¿Los mercados controlarán el poder de Trump?

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El presidente electo de Estados Unidos se preocupa por los mercados financieros, dice nuestro columnista. Eso da a los inversores un freno a las decisiones de Trump, aunque sea tenue.

El presidente electo de Estados Unidos sigue de cerca los mercados. Se jactó con frecuencia de lo bien que se comportaron las acciones en su primer mandato, y dijo que estas se habían disparado este año en previsión de su regreso a la Casa Blanca.

Desde el día de las elecciones, gran parte del análisis financiero se ha dedicado a una cuestión central: ¿cómo afectará el nuevo gobierno de Trump a los mercados?

Pero hay otra pregunta importante que no se plantea con tanta frecuencia: ¿Hasta qué punto pueden servir los mercados para controlar el poder del presidente? Con el control republicano de la Cámara de Representantes y el Senado y una mayoría conservadora en la Corte Suprema, Donald Trump se enfrentará a menos frenos de las instituciones políticas de la nación que en su primer mandato. Ante este vacío, es razonable preguntarse si los mercados desempeñarán un papel preponderante.

Yo diría que en esta fase de la transición presidencial, las evidencias son contradictorias. Sí, de forma tenue e impredecible, es probable que los mercados influyan en la toma de decisiones del próximo gobierno y, ocasionalmente, sirvan para mantener a raya algunos de los comportamientos más desmesurados de Trump.

Pero yo no iría muy lejos con esto. Por un lado, los mercados financieros han llegado a ignorar --podríamos decir "normalizar"-- acciones y declaraciones que provocarían reacciones muy negativas si las hicieran otros personajes públicos. Y las declaraciones más belicosas de Trump suelen considerarse posiciones iniciales de negociación. Aun así, desde el punto de vista de los mercados, es probable que Trump pueda llegar bastante lejos en la puesta en práctica de sus promesas electorales, siempre que aumenten las ganancias empresariales y crezca la economía.

Los acontecimientos de la última semana son un buen ejemplo. Trump se propuso calmar a los mercados con nombramientos de expertos corteses conocidos por un enfoque no ideológico de las finanzas, pero también desató una tormenta mundial con el anuncio de que planeaba imponer nuevos aranceles del 25 por ciento a Canadá y México y añadir un arancel del 10 por ciento a China. Trump parece empeñado tanto en apaciguar a los mercados como en desoír su mensaje cuando resulta inconveniente. Hasta ahora, esta táctica está funcionando.

A última hora del viernes pasado, Trump designó a Scott Bessent, una figura conocida en el mundo de las finanzas, como su elección para secretario del Tesoro. Las acciones y los bonos subieron el lunes tras la noticia.

Pero más tarde ese mismo día, Trump declaró en redes sociales que impondría los nuevos aranceles en cuanto regresara a la Casa Blanca. Estas medidas, así como los gravámenes más profundos y amplios prometidos durante su campaña, son un acontecimiento negativo en opinión de la mayoría de los economistas. Si no intervienen otros factores, los aranceles tienden a subir los precios, perjudicar a los consumidores, impedir el crecimiento económico y perturbar el comercio mundial y los mercados de divisas.

Pero los mercados no se inquietaron. El S&P 500 alcanzó otro récord el martes.

Ahora reina la calma en Wall Street, aunque los inversores tendrán que hacer apuestas compensatorias.

Voces alcistas

Bessent es un multimillonario de fondos de cobertura y licenciado en Yale que habla el lenguaje pragmático y no ideológico de los mercados. Una vez dirigió el dinero de George Soros, la pesadilla republicana. Por supuesto, Bessent dice que apoya las políticas de Trump. Tal lealtad es un requisito previo para un puesto de alto nivel en la administración.

Se le compara con Steven Mnuchin, secretario del Tesoro del primer gobierno de Trump. A pesar de las caóticas condiciones en otras partes del poder ejecutivo y de las críticas tanto de la izquierda como de la derecha, Mnuchin, un veterano banquero y financiero de cine, y también graduado de Yale, fue generalmente estimado en los mercados financieros.

Del mismo modo, los mercados han recibido a Bessent con indisimulado aprecio.

Por ejemplo, "Confiamos en Bessent", una breve nota dirigida a los clientes de Yardeni Research, una empresa independiente de investigación de mercados financieros dirigida por el veterano economista Edward Yardeni. La nota citaba extensamente a Bessent porque este coincide con las perspectivas optimistas de Yardeni. En enero, Bessent escribió a sus clientes de fondos de cobertura que probablemente nos esperaba un gran auge económico.

"Nuestra hipótesis de base es que un Donald Trump reelegido querrá crear un lollapalooza económico y diseñar lo que probablemente llamará 'los cuatro mejores años de la historia estadounidense'", dijo Bessent. "El economista Ed Yardeni cree que la América post-Covid tiene potencial para tener un boom similar al de los 'locos años veinte' de hace un siglo. Creemos que a un presidente Trump que estará de regreso le gustaría que ese fuera su legado".

