Books and LiteraturePolitical PrisonersNavalny, Aleksei ANavalnaya, Yulia BPutin, Vladimir VContent Type: Personal ProfilePatriot (Book)Russia
Alexéi Navalny sabía que probablemente moriría en prisión.
En los mensajes que enviaba a sus seguidores a través de las redes sociales, Navalny, líder de la oposición rusa, solía poner una nota de esperanza sobre el futuro de su país, o una nota cómica, bromeando sobre las absurdidades e indignidades de la vida en prisión.
Pero en los diarios que consiguió escribir y sacar a escondidas de la cárcel, era más introspectivo y contundente: "Desde el principio supe que me encarcelarían de por vida, o el resto de mi vida o hasta el final de la vida de este régimen", escribió Navalny en su diario en marzo de 2022. "Pasaré el resto de mi vida en prisión y moriré aquí".
Reflexionó sobre lo que eso significaría: perderse cumpleaños, aniversarios, las graduaciones de sus hijos. No conocer a sus nietos. La idea le dio ganas de gritar y romper cosas, escribió. Pero entonces pensó en otros disidentes rusos que habían sufrido destinos similares. "Me resigné y lo acepté", escribió.
Esos pasajes aparecen casi al final de Patriot, las memorias póstumas de Navalny que se publican el martes, ocho meses después de su muerte a los 47 años en una colonia penal del Ártico.
Patriot es a ratos divertida, ardiente, reflexiva y trágica, y está impregnada del humor irónico y el idealismo característicos de Navalny. Incluso desde su celda, se deleita atacando al presidente ruso, Vladimir Putin. También es el relato personal y desgarrador de un marido y padre que se enfrenta a la realidad de que nunca volverá a estar con su familia, de que Putin podría conseguir silenciarlo y de que los sacrificios que hizo para oponerse al autoritarismo y la corrupción tendrán graves consecuencias para las personas que más quiere.
Las memorias, que serán publicadas en Estados Unidos por Knopf, fueron recopiladas tras su muerte con la ayuda de Yulia Navalnaya, viuda de Navalny. Se publicarán en 22 idiomas, incluido el ruso. Para Navalnaya, la publicación de las memorias es una forma de infundir esperanza en el movimiento opositor ruso y de mantener a su esposo presente en el mundo.
"Es muy importante para mí mantener vivo su legado, llevar su voz al mayor número de personas posible", dijo Navalnaya en una entrevista en video el miércoles, desde un lugar de Europa que no pudo revelar por motivos de seguridad. "Cuando pierdes a alguien que es muy cercano a ti, quieres que todo el mundo le recuerde".
Navalny había contemplado escribir unas memorias durante varios años, dijo, pero lo que lo hizo empezar fue un envenenamiento casi mortal con el agente nervioso letal Novichok en Siberia en 2020.
"Todo cambió en su mente después de su envenenamiento, porque se dio cuenta de que la vida puede acabar al día siguiente", dijo Navalnaya.
Comenzó a escribir el libro mientras se recuperaba en Alemania. El relato comienza con su colapso en un avión tras ser envenenado, un atentado que los servicios de inteligencia occidentales han calificado de intento de asesinato patrocinado por el Estado.
La primera frase del libro resulta ahora brutalmente profética: "Morir realmente no dolió", escribió Navalny.
Más tarde describió su decisión de regresar a Moscú, sabiendo que podía ser detenido y asesinado. "Hay 1001 formas sencillas de que te maten en la cárcel", escribió.
Cuando Navalny voló de regreso a Moscú desde Berlín en enero de 2021, fue detenido en el aeropuerto, y más tarde se enfrentó a una serie de juicios por cargos de extremismo y otros delitos que, según sus partidarios, fueron fabricados por el Estado. Escribió el resto de sus memorias en prisión.
A lo largo de casi 500 páginas, el libro relata su infancia en el seno de una familia de militares y sus años de estudios de Derecho en la Universidad Rusa de la Amistad de los Pueblos de Moscú y de Economía en la Academia de Finanzas de la Federación Rusa. Navalny trabajó como abogado inmobiliario, y luego se pasó a la política cuando creó un blog para pequeños inversores y descubrió pruebas de corrupción en empresas estatales.
Se convirtió en un crítico declarado de Putin, y en 2011 empezó a utilizar las redes sociales para organizar protestas. Fundó la Fundación Anticorrupción, que denunciaba la mala conducta del gobierno. A partir de entonces, las autoridades rusas lo pusieron en el punto de mira, y fue detenido con tanta frecuencia que tenía lista una bolsa de viaje para la cárcel.
Hay momentos en las memorias en los que Navalny, quien públicamente proyectaba valentía, confiesa sentir miedo, si no por sí mismo, por su familia: "La idea de que puedan poner Novichok en la manija de mi puerta y que mi hijo o mi hija puedan tocarlo me llena de temor", escribió.
Hacia la mitad, la narración cambia bruscamente. Una breve sección en cursiva --escrita por Kira Yarmysh, quien fuera vocera de Navalny, y aprobada por Navalnaya-- describe los acontecimientos que tuvieron lugar tras la detención de Navalny y su eventual traslado a una remota colonia penal del Ártico.
El resto de las memorias se compone principalmente de los despachos de prisión de Navalny, que comienzan en enero de 2021. Escribió sobre las cosas que hacía para mantenerse ocupado: aprender a bailar shuffle, memorizar un soliloquio de Hamlet mientras estaba encorvado sobre una máquina de coser durante los turnos de trabajo; intentar meditar; leer cualquier libro que cayera en sus manos.
A veces, Navalny se desesperaba por el giro que había tomado su historia. "Lamento que mi libro, originalmente una autobiografía con un intrigante thriller sobre el descubrimiento de un intento de asesinato con armas químicas, se haya convertido en un diario de prisión", escribió. "Es un género tan saturado de clichés que es imposible no escribirlos".
Se quejaba de lo difícil que era escribir: "Te mantienen constantemente ocupado. No hay tiempo para leer, y mucho menos para escribir", y explicaba por qué sintió la necesidad de dejar constancia de sus recuerdos y experiencias.
"Si finalmente me matan, el libro será mi memorial", escribió el 21 de octubre de 2021.
En un momento dado, bromeó diciendo que su muerte podría aumentar las ventas del libro: "El autor del libro ha sido asesinado por un presidente villano; ¿qué más puede pedir el departamento de mercadeo?".
Navalnaya dijo que a veces resultaba devastador leer las descripciones que hacía su esposo de la vida en prisión. Lo mantenían en celdas de aislamiento, lo atormentaban con la privación del sueño y le negaban atención médica cuando sufría dolores de espalda incapacitantes y perdía sensibilidad en las piernas, un tratamiento por el que protestó declarándose en huelga de hambre.
En una entrada del diario fechada el 2 de mayo de 2021, Navalny describe cómo, tras poner fin a su huelga de hambre de 24 días e intentar recuperar fuerzas, su compañero de celda le ofreció una manzana. Pero los guardias no se la permitieron.
"Es muy difícil leer estas cosas", dijo Navalnaya. "No sé cómo expresar el sentimiento: es como si se te estrujara el corazón".
Pero Navalnaya dijo que a menudo también se sentía reconfortada por sus despachos, porque captaban al hombre que ella amaba: irónico, jovial, desafiante.
"Es difícil, pero al mismo tiempo inspirador, porque es muy sincero al compartir sus pensamientos", dijo. "Escribe sobre cosas horribles, pero, por otro lado, tiene sentido del humor".
Aunque Navalny se enfrentaba a condiciones restrictivas en prisión, encontró formas de comunicarse con el mundo exterior. Pudo enviar cientos de cartas manuscritas a amigos y familiares, y hacer llegar despachos a miembros de su equipo, quienes luego los publicaban en las redes sociales.
En una entrada de su diario del otoño de 2021, Navalny escribió sobre cómo cada vez le resultaba más difícil hacer llegar sus mensajes y sus páginas de memorias. "Todo lo que escribo y guardo, o llevo conmigo cuando me reúno con mi abogado", escribió, "es atentamente leído y fotografiado por mis guardianes".
A continuación describió un plan para pasar los cuadernos durante los procedimientos judiciales. "Tuve que idear toda una operación clandestina para embaucar a los guardias, que incluía la sustitución de cuadernos idénticos comprados específicamente para este fin".
A veces, pasaban seis meses antes de que Navalny pudiera sacar sus diarios, dijo Navalnaya.
Parte del material fue confiscado y nunca devuelto. Y es posible que hubiera más escritos que nunca se recuperaron tras su muerte: ninguno de sus efectos personales fue entregado a su familia, dijo Navalnaya.
También hay una laguna en las memorias que muestra cómo, con el tiempo, a Navalny le resultó aun más difícil escribir. A medida que se endurecían las condiciones de reclusión, solo se le permitía disponer de bolígrafo y papel durante media hora al día. La última anotación del diario es del 2 de septiembre de 2022.
La experiencia de Navalny durante los meses restantes se recopila a partir de sus despachos en las redes sociales, que siguió escribiendo hasta poco antes de su muerte, en febrero de este año.
Navalnaya dijo que a veces se preguntaba cómo habría sido su vida si no hubieran vuelto a Rusia. "Mentiría si respondiera que nunca he pensado en ello", dijo. Su muerte ha sido devastadora para ella y sus hijos, Daria y Zakhar. "Éramos una familia muy completa y feliz, y un día se acabó", dijo.
Aun así, no lamenta su decisión. "No tenía ninguna duda de que estaba haciendo lo correcto", dijo.
Navalnaya ha asumido un papel más destacado en el movimiento opositor ruso desde la muerte de su esposo, y también se ha convertido en un objetivo. A principios de este año, un tribunal ruso ordenó su detención si regresaba a Rusia, y el gobierno la incluyó en una lista de extremistas.
Siente la responsabilidad de continuar la labor de su esposo como líder de la oposición, e intenta no pensar en el peligro que corre.
"Quiero que nuestro país sea diferente", dijo. "Quiero hacerlo por toda la gente que está en contra de este régimen, y quiero hacerlo por nuestros hijos, que quieren vivir en Rusia, y por supuesto quiero hacerlo por la memoria de Alexéi".
Navalny sigue inspirando a la gente en Rusia, dijo Navalnaya.
"Han pasado ocho meses, pero su tumba sigue llena de flores frescas", dijo. "Vienen todos los días".
Alexandra Alter escribe sobre libros y el mundo literario y editorial para el Times. Más de Alexandra Alter