Combs, SeanSex CrimesRacketeering and RacketeersPrisons and PrisonersBailWitnesses
En una apelación, los abogados de Combs señalaron que la decisión de un juez de negarle la libertad bajo fianza no se basaba en pruebas de que el magnate hubiera intentado interferir en la investigación.
Sean Combs, el asediado magnate de la música que lucha contra acusaciones de crimen organizado y tráfico sexual, interpuso el martes una apelación contra la decisión de un juez de denegarle la libertad bajo fianza, argumentando que la preocupación de que pudiera intimidar a los testigos si salía de la cárcel era infundada.
Combs lleva tres semanas encarcelado en el Centro de Detención Metropolitano de Brooklyn, desde que se hizo público el caso federal en su contra. El juez Andrew Carter, del Tribunal Federal de Distrito de Manhattan, ordenó que Combs permaneciera detenido previo a su juicio, dictaminando que suponía un peligro de manipulación de testigos y un riesgo para la seguridad de terceros.
En su solicitud ante la Corte de Apelaciones del Segundo Circuito de EE. UU., los abogados de Combs, que se ha declarado inocente de los cargos, escribieron que el argumento del gobierno de que su cliente suponía un riesgo de obstrucción a la justicia se basaba en especulaciones, no en pruebas de que hubiera tratado de interferir en la investigación penal sobre su conducta.
Los abogados, Alexandra Shapiro y Jason Driscoll, argumentaron en el escrito judicial que la decisión de Combs de viajar a Nueva York para hacer frente a los cargos, junto con una intrincada propuesta para que se le dé seguimiento fuera de la custodia del gobierno, ayudaban a respaldar su salida de la cárcel antes del juicio.
"Combs se presume inocente", escribieron en la presentación. "Viajó a Nueva York para entregarse porque sabía que iba a ser imputado. Tomó medidas extraordinarias para demostrar que tenía la intención de enfrentar los cargos e impugnarlos, no de huir. Presentó un paquete de fianza que le impediría claramente representar un peligro para alguien o ponerse en contacto con algún testigo".
Los fiscales han acusado a Combs de dirigir una "organización criminal" que le ayudó a llevar a cabo un patrón de violencia física y sexual durante décadas, alegando que forzó a mujeres a encuentros sexuales "altamente orquestados" con prostitutos mediante el uso de drogas, abuso físico y emocional y presión financiera.
Los abogados de Combs han negado vehementemente las acusaciones, afirmando que el magnate del hip-hop es "una persona imperfecta, pero no es un delincuente". Han argumentado que en los encuentros sexuales, conocidos como freak offs, solo participaban adultos que habían brindado consentimiento.
La defensa hizo todo lo posible por convencer al juez del tribunal de distrito de que Combs debía ser puesto en libertad antes de su juicio. Sus abogados propusieron una fianza de 50 millones de dólares, garantizada por su casa de Miami Beach, y un equipo de agentes de seguridad privados que le vigilarían a todas horas, limitando las visitas a una lista aprobada.
Pero Carter se puso del lado de la fiscalía, quien argumentó que el historial de violencia de Combs y las pruebas de obstrucción en el caso hacían que ponerlo en libertad fuera demasiado arriesgado. Como ejemplo clave, la fiscalía citó el contacto de Combs con testigos a quienes se habían entregado citatorios del gran jurado.
"En pocas palabras, es un maltratador en serie y un obstruccionista en serie", dijo una de las fiscales, Emily Johnson, en una diligencia celebrada el mes pasado.
En su apelación, los abogados de Combs escribieron que no había pruebas de amenazas o intimidación hacia los testigos del gran jurado, diciendo que en uno de los casos, una mujer se puso en contacto con Combs para decirle que era testigo. Los abogados señalaron que él obedeció cuando le dijeron que ya no se comunicara con ella.
"Los contactos con testigos que el gobierno mencionó fueron mínimamente relevantes o totalmente inocuos", escribieron los abogados.
Dentro del Centro de Detención Metropolitano, Combs ha estado viviