A pesar de las crisis mundiales, el precio de la gasolina baja ahora que se acercan las elecciones en EE.UU.

The New York Times: Edición Español

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En la mayoría de los estados, el precio de la gasolina está cerca (o incluso por debajo) de los 3 dólares el galón, de regreso a un promedio nacional no visto desde febrero. Se trata de uno de los ejemplos más claros de baja de precios tras un periodo de rápida inflación.

El precio medio de la gasolina normal se situó el martes en 3,16 dólares, un 11 por ciento menos que el año pasado por estas mismas fechas, según la asociación automovilística AAA. Los precios medios ya están por debajo de los 3 dólares el galón en 19 estados, incluidos los estados indecisos de Georgia, Carolina del Norte y Wisconsin.

Esta caída ha hecho que llenar el tanque sea mucho más asequible de lo que suele ser en las semanas previas a las elecciones presidenciales.

Junto con el costo de otros productos básicos como los huevos y la leche, los políticos y los consumidores con frecuencia utilizan el precio de la gasolina como barómetro de la salud de la economía y de la situación financiera de los estadounidenses. Otra particularidad del precio de la gasolina es que se anuncia casi en todas partes en un lugar destacado, así que les recuerda reiteradamente a los conductores si ir al trabajo o al supermercado les saldrá más o menos caro.

En la actualidad, los estadounidenses gastan en gasolina alrededor del 2 por ciento de sus ingresos disponibles, menos de lo que gastaban en el periodo previo a todas las elecciones presidenciales recientes, aparte de la contienda de 2020, según ClearView Energy Partners, una empresa de investigación de Washington D. C. El precio del petróleo se desplomó ese año cuando el mundo se paralizó a causa de la pandemia de COVID-19.

La vicepresidenta Kamala Harris ha intentado sacar partido de las buenas noticias económicas, atribuyéndose el mérito de la bajada de los precios de la gasolina. La Casa Blanca declaró que las decisiones de la administración de Biden de vender combustible de una reserva nacional y relajar ciertas normas de fabricación de gasolina ayudaron a bajar los precios.

El plan del expresidente Donald Trump es reducir aún más el precio, por debajo de 2 dólares el galón, como parte de una estrategia más amplia de reducir, al menos a la mitad, los costos energéticos en general. No ha explicado cómo lo haría.

Muchos consideran este objetivo poco realista. La última vez que el precio promedio estuvo debajo de 2 dólares fue en junio de 2020, cuando la demanda de petróleo se agotó en los primeros meses de la pandemia.

Dos años más tarde, después de que Rusia invadió Ucrania, el costo de la gasolina se disparó hasta los 5 dólares por galón, y el encarecimiento de la energía fue un factor importante en la aceleración de la inflación al consumo en todo el mundo.

Aunque el presidente tiene cierta influencia en los precios del combustible, los costos dependen sobre todo de la dinámica del mercado. Por ejemplo, los precios suelen bajar en otoño, cuando los días se acortan y las temperaturas se enfrían, factores que desaniman a la gente de aventurarse a salir.

Los precios del petróleo también han caído más de un 15 por ciento en el último año, hasta situarse en torno a los 72 dólares el barril el martes por la mañana, entre indicios de que el mundo podría tener pronto más crudo del que necesita. La producción de petróleo ha ido en aumento en Estados Unidos y otros países, mientras que la demanda se debilita en China, que desde hace tiempo ha sido una voraz consumidora de combustibles fósiles.

Para intentar mantener los precios, la OPEP y sus aliados frenaron la producción, con resultados desiguales. El grupo ha dicho que espera empezar a abrir más los grifos en diciembre.

El precio del petróleo podría volver a subir si se recrudecen los enfrentamientos en el Medio Oriente y se interrumpen las rutas de transporte o la producción.

Por el momento, un producto que ha sido de los principales motores de la inflación estadounidense en los últimos años está ayudando a enfriar la economía. El precio del gasóleo, que hace un año era de cerca de 4,50 dólares, ha bajado aún más que el de la gasolina, a 3,59 dólares.

"Los precios más bajos de la gasolina hacen que todo el mundo se sienta bien", comentó Jared Scheeler, director ejecutivo de Hub Convenience Stores, que opera varias gasolineras en Dakota del Norte.

Los estadounidenses consumen menos gasolina que antes. Ahora que hay mayor eficiencia energética y más vehículos eléctricos e híbridos en los caminos, el consumo nacional es alrededor de un 4 por ciento inferior al de 2019, según la Administración de Información Energética de EE.UU. (EIA, por su sigla en inglés). Muchos analistas dudan que llegue a recuperarse a los niveles prepandémicos.

Para compensar la reducción del tráfico, las gasolineras están cobrando más por el combustible. El margen medio por un galón de gasolina en Estados Unidos, que era de 24 centavos en 2019, ha aumentado a unos 39 centavos, una cifra por encima de la inflación, según el Servicio de Información de Precios del Petróleo.

"Tienen algunos gastos generales más elevados, pero la mayor parte ha sido mera oportunidad", afirmó Tom Kloza, director mundial de análisis energético de OPIS. "El mercado lo soportará".

Jeff Lenard, vicepresidente de la Asociación Nacional de Tiendas de Conveniencia (NACS, por su sigla en inglés), les atribuyó la ampliación de los márgenes de la gasolina, en parte, a un aumento en los costos (como los de mano de obra y las comisiones de las tarjetas de crédito) y a un cambio en el comportamiento de los consumidores. Explicó que algunos conductores ahora cargan combustible en el lugar al que quieren ir a comprar comida, en lugar de donde la gasolina es unos centavos más barata.

Las grandes cadenas de tiendas de conveniencia tienen un poder de fijación de precios especialmente fuerte. Alimentation Couche-Tard, una empresa canadiense que opera gasolineras Circle K, obtuvo un margen bruto de 48 centavos por cada galón de combustible que vendió en Estados Unidos en los tres meses concluidos a finales de julio; en contraste, ese margen fue de menos de 27 centavos por galón durante el mismo periodo en 2019, según muestran sus informes financieros. Las utilidades trimestrales de la compañía se dispararon casi un 50 por ciento en ese periodo.

Una gasolinera en Neosho, Misuri, el 22 de octubre de 2024. (Graham Dickie/The New York Times)

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