Un gigante de la agricultura estadounidense recibe un mensaje de 11 pisos de altura

The New York Times: Edición Español

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SÃO PAULO, Brasil -- Hace dos semanas, en un tejado a 11 pisos del suelo en la ciudad de São Paulo, un artista callejero popular en Brasil, Mundano, estaba sentado en una cubeta volteada, mezclando agua, barniz y cenizas recolectadas de incendios que habían arrasado con una selva tropical brasileña para crear una paleta de tonos grises.

Más allá de la cornisa le esperaba el muro recién encalado de 1393 metros cuadrados de un elegante edificio residencial a plena vista de los autobuses y autos que circulaban por una avenida principal que conecta al centro de la ciudad.

Esa noche, Mundano y otros cinco artistas asistentes comenzarían a pintar un mural enorme de una líder indígena, Alessandra Korap, rodeada de un paisaje amazónico calcinado, sosteniendo una pancarta que insta a Cargill, el gigante agrícola con sede en Minnesota, a eliminar de su cadena de suministro los cultivos sembrados en tierras recientemente deforestada.

Este proyecto es una colaboración con el grupo de conservación sin fines de lucro Stand.Earth, que financió el mural como parte de una campaña contra Cargill.

El resultado final se develó oficialmente el miércoles, aunque no es un secreto para quienes compran en los supermercados, los transeúntes y quienes trabajan en las pequeñas tiendas que rodean un estacionamiento debajo del mural.

"Ya me cansé y ni siquiera hemos empezado", dijo Mundano, cuyo nombre de pila (que rara vez se menciona) es Thiago.

A lo largo de días y algunas noches, Mundano y sus asistentes trabajaron desde ocho andamios suspendidos (como los que usan los trabajadores que limpian ventanas).

Usaron pinturas hechas de cenizas tomadas de los incendios provocados en la Mata Atlántica en Brasil, lodo tomado de las inundaciones que destruyeron franjas del estado de Grande do Sul, en el sur del país, carbón de los árboles chamuscados en la Amazonia y barro de las cuencas de río asediadas por las sequías en todo el país.

"Estoy conectando las sequías, las inundaciones y los incendios porque están todos vinculados", afirmó Mundano, quien sostiene que este será el mural más grande de Brasil pintado exclusivamente con materiales naturales (además de barniz acrílico a base de agua), un estilo que ha convertido en su sello distintivo.

El último paso era poblar la pancarta de seis pisos de altura que en el mural sostiene Korap, miembro de la tribu munduruku que creció en el estado de Pará. El letrero dice: "Paren la destrucción" en inglés y en portugués, con la etiqueta #KeepYourPromise (Cumplan su promesa).

La "promesa" se refiere al compromiso que Cargill expresó en noviembre de 2023, cuando definió el año 2025 como fecha límite "para eliminar la deforestación y la conversión de tierras de su cadena de suministro directa e indirecta" de soya y otros cultivos en Brasil, Argentina y Uruguay. Cargill es uno de los exportadores más grandes de soya brasileña.

"Quiero mostrar una imagen de nuestra lucha, de esta guerrera audaz", comentó Korap, uno de los seis ganadores del prestigioso Premio Medioambiental Goldman en 2023. "Afirma que estamos vivos, que estamos luchando todos los días".

En un informe de abril, Stand.Earth citó a 18 empresas con "vínculos confirmados o presuntos" con Cargill que han deforestado o convertido tierras silvestres para la producción de soya. El grupo defensor de derechos ambientales cubrió el costo del mural, de alrededor de 80.000 dólares, según afirmó Mathew Jacobson, director de la campaña contra Cargill.

En un comunicado, Cargill declaró que estaba "rumbo a cumplir" su compromiso de "eliminar la deforestación en las cadenas de suministro de soya" en la región.

También acusó Stand.Earth de distorsionar la labor de Cargill.

Sobre las empresas mencionadas en el informe de abril, Cargill señaló que dos no están en su cadena de suministro, tres ya se eliminaron y cuatro dejaron de hacer negocios con Cargill desde hace años. Cargill afirmó que había investigado a las otras y les había prohibido usar tierras deforestadas para cultivos.

A inicios de esta semana, Mundano y su equipo pintaron con esmero, filmaron y luego usaron escobas y extintores llenos de agua para borrar 21 versiones del letrero que denuncia a los miembros de la familia multimillonaria Cargill-MacMillan, que en conjunto controlan la empresa.

Cada una de las versiones se basaba en pinturas hechas por miembros de la comunidad munduruku en un taller que Mundano organizó con Korap en jjulio. Estas serán entregadas por Jacobson en las casas de las familias Cargill en todo Estados Unidos.

"Los vemos como los líderes y la fuerza motriz de la industria que es la mayor responsable de la destrucción de los bosques y otros entornos naturales", indicó Jacobson, y agregó que la propiedad privada de Cargill evita a los accionistas la rendición de cuentas.

"Dada la cantidad de recursos que tienen los propietarios, les corresponde a ellos implementar sistemas para monitorear esas cosas", acotó, "en lugar de seguir lucrando con la destrucción".

En abril, la empresa informó que, de 2022 a 2023, Cargill duplicó sus ganancias en Brasil.

La campaña también busca denunciar el proyecto de una vía férrea de 933.42 kilómetros conocido como Ferrogrão, o el Gran ferrocarril, cuya planeación comenzó hace mucho, se ha aplazado múltiples veces y tiene como propósito facilitar el transporte de productos agrícolas y mineros al puerto de Miritituba en el Amazonas.

Partes de la ruta planeada del proyecto gubernamental financiado con fondos privados atraviesan tierras protegidas.

Cargill mencionó que esto "no forma parte del consorcio que se estableció para construir" el ferrocarril, pero también comentó que aumentar la capacidad de transporte sin dejar de proteger el medioambiente era vital para alimentar al mundo.

Para cuando llegó la semana pasada, los artistas en el sitio del mural ya habían perfeccionado sus rutinas. Un artista conocido como Hullk (cuyo nombre real es André França), originario de Manaos, una ciudad del estado de Amazonas, rallaba guaraná seco para crear un estimulante natural que suele consumirse en su región.

Daniel Wera, fumaba una petyngua, una pipa ceremonial que usan los guaraníes con quienes ha trabajado en la región del pueblo São Paulo. "La uso para no olvidar por qué estoy aquí", explicó. "Estoy aquí para presentar al bosque".

Dos hojas de papel mostraban más de 20 tonos de tierra y ceniza y sus "recetas". Mundano estaba sentado en una cubeta de barniz, rallando barro tomado de una región devastada por la sequía cerca de la casa de Korap en el estado de Pará. El tono que creó se usaría para los trazos de humo que flotan entre los árboles en el fondo del mural.

"¿Queda algo de la Mata atlántica?", preguntó otro artista, André Firmiano, en referencia no al ecosistema brasileño en vías de desaparición sino al tono gris oscuro que estaban usando para delinear los árboles.

"No", respondió alguien.

"Entonces hay que hacer más".

Un mural de 1393 metros cuadrados comparte un mensaje ambiental en São Paulo, el 22 de octubre de 2024. (Victor Moriyama/The New York Times)

Daniel Wera, artista asistente, fuma una petyngua, una pipa ceremonial, antes de empezar a trabajar en São Paulo, el 12 de octubre de 2024. (Victor Moriyama/The New York Times)

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