudo incluso cuando se sentaban cerca en actos públicos.
Choe Sang-Hun es el jefe de la corresponsalía de The New York Times en Seúl. Cubre noticias de Corea del Norte y del Sur. Más de Choe Sang-Hun