El estampido sónico de la nave espacial de SpaceX crea riesgo de daños estructurales

Space Exploration Technologies CorpMusk, ElonPort Isabel (Tex)Brownsville (Tex)Padre Island (Tex)

Un investigador independiente descubrió que el ruido registrado a kilómetros de distancia del lugar de un reciente vuelo de prueba equivalía a estar a 60 metros de un Boeing 747 durante el despegue.

El nuevo cohete Starship de SpaceX supera con creces los niveles máximos de ruido previstos, generando un estampido sónico tan potente que corre el riesgo de causar daños materiales en la densamente poblada comunidad residencial cercana al lugar de lanzamiento en el sur de Texas, según sugieren nuevos datos.

Las mediciones --del sonido real y la presión atmosférica generada por el cohete durante su quinto lanzamiento de prueba el mes pasado-- son las más exhaustivas publicadas hasta la fecha sobre el Starship de Elon Musk, el cohete más grande y potente jamás construido.

Starship, tan alto como un edificio de 30 pisos, es tan grande que genera 10 veces más ruido que el cohete Falcon 9 que SpaceX utiliza ahora para poner carga y astronautas en órbita, muestran los nuevos datos. SpaceX tiene previsto realizar otra prueba esta semana.

Para los residentes de South Padre Island y Port Isabel, que se encuentran a casi 10 kilómetros de la base de lanzamiento de SpaceX en el sur de Texas, el ruido durante el vuelo de prueba de octubre fue el equivalente a estar a unos 60 metros de un avión Boeing 747 durante su despegue, dijo Kent Gee, un ingeniero acústico independiente que realizó el seguimiento.

Gee es el director del Departamento de Física y Astronomía de la Universidad Brigham Young de Provo, Utah, así como un investigador que ayuda a la NASA a estudiar formas de reducir el impacto acústico generado por los aviones supersónicos. Los resultados de las pruebas se publicaron el viernes en The Journal of the Acoustical Society of America.

La Administración Federal de Aviación y SpaceX no respondieron a las solicitudes de comentarios.

Cuando los aviones supersónicos Concorde aún estaban en servicio, Estados Unidos prohibió que volaran sobre territorio nacional "para que sus estampidos sónicos resultantes no sobresaltaran al público de abajo ni le preocuparan los posibles daños a la propiedad", según la NASA.

La prueba de vuelo de la Starship en octubre fue aproximadamente 1,5 veces más ruidosa en tierra que el estampido sónico del Concorde, según mostraron los resultados de la prueba.

El ruido más fuerte de la prueba no se produjo durante el despegue de Starship, cuando el cohete gigante propulsado por 33 motores se elevó hacia el cielo. Más bien, los datos de la prueba indicaron que el ruido máximo fue generado por el estampido sónico unos 6,5 minutos después del despegue, cuando el propulsor de la primera etapa regresó al lugar para su autoaterrizaje en la plataforma de lanzamiento.

Durante el despegue, el impacto sonoro en la ciudad de Port Isabel alcanzó un máximo de 105 decibelios, según muestran los datos. Esto equivale aproximadamente al nivel de ruido emitido durante un concierto de rock medio o el uso de una motosierra. Al regresar el impulsor de la primera etapa, el nivel máximo de ruido percibido en Port Isabel y South Padre Island fue de unos 125 decibelios, lo que equivale a un disparo a corta distancia.

Cuando ese sonido golpeó a la comunidad, creó brevemente un evento de sobrepresión superior a 53 kilogramos por metro cuadrado, en comparación con el máximo de 40 kilogramos por metro cuadrado en South Padre Island que la Administración Federal de Aviación (FAA por su sigla en inglés) había proyectado en octubre.

El mes pasado, un consultor de sonido, Terracon de Houston, contratado por las autoridades municipales de Port Isabel, realizó otras pruebas. Las autoridades están cada vez más preocupadas por la posibilidad de que los lanzamientos de SpaceX dañen las viviendas de esta pequeña ciudad de unos 5000 habitantes.

Terracon detectó un nivel máximo de presión sonora de 144,6 decibelios durante el descenso del cohete, también superior a lo esperado en Puerto Isabel, dijo el administrador municipal, Jared Hockema.

"Estamos a favor del desarrollo económico y del trabajo que está haciendo SpaceX", dijo Hockema. "Solo queremos que el desarrollo económico se lleve a cabo de una manera que siga la ley y no perjudique a los residentes existentes o al medio ambiente".

Daños modestos a la propiedad, como grietas en el yeso o roturas en "ventanas viejas y debilitadas, o mal montadas", pueden empezar a producirse cuando el nivel de presurización alcanza los 48 kilos por metro cuadrado, según la FAA, sobre todo si este tipo de nivel se produce repetidamente durante los lanzamientos. Pero esto sigue siendo poco probable hasta que el nivel alcanza alrededor de 97 kilogramos por metro cuadrado, asegura la agencia.

En la prueba de vuelo de octubre, las alarmas de los vehículos se dispararon en las calles donde los técnicos realizaban la monitorización del sonido. Y Hockema dijo que la ciudad recibió una serie de informes de residentes sobre daños menores durante los lanzamientos de SpaceX, aunque no se han recogido datos sobre el recuento total.

Gee y su equipo instalaron dispositivos de prueba en ocho lugares, desde unos 9 kilómetros de distancia--en la azotea del hotel Margaritaville de South Padre Island, una comunidad turística-- hasta 35 kilómetros de distancia, en una casa particular de Brownsville, la ciudad grande más cercana.

No se realizaron pruebas más cerca del lugar de lanzamiento, a pesar de que hay decenas de casas en el pueblo de Boca Chica, a menos de tres kilómetros de la plataforma de lanzamiento, y en zonas rurales cercanas. La zona también está rodeada por un refugio nacional de vida salvaje y un parque estatal que albergan varias aves y tortugas en peligro o amenazadas, que también podrían verse perjudicadas por el ruido.

Hasta ahora, los datos públicos sobre el impacto acústico real de las cinco pruebas de lanzamiento a escala real de la Starship han sido muy limitados.

El año pasado, los empleados del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EE.UU. expresaron su frustración por no contar con dinero para comprar aparatos que les permitieran realizar esas mediciones por su cuenta.

"Está claro que no tenemos el equipo adecuado para esto (múltiples dispositivos, sensores de condiciones ambientales, software, etc.)", escribió Stephanie Bilodeau, especialista en refugios de vida salvaje de la agencia, a uno de sus colegas el año pasado, en un correo electrónico obtenido por The New York Times a través de una solicitud de registros abiertos.

El Times informó este año de que SpaceX había dañado el medio ambiente en torno al lugar de lanzamiento de diversas maneras. En ocasiones, SpaceX hizo caso omiso de las promesas que había hecho cuando propuso por primera vez la construcción de una plataforma de lanzamiento en el sur de Texas en 2012, ya que se comprometió a tener una "huella ecológica pequeña".

Los datos que Gee recogió el mes pasado presentaban algunas incoherencias. Cuando se miden solo las frecuencias que los humanos oyen normalmente --ignorando ciertas frecuencias bajas y altas--, el lanzamiento de prueba de la Starship en octubre tuvo niveles más bajos en todos los sitios de prueba de lo que la FAA había proyectado.

Estas cuestiones sobre el impacto sonoro de la Starship son importantes, ya que SpaceX planea, una vez finalizadas las pruebas, lanzar este cohete desde dos emplazamientos cercanos al Centro Espacial Kennedy en Florida, así como desde el sur de Texas.

"No me sorprendería que realizáramos 400 lanzamientos del Starship en los próximos cuatro años", dijo Gwynne Shotwell, director de operaciones de SpaceX, en una conferencia celebrada la semana pasada en Nueva York.

Gee y su equipo volverán a medir el ruido durante la prueba prevista para el martes. Las condiciones meteorológicas y el viento pueden afectar a la propagación del ruido, por lo que los resultados podrían ser diferentes, dijo.

Eric Lipton es un periodista de investigación que profundiza en una amplia gama de temas, desde el gasto del Pentágono hasta los productos químicos tóxicos. Más de Eric Lipton