Yardeni Research escribió con aprobación sobre el enfoque de Bessent sobre los planes de recorte de impuestos de Trump, que, según dijo el grupo Yardeni, podrían conducir a un "crecimiento mejor de lo esperado" y "ayudar a reducir el déficit federal generando más ingresos fiscales".

Se trata de una glosa positiva de las perspectivas de las propuestas económicas de Trump, que, en mi opinión, probablemente engrosarán el déficit presupuestario y perturbarán la economía si realmente se llevan a cabo aranceles más elevados y deportaciones masivas de inmigrantes indocumentados. Pero si se acentúa el lado positivo de las promesas de Trump de bajar los impuestos y aplicar una mano reguladora más ligera a las empresas, y se minimizan los aspectos negativos, entonces el actual mercado alcista, que comenzó bajo la presidencia de Biden, bien podría continuar bajo la presidencia de Trump.

Sin duda, Kevin Hassett, a quien Trump ha elegido para dirigir el Consejo Económico Nacional, hará todo lo posible para garantizar que el mercado bursátil suba. Hassett es un economista tradicional y con credenciales, quien prestó sus servicios en el primer gobierno de Trump. Sin embargo, ha dicho que los aranceles pueden ser negativos para el crecimiento económico y que, al ampliar la oferta de mano de obra, la inmigración tiende a ayudar a la economía.

Es autor de Dow 36,000: The New Strategy for Profiting From the Coming Rise in the Stock Market, un libro sobre inversión interesante pero espectacularmente inoportuno. Decía que el mercado estaba infravalorado (el Dow estaba entonces por debajo de 11.000) y que crecería enormemente en los próximos años.

El problema fue que el libro salió en septiembre de 1999, unos meses antes de que estallara la burbuja de las puntocoms en marzo de 2000. Como guía para los operadores del mercado, el libro de Hassett era poco útil, cuando menos. Pero a largo plazo, sin duda tuvo razón. El Dow alcanzó ese punto de referencia de 36.000 hace tres años y lo ha superado. Comprar y mantener una cartera de acciones diversificada durante décadas ha sido un planteamiento brillante. Sin embargo, superar los años malos es una prueba, que requiere muchas tenencias seguras de efectivo, así como mucha paciencia y fortaleza.

Aranceles e inmigrantes

Trump ha hecho imposible ignorar sus políticas sobre aranceles, así como sobre inmigración.

Planteó estas cuestiones sin ninguna instigación externa aparente, amenazando en publicaciones en Truth Social, la plataforma en línea propiedad de su propia empresa de medios de comunicación, con imponer aranceles del 25 por ciento a los productos procedentes de Canadá y México hasta que "las Drogas, en particular el Fentanilo, y todos los Extranjeros Ilegales ¡pongan fin a esta Invasión de nuestro País!".

Además, arremetió contra China, amenazando con añadir un arancel del 10 por ciento a los productos chinos porque, según afirmó, China estaba enviando drogas ilegales. "Representantes de China me dijeron que impondrían su pena máxima, la de muerte, a cualquier traficante de drogas al que sorprendieran haciendo esto pero, desafortunadamente, nunca lo cumplieron", dijo.

Las monedas de México y Canadá bajaron frente al dólar, mientras que el renminbi chino, una moneda controlada, se convirtió en objeto de intensa especulación en los mercados de futuros, donde los operadores han estado apostando sobre cuán bajo permitirán que caiga la moneda los funcionarios chinos.

Los funcionarios de los tres países emitieron protestas. En México, la presidenta Claudia Sheinbaum planteó la perspectiva de aranceles de represalia, una respuesta más contundente de lo que cabría esperar de su predecesor inmediato, Andrés Manuel López Obrador.

Como mínimo, el disparo de salva de Trump sirvió como recordatorio de su perturbadora agenda global. Reavivó antiguos interrogantes sobre la fiabilidad de Estados Unidos como socio comercial y sumió a muchos países, empresas e inversores en difíciles debates sobre cómo afrontar los próximos años.

Sin embargo, el mercado bursátil estadounidense se mantuvo en gran medida impasible ante estas preocupaciones. El S&P 500 ha ganado más del 30 por ciento en los últimos 12 meses.

Aún es pronto. En una contienda entre ideología, política y mercados, no confío en que Trump se decante siempre del lado de los mercados. Tampoco soy optimista sobre el juicio a corto plazo de los mercados sobre casi nada. Así que no cuento con que los mercados bursátiles o de bonos sean baluartes fiables contra los excesos, como lo serían unas instituciones políticas sólidas.

Espero que la nueva administración intente ayudar a los mercados a subir. Y si las políticas de Trump interfieren en la capacidad de las empresas para obtener ganancias y de los inversores para prosperar, espero correcciones de rumbo. Puede que sea un consuelo escaso, pero creo que es realista. Mientras tanto, hay que disfrutar del auge mientras dure. Pero también hay que apostarle a otras cosas para compensar.

Jeff Sommer escribe Estrategias, una columna semanal sobre mercados, finanzas y economía. Más de Jeff Sommer

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