Polls and Public OpinionPresidential Election of 2024Trump, Donald JHarris, Kamala DUnited States Politics and Government
La tendencia de los sondeos es inclinarse en una u otra dirección, por lo que aún es posible una victoria bastante decisiva de cualquiera de los candidatos.
A un día para que finalice la campaña de 2024, las encuestas muestran una de las elecciones presidenciales más reñidas de la historia de la política estadounidense.
En todo el país o en los principales estados clave, ni Kamala Harris ni Donald Trump tienen más de un punto porcentual de ventaja. Ninguno de los candidatos tiene una ventaja significativa en suficientes estados para ganar 270 votos electorales.
En la historia de las encuestas modernas, nunca ha habido una contienda en la que los sondeos finales muestren un resultado tan reñido. Si los promedios de las encuestas son exactos hasta el decimal (no lo serán), Harris apenas necesitaría superar a los sondeos para imponerse.
La elección de 2004 entre John Kerry y George W. Bush podría ser la siguiente elección más reñida en términos de sondeos, pero es difícil situarla en el mismo nivel. Incluso entonces, Bush era un claro favorito. Kerry necesitaba ganar estados como Florida y Ohio, donde Bush mantenía una consistente aunque pequeña ventaja en los sondeos finales.
Esta vez, ni Trump ni Harris se enfrentan a un camino tan estrecho hacia la victoria. En Pensilvania, un estado clave en los sondeos preelectorales de este año, ambos candidatos pueden señalar varias encuestas de alta calidad que los muestran empatados o con ventaja. Por si fuera poco, ambos son muy competitivos en otros estados, en caso de que Pensilvania fracasara.
Otra cosa es si el resultado final será tan reñido como las encuestas lo indican. Incluso en un año excelente para las encuestas, estas tienden a equivocarse en un sentido u otro, aunque solo sea por uno o dos puntos. Cuando se producen estos errores sutiles, la mayoría de las veces pasan desapercibidos y los encuestadores lo celebran.
Este año, incluso un sondeo relativamente preciso podría arrojar resultados muy diferentes. No hay que sorprenderse si alguno de los candidatos acaba ganando de una manera que parezca decisiva, como por ejemplo arrasando en todos los estados disputados y obteniendo más de 300 votos electorales.
¿Y si las encuestas se equivocan?
Por supuesto, también es posible que las encuestas se equivoquen por más de uno o dos puntos porcentuales. Si este fuera el caso, el resultado no solo podría parecer decisivo, sino que también produciría una victoria sorprendentemente cómoda. De hecho, bastaría con los errores de las encuestas de los dos últimos ciclos electorales.
Incluso cuando no hay buenas razones para esperar que las encuestas se equivoquen, puede suceder. Esta vez, no faltan posibles explicaciones.
Si se equivocan, el abanico de posibles resultados es enorme. Por un lado, los demócratas tendrían alguna posibilidad de ganar el Senado y recuperar el control total del gobierno. Del otro lado, los republicanos se harían con el control total del gobierno con una cómoda mayoría, incluyendo 55 escaños en el Senado o más.
¿Cuál fue el último cambio en las encuestas?
Aunque la contienda estuvo básicamente reñida durante todo octubre, está bastante claro que las encuestas se inclinaron hacia Trump en las últimas semanas.
Las encuestas a nivel nacional se han vuelto extremadamente ajustadas, lo que aumenta la posibilidad de una victoria de Trump en el voto popular. Y la ventaja, alguna vez clara pero modesta, de Harris en el llamado muro azul de Pensilvania, Wisconsin y Míchigan prácticamente se ha evaporado.
Trump tomó la delantera por poco margen en nuestros promedios a mediados de la semana pasada. Tomó ventaja en Pensilvania después de semanas en las que las encuestas mostraban un empate o una ventaja para Trump. En el cálculo de los modelos estadísticos de previsión, esto convirtió a Trump en un ligero favorito.
Pero en los últimos días ha habido indicios de que la contienda ha empezado a inclinarse un poco hacia Harris:
Después de una racha de varias semanas de encuestas de alta calidad que mostraban a Trump empatado o con ventaja en Pensilvania, Marist College, YouGov, Muhlenberg College y The Washington Post encontraron a Harris estrechamente por delante. Luego, el sondeo de Ann Selzer/Des Moines Register en Iowa --quizás el sondeo público de mayor renombre-- dio a Harris una ventaja de tres puntos en Iowa, un estado que se había considerado sólidamente republicano. (Trump ganó el estado con holgura tanto en 2016 como en 2020). Finalmente, la última oleada de encuestas del New York Times/Siena College mostró que Harris tenía una estrecha ventaja en los principales estados disputados, incluyendo ganancias significativas en los estados clave del Cinturón del Sol, ya que los votantes indecisos dijeron que se inclinaban hacia ella. Los avances de Harris se produjeron en un momento en que la conversación política giraba en torno a las responsabilidades del expresidente. Esto incluyó el mitin de Trump en el Madison Square Garden y la advertencia de su antiguo jefe de gabinete de que presidiría como un dictador. Aunque las noticias y las encuestas han contribuido a dar impulso a la campaña de Harris en la antesala del día de las elecciones, el efecto general en los promedios ha sido relativamente mínimo. La contienda sigue empatada. Históricamente, los cambios de última hora en las encuestas no necesariamente permiten predecir cuan erradas podrían estar el día de las elecciones. Al final, los votantes, y no las encuestas, tendrán pronto la última palabra. Nate Cohn es el analista político jefe del Times. Cubre elecciones, opinión pública, demografía y encuestas. Más de Nate Cohn