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Trump ha utilizado un lenguaje misógino para referirse a Harris, fomentando un ambiente entre sus aliados y en sus mítines que se regodea en los insultos sexistas.
De pie en su mitin final de la campaña de 2024, el expresidente Donald Trump, en los primeros minutos después de la medianoche del día de las elecciones, utilizó un rudo comentario sexista para atacar a la representante Nancy Pelosi, la expresidenta de la Cámara de Representantes quien es una de sus rivales políticas de larga data.
"Es una mala persona", dijo Trump en el Van Andel Arena de Grand Rapids, Míchigan. "Malvada. Es una malvada, enferma, loca". Hizo una mueca exagerada, con la boca abierta para llamar la atención sobre la siguiente sílaba: "Pe ".
Luego levantó un dedo dramáticamente, fingiendo que se había dado cuenta. "Oh, no", dijo. Mientras miles de personas se echaban a reír, Trump pronunció la palabra por el micrófono. "Empieza por P, pero no la diré", añadió Trump. "Quiero decirla".
Mientras la multitud rugía aún más fuerte, algunos de los asistentes empezaron a suministrar la palabra que él apenas había omitido, gritando: "¡Perra!".
En los últimos días de la contienda, Trump ha hecho llamamientos directos a las mujeres mientras hace frente a una brecha de género en las encuestas que les ha preocupado a él y a su equipo. Ha evitado mencionar su papel en el nombramiento de los jueces de la Corte Suprema que anularon el derecho constitucional al aborto, una cuestión que, según las encuestas, es una de las principales preocupaciones de las votantes femeninas.
Pero, al mismo tiempo, Trump ha utilizado un lenguaje misógino para referirse a la vicepresidenta Kamala Harris y ha fomentado un ambiente en sus mítines en el que oradores y asistentes se sienten cómodos profiriendo el tipo de insultos de género que, en otra época política, habría sido impensable decir en público.
Trump ha argumentado que Harris, quien sería la primera mujer presidenta si gana, carece de la resistencia y la inteligencia para dirigir el país. Pareció aceptar un comentario gritado por un asistente al mitin que insinuaba que Harris era una prostituta. Y expresó cierta aprobación a la idea de un miembro del público de poner a Harris en el ring con el boxeador Mike Tyson.
En Reading, Pensilvania, Trump estaba hablando de Tyson cuando un hombre del público aprovechó la ocasión para denigrar a Harris. "Oh, dice: 'Pon a Mike en el ring con Kamala'", dijo Trump. "Eso será interesante". La multitud vitoreó.
Utilizó imágenes violentas al denunciar a Liz Cheney, la excongresista republicana que se ha convertido en una defensora declarada de Harris, como una cobarde. "Pongámosla con un rifle ahí de pie con nueve cañones disparándole, ¿vale?", dijo Trump la semana pasada durante una entrevista con Tucker Carlson. "Veamos cómo se siente al respecto. Ya sabes, cuando las armas estén apuntando a su cara".
Y aunque Trump ha dicho que sus asesores le han pedido que deje de decir que protegería a las mujeres, la semana pasada fue un paso más allá al decir que las protegería "les guste o no".
La campaña de Harris tachó esos comentarios de paternalistas y sexistas. "Simplemente no respeta la libertad de las mujeres ni la inteligencia de las mujeres para saber qué es lo que más les conviene y tomar decisiones en consecuencia", dijo Harris en un mitin en Phoenix. "Pero nosotros confiamos en las mujeres".
La campaña de Trump no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios.
Las declaraciones de Trump han abierto la puerta a que sus aliados expresen sus propias opiniones groseras y sexistas, incluso en sus actos de campaña. En su mitin del 27 de octubre en el Madison Square Garden, un orador comparó a Harris con una prostituta dirigida por "padrotes". Otro llamó a Hillary Clinton, la oponente de Trump en 2016, "enferma hija de perra".
El súper PAC (sigla en inglés de comité de acción política) pro-Trump de Elon Musk publicó un anuncio que insinuó uno los insultos más vulgares para las mujeres en el idioma inglés. El anuncio abría con "Kamala Harris es una palabra con c". Finalmente reveló que la palabra era comunista. Musk es uno de los sustitutos más conocidos de Trump, y el expresidente lo elogia largo y tendido en sus mítines.
El compañero de fórmula de Trump, el senador JD Vance, de Ohio, respondió al comentario del presidente Biden, que parecía insultar a los partidarios de Trump calificándolos de "basura", utilizando una descripción similar para Harris. "Vamos a sacar la basura, y la basura se llama Kamala Harris", dijo en un mitin en Atlanta esta semana.
Anteriormente, Vance había descalificado ampliamente a las líderes liberales como "un puñado de señoras con gatos y sin hijos que se sienten miserables de sus propias vidas y de las decisiones que han tomado".
El comentarista conservador Bill Kristol, que desde hace tiempo se opone a Trump, citó el comentario del expresidente sobre Pelosi y el comentario "basura" de Vance sobre Harris en X, y replicó: "Si vas a votar por Trump-Vance, es esto por lo que estás votando".
En la última semana de Trump, su campaña ha recurrido cada vez más a mujeres para que hablen en los actos previos de sus mítines y ha colocado a mujeres en las gradas detrás del escenario. La gobernadora de Arkansas, Sarah Huckabee Sanders, la piloto de carreras retirada Danica Patrick y Sage Steele, antigua presentadora de ESPN, han animado a los seguidores de Trump en el último fin de semana.
Pero la dificultad de Trump para hacer un llamamiento de macho a los hombres al tiempo que intenta no alienar a las mujeres quedó patente en su mitin en Pittsburgh el día antes de las elecciones. Llamó al escenario a Megyn Kelly, expresentadora de Fox News.
Kelly y Trump se enemistaron públicamente durante su primera campaña en 2016, cuando ella lo presionó por sus comentarios en los que llamaba a las mujeres "cerdas gordas, perras, babosas." Él respondió atacándola en internet y diciendo a un entrevistador que a Kelly le salía "sangre por los ojos, sangre por donde sea".
Sin embargo, el lunes, en ese crítico estado electoral en disputa, Kelly lo defendió de las críticas por sus comentarios sobre la protección de las mujeres. Luego, cerró su discurso a las mujeres expresando su preocupación por los hombres.
"No me gusta su versión de la masculinidad tóxica o de la nueva masculinidad", dijo refiriéndose a los demócratas. "Prefiero la versión antigua".
Chris Cameron colaboró con la reportería.
Michael Gold es corresponsal de política del Times que cubre las campañas de Donald Trump y otros candidatos a la presidencia en 2024. Más de Michael Gold
Chris Cameron colaboró con la reportería.