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Acompañados de celebridades como Tyler Perry y Samuel L. Jackson, el expresidente intentó inyectar energía a la vicepresidenta, considerada a menudo como su sucesora.
El expresidente Barack Obama intentó transferir la energía de su movimiento político a la vicepresidenta Kamala Harris en un mitin celebrado el jueves por la noche a las afueras de Atlanta --su primera aparición conjunta de la campaña--, mientras trataba de ayudarla a cruzar la meta.
"Juntos, tenemos la oportunidad de elegir una nueva generación de liderazgo en este país", dijo Obama a una multitud de 23.000 personas en un estadio de fútbol americano de una escuela preparatoria en Clarkston, Georgia. "Y empezar a construir un Estados Unidos mejor, más fuerte, más justo y más esperanzador".
Cuando Harris subió al escenario, el expresidente le levantó el brazo como a un boxeador profesional que está celebrando. Harris rápidamente pareció intentar adoptar el liderazgo, dirigiendo al público, el más numeroso que ha congregado desde que consiguió la candidatura demócrata, para corear "Yes, we can" (Sí podemos), el lema de la campaña de Obama en 2008.
"Millones de estadounidenses se sintieron motivados e inspirados no solo por el mensaje de Barack Obama, sino por su forma de liderar", dijo Harris después de que este le cediera el podio. "Buscando unirnos en lugar de separarnos".
Procedió a atacar al expresidente Donald Trump como un autoritario "poco serio" pero peligroso que perjudicaría a los estadounidenses en sus vidas cotidianas al tiempo que socavaría la democracia de la nación.
Este año, la campaña de Harris espera utilizar el poder de los políticos más populares del partido y de las grandes celebridades para avivar a sus votantes de base. A Obama y Harris se les unió el jueves el rockero Bruce Springsteen, quien tocó un segmento de tres canciones con guitarra y armónica antes de que la vicepresidenta hablara, acusando a Trump de postularse a la presidencia para ser un "tirano estadounidense". El viernes por la noche, en Houston, Harris aparecerá con Beyoncé, una de las artistas musicales más populares del mundo. El sábado, tendrá un acto de campaña con Michelle Obama en Míchigan.
La amplitud de las celebridades con los que Harris se presentó el jueves refleja la coalición que está intentando construir. Allí estaban Springsteen, especialmente querido por los estadounidenses blancos de mayor edad; el actor y comediante Tyler Perry, popular entre las mujeres negras, que pronunció un apasionado discurso sobre cómo crecer en la pobreza; y destacados artistas negros como Spike Lee y Samuel L. Jackson, quien señaló con orgullo a la multitud que él y Harris comparten una mala palabra favorita.
Jake Schneider, director de respuesta rápida de la campaña de Trump, desestimó el impacto de estas personalidades en los votantes, diciendo que "recurrir a celebridades no es nada nuevo para el partido de las élites de Hollywood".
Harris y Obama son amigos desde hace mucho tiempo y ella lo apoyó frente a Hillary Clinton en 2007, cuando era la fiscal del distrito de San Francisco, desafiando a la mayor parte de la clase dirigente del Partido Demócrata.
Georgia es un estado muy disputado y Atlanta, con una importante población negra, es su mayor impulsor de votos demócratas. Pero el apoyo a la vicepresidenta entre los votantes negros, especialmente entre los hombres negros, ha sido más bajo de lo habitual para un demócrata que contiende por la presidencia. Este mes, Obama sugirió que la culpa era del sexismo. El jueves, uno de los presentadores de Harris, el senador Raphael Warnock de Georgia, intentó desestimar los temores de que los hombres negros apoyarían a su oponente.
"No estamos confundidos", dijo. "Sabemos que éste es el hombre al que el Departamento de Justicia hizo responsable porque ni siquiera alquilaba apartamentos a los negros", dijo Warnock.
En 2020, Joseph R. Biden Jr. ganó en Georgia por menos de 13.000 votos, la primera vez que un demócrata ganaba el estado en unas elecciones presidenciales desde 1992. Su victoria --impulsada, en parte, por los cambios demográficos y un esfuerzo demócrata coordinado para llegar a nuevos votantes en el estado-- ha hecho soñar al partido con que se repita este otoño. Pero las encuestas muestran una contienda muy reñida.
Ambas campañas han respondido destinando recursos a Georgia, donde ya han votado más de dos millones de personas. Trump visitó el estado el miércoles por segunda vez en ocho días, y el viaje de Harris del jueves fue el segundo en una semana.
Como en otros lugares, la campaña de Trump en Georgia se ha centrado en la economía y la inmigración. En su intento de provocar miedo por el aumento de inmigrantes que cruzaronn la frontera durante gran parte del gobierno de Biden, el expresidente ha citado con frecuencia la muerte de Laken Riley, una estudiante de enfermería de 22 años que, según las autoridades, fue asesinada por un inmigrante indocumentado.
La campaña de Harris ha hecho hincapié en el derecho al aborto como tema principal en Georgia, que prohíbe el procedimiento en la mayoría de los casos a las seis semanas aproximadamente. En la campaña, Harris y sus aliados han contado las historias de Amber Thurman y Candi Miller, dos mujeres de Georgia que murieron tras retrasos en el tratamiento derivados de la prohibición, según un informe de ProPublica. Ahora Harris intenta ganarse el apoyo de los votantes moderados independientes y republicanos culpando a Trump por las prohibiciones del aborto aprobadas en muchos estados conservadores.
"En todos los estados del sur, incluido Georgia, hay una prohibición de Trump en torno al aborto", dijo el jueves. "Muchas de ellas sin excepciones, ni siquiera por violación o incesto".
Aunque Harris fue bien recibida en Clarkston, seguir a Obama, uno de los oradores políticos más talentosos del país, entrañaba peligros.
Mientras ella hablaba, algunos miembros de la multitud, que habían esperado durante horas en medio del calor, empezaron a dirigirse hacia las salidas.
Michael Gold, Alan Blinder, Maya King y Rebecca Davis O'Brien colaboraron en este reportaje desde Clarkston, Georgia, y Erica L. Green desde Washington.
Nicholas Nehamas es un reportero de política para el Times que cubre la campaña presidencial de la vicepresidenta Kamala Harris. Más de Nicholas Nehamas
Michael Gold, Alan Blinder, Maya King y Rebecca Davis O'Brien colaboraron en este reportaje desde Clarkston, Georgia, y Erica L. Green desde Washington.