Las encuestas están reñidas. Los resultados podrían no estarlo

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Polls and Public OpinionPresidential Election of 2024Harris, Kamala DTrump, Donald JElectoral College

Un error de sondeo muy normal podría impedirnos prever una victoria decisiva de cualquiera de los candidatos.

Estas dos cosas son ciertas sobre la contienda presidencial: las encuestas muestran actualmente un empate en efecto entre la vicepresidenta Kamala Harris y el expresidente Donald Trump. Y que las encuestas estén reñidas no significa necesariamente que vaya a haber un resultado reñido.

Esto puede parecer contraintuitivo, pero el hecho es que estamos a un error muy normal en las encuestas de que cualquiera de los candidatos consiga una victoria decisiva, especialmente en el Colegio Electoral.

Este es un punto que mi colega Nate Cohn ha planteado regularmente en sus actualizaciones sobre la contienda electoral durante las últimas semanas. Pero vale la pena repetirlo, porque obtener un resultado que se inclina más hacia un lado cuando solo se esperan márgenes estrechísimos podría avivar aún más la desconfianza en las encuestas y en el propio proceso electoral.

"Puedes tener una elección reñida en el voto popular y alguien podría superar los 315 votos del Colegio Electoral, lo que no parecerá reñido", dijo Lee Miringoff, director del Instituto de Opinión Pública del Marist College. "O podrías obtener un voto popular que esté a cinco puntos" de diferencia, añadió, "lo que es, según los estándares actuales, aplastante, una palabra que nadie ha utilizado este año".

Desde 1998, las encuestas electorales en las elecciones presidenciales, de la Cámara de Representantes, el Senado y para gobernadores han diferido del conteo final de votos con un promedio de seis puntos porcentuales, según un análisis de FiveThirtyEight. Pero en las elecciones intermedias de 2022, ese error promedio fue de 4,8 puntos, lo que lo convierte en el ciclo de sondeos más preciso del último cuarto de siglo. Si este año las encuestas se equivocaran, en cualquier dirección, por el mismo margen, el candidato ganador obtendría una victoria decisiva.

Según la media de las encuestas del lunes, si los sondeos subestiman a Harris en 4,8 puntos en cada uno de los siete estados de tendencia electoral incierta, ganaría todos ellos y un total de 319 votos electorales, frente a los 219 de Trump. Si esas mismas encuestas subestiman a Trump por el mismo margen, él ganaría todos los estados disputados, con un total de 312 votos electorales.

[Los gráficos a continuación muestran, de arriba hacia abajo, los votos electorales si Harris consigue los siete estados disputados y los votos electorales si es Trump quien consigue dichos siete estados]

Puede que no todas las encuestas fallen en la misma dirección, ni en esa magnitud. Pero incluso un año históricamente preciso para las encuestas podría significar que cualquiera de los candidatos arrasaría en la mayoría de los estados disputados: Arizona, Georgia, Míchigan, Nevada, Carolina del Norte, Pensilvania y Wisconsin.

Las encuestas previas a las elecciones tienen cierto margen de error inevitable, en parte por el propio proceso de sondeo, pero sobre todo porque tienen que adivinar quién va a ir a votar realmente, a fin de hacer coincidir la muestra que tienen con esa población votante. Otros sondeos de opinión pública que se concentran en temas no políticos no tienen que enfrentarse a ese reto.

"Como las herramientas que tienen las encuestadoras para prever la participación son bastante limitadas --intención declarada de votar, interés por las elecciones, importancia percibida del resultado, participación en el pasado--, todas pueden cometer los mismos errores si esas herramientas no resultan ser tan útiles en unas elecciones determinadas", dijo Scott Keeter, asesor sénior de encuestas del Centro de Investigación Pew.

Quién acude a votar supone obviamente una gran diferencia en cuanto a quién gana. En estos momentos, la mayor ventaja en un estado de tendencia electoral incierta es la que tiene Trump en Arizona, donde los promedios de las encuestas le dan una ventaja de tres puntos, por lo que incluso un error tan pequeño como dos o tres puntos porcentuales podría significar una gran victoria para cualquiera de los candidatos.

En parte, esto se debe a que las encuestas tienden a fallar en la misma dirección en un ciclo electoral determinado (aunque no siempre), y a que los estados disputados que son demográficamente similares tienden a votar de la misma manera (aunque, de nuevo, no siempre). Como resultado, si las encuestas se equivocan aunque sea por un pequeño margen, pero en la misma "dirección" (ya sea subestimando a Trump o subestimando a Harris), eso podría significar la diferencia entre que un candidato u otro derribe los estados de tendencia electoral incierta como fichas de dominó.

Nada de esto quiere decir que el día de las elecciones vayamos a tener definitivamente un nocaut; sigue existiendo la posibilidad muy real de que sea una contienda estrecha que se reduzca a unos cientos de votos en un solo estado. Pero comprender que se trata de posibilidades que entran dentro del margen de error normal de las encuestas puede ayudar a frenar parte del golpe cuando finalmente se cuenten los resultados.

Kaleigh Rogers es reportera del Times y cubre las encuestas electorales y la industria de los sondeos. Más de Kaleigh Rogers

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