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Neal's Yard, un importante minorista de queso de Londres, dijo que un cargamento de 22 toneladas de un cheddar poco común había desaparecido en la estafa.
El caso ha provocado chistes. Pero no es ninguna broma para el muy unido mundo de los productores británicos de queso artesanal, que se encuentra aturdido por la desaparición de 22 toneladas de un Cheddar poco común valoradas en al menos 300.000 libras, unos 390.000 dólares, en lo que parece ser la mayor estafa que ha sufrido su industria en décadas.
"Nunca imaginamos que pudiera ocurrir algo así", dijo Patrick Holden, en cuya granja lechera de Gales se elaboró parte del cheddar desaparecido.
"Claro", añadió, "la gente tiene deudas fuertes. ¿Pero un robo? Eso simplemente no pasa".
Todo empezó en julio. Fue entonces cuando Neal's Yard Dairy, uno de los principales minoristas de queso de Londres, dijo que había recibido un importante pedido de lo que parecía ser un "distribuidor mayorista legítimo de un importante minorista francés".
La empresa recurrió a la granja lechera de Holden y a otros dos productores de queso --Westcombe Dairy y Trethowan Brothers-- para surtir el pedido, que, con 22 toneladas, era más de lo que uno solo podía suministrar.
Holden dijo que al principio se sintió halagado. ¿Una cadena francesa quería comprar tanto queso británico? ¿Y cheddar, una variedad por excelencia muy británica?
"Íbamos por ahí, orgullosos, diciendo: 'Adivina qué, un supermercado francés va a comprar nuestro queso'", dijo Holden, riendo entre dientes.
"Nunca pensamos que eso ocurriría", continuó. "Bueno, pues resulta que no ocurrió".
Neal's Yard envió el queso en dos remesas en septiembre, y el pago debía efectuarse el 7 de octubre, según un socio de la empresa, David Lockwood. Este dijo que, cuando una semana después el dinero no había llegado, Neal's Yard intentó localizar el pago, pero no obtuvo respuesta.
"Básicamente, nuestros contactos se volvieron ilocalizables", dijo Lockwood, quien se negó a compartir la correspondencia con The New York Times.
La empresa acudió a la policía de Londres el 21 de octubre, "cuando tuvimos la certeza de que nos habían estafado", añadió Lockwood en un mensaje de texto.
La Policía Metropolitana de Londres confirmó que había recibido una denuncia sobre "el robo de una gran cantidad de queso" de una empresa de Southwark, un distrito del sureste de la capital británica donde Neal's Yard tiene un almacén.
No es la primera vez que la industria láctea es víctima de los delincuentes. En 2015, la policía italiana detuvo a una banda acusada de robar Parmigiano-Reggiano por valor de unos 875.000 dólares. Al año siguiente, unos ladrones de Wisconsin robaron un remolque con unos 46.000 dólares de queso. Más recientemente, unos ladrones se llevaron unos 23.000 dólares de queso en Países Bajos.
Pero aunque "este tipo de cosas ocurren un poco más en Italia", dijo Patrick McGuigan, escritor gastronómico británico que ha escrito dos libros sobre el queso, añadió, "en el Reino Unido es muy, muy raro".
Aunque no es algo sin precedentes. En un robo de queso en el Reino Unido en 1998, unos ladrones se llevaron seis toneladas de cheddar galardonado.
Mover el queso robado podría resultar difícil, señaló McGuigan. "Es un poco como, ya sabes, si robas un cuadro de Van Gogh, es bastante difícil venderlo, porque todo el mundo sabe que es un cuadro de Van Gogh", explicó.
La policía está investigando el último caso. No se ha producido ninguna detención. Por ahora, el sector insta a la vigilancia. Jamie Oliver, célebre chef británico, advirtió a los entusiastas del queso que desconfiaran "de cantidades sospechosamente grandes de cheddar de primera calidad en el mercado negro".
"Recuerden, si el queso parece demasiado bueno para ser verdad, probablemente lo sea", escribió en Instagram. "Encontremos a estos ladrones de queso".
Los productores de queso lamentaban la pérdida a varios niveles.
"Siento como si conociera a cada una de ellas individualmente", dijo Todd Trethowan sobre las ruedas de cheddar perdidas que su granja proporcionó. "Pensar que habían desaparecido, y ese esfuerzo desperdiciado, fue un duro golpe".
Lockwood dijo que Neal's Yard había cumplido sus pagos a los tres queseros. También están los costos adicionales de la mano de obra perdida, el embalaje y el envío.
Dijo que no creía que su empresa recuperara mucho con el seguro. "Recuerda que nosotros lo cargamos en el camión", dijo. "Nos estafaron".
Sin embargo, Lockwood dijo que la empresa también intentaba aprender de la experiencia, y tal vez buscar un rayo de esperanza.
"Sería una gran comedia de acción", dijo. "Quizá podamos vender los derechos y recuperar parte del dinero".
Amelia Nierenberg es reportera de noticias de última hora para The New York Times en Londres y cubre noticias internacionales. Más de Amelia Nierenberg