EL PROGRAMA, QUE LES OFRECE PROVISIONES GRATUITAS A MILLONES DE MUJERES Y NIÑOS DE TODO EL PAÍS, AHORA INCLUYE NAAN, LECHE DE SOYA, TEFF Y OTROS PRODUCTOS.
Ileana Arroyo empujaba un carrito por varios pasillos ordenados con productos frescos, cereales integrales, alimentos infantiles y otros artículos en una pequeña tienda de comestibles del barrio de Humboldt Park de Chicago. Arroyo, que compraba comida para sus cuatro hijos, echó un vistazo a una pared de cereales. Encima de las cajas de colores brillantes, un cartel decía: "Sé la madre que quieres ser".
Esa tienda forma parte de un programa federal de alimentos que les proporciona comida y leche de fórmula gratis a cerca de 6,6 millones de mujeres y niños de bajos ingresos en Estados Unidos, incluido casi el 40 por ciento de los bebés del país. Pero a pesar de su amplio alcance, la participación en el Programa Especial de Nutrición Suplementaria para Mujeres, Bebés y Niños, conocido como WIC, por su sigla en inglés, ha menguado en los últimos años. Solo la mitad de las mujeres y los niños que cumplen los requisitos están afiliados.
Los expertos afirman que las limitadas opciones alimentarias del programa han sido un obstáculo. En respuesta, los responsables del programa anunciaron este año que WIC ampliaría de manera significativa la variedad de alimentos ofrecidos, con la esperanza de llegar a un grupo mayor y más diverso de mujeres y niños. Los participantes con intolerancia a la lactosa y los veganos ahora pueden comprar leche de soya o de almendras en lugar de productos lácteos. Las opciones de cereales, antes limitadas a pasta y pan de molde, ahora incluyen amaranto, tortillas de maíz azul, arroz salvaje, teff, naan y quinoa. Y todos los beneficiarios tendrán acceso a más frutas y verduras . Los estados tienen dos años para implementar los cambios, pero algunos, incluido Illinois, ya empezaron a hacerlos.
Los cambios se basan en la creciente evidencia de que una buena alimentación es esencial para la salud, ya que protege a las mujeres de las complicaciones del embarazo, salva la vida de los bebés y reduce la tasa de desnutrición infantil.
Arroyo, de 34 años, cargó su minivan después de pagar y compartió que el programa le ha ayudado a ahorrar dinero cada mes desde que se inscribió en 2021. Ahora, las opciones extendidas han facilitado la preparación de comidas más nutritivas para sus hijos.
"Antes, no tenían comida hispana, como los frijoles Goya", comentó. "Ahora ofrecen más opciones con las que realmente alimento a mis hijos".
El programa WIC, creado por el Congreso en 1974, beneficia a mujeres embarazadas y madres de bebés y niños de hasta 5 años que están en riesgo de inseguridad alimentaria o déficit nutricional. Para tener derecho, los ingresos familiares no pueden superar el 185 por ciento del nivel federal de pobreza, o alrededor de 37.800 dólares para una familia de dos. La ciudadanía no es requisito.
Las beneficiarias acuden a una cita gratuita con un médico, enfermero o nutriólogo cuando se inscriben, y se les asigna un "paquete" mensual de alimentos predeterminado, como un paquete para mujeres lactantes. Las beneficiarias pueden elegir artículos específicos dentro de los grupos de alimentos prescritos en su paquete y comprarlos con una tarjeta de débito WIC en una tienda de comestibles normal, un mercado de agricultores o una tienda gestionada por el gobierno como en la que compra Arroyo.
"Digamos que para nosotros el programa WIC es el abuelo de 'la comida es medicina' porque se trata de proporcionar un paquete de alimentos específico diseñado para prevenir o mejorar riesgos específicos", explicó Cindy Long, directora de la división de Ciencia Alimentaria y Nutricional del Departamento de Agricultura, que supervisa el programa WIC. Las investigaciones han demostrado que el programa puede reducir la mortalidad infantil, los nacimientos prematuros y la anemia en los niños, entre otros beneficios.
"Es un efecto dominó verdaderamente fabuloso, comentó Lanre Falusi, pediatra del Children's National en Washington D. C. "Una vez que logramos resolver la inseguridad alimentaria y los déficits nutricionales de las familias con este programa, observamos mejoras generales en la salud".
A los expertos les sorprende que el aumento en la inseguridad alimentaria en Estados Unidos (en 2023, unos 47 millones de personas tenían acceso limitado o incierto a alimentos nutritivos) no haya provocado un aumento en el número de afiliaciones al programa WIC. Parte del problema es que los tipos de alimentos incluidos en el pasado no reflejaban la diversidad de las beneficiarias del programa, de las cuales casi un 40 por ciento son hispanas.
"Las participantes nos decían: '¿Por qué no nos preguntan qué comemos?'. El pan y la pasta no siempre coincidían con sus preferencias culturales", señaló Aditi Vasan, pediatra del Children's Hospital de Filadelfia y autora de un estudio reciente que analiza las barreras de afiliación al WIC. Otros obstáculos incluyen el desafío de tratar de identificar qué productos están cubiertos en las tiendas de alimentos habituales, así como el estigma de usar una tarjeta del programa WIC a la hora de pagar.
Doshaye Hatcher y su pareja, Ashley Leflore, se afiliaron al programa WIC en mayo, cuando su bebé de brazos, Dior, cumplió 6 meses y comenzó a comer alimentos sólidos. Hace poco, cuando hacía sus compras en un supermercado de Chicago, la pareja, que es vegetariana, agregó espinaca fresca, tofu, una piña y trigo bulgur a su carrito sin perder de vista a Dior.
Hatcher, preparadora de alimentos en la Facultad de Medicina de la Universidad de Chicago, comentó que el programa le ha ahorrado a su familia cientos de dólares en la factura mensual de comestibles. Y subrayó un beneficio más importante: el programa las ha guiado hacia alimentos saludables que de otro modo no comerían, como panes integrales para los tentempiés de Dior.
"A las mamás primerizas nos da un poco de miedo todo", comentó. "Pero este programa nos ayuda a asegurarnos de hacer lo correcto tratándose de su alimentación".
El programa, que les ofrece provisiones gratuitas a millones de mujeres y niños de todo el país, ahora incluye naan, leche de soya, teff y otros productos. (Steve Legato/The New York Times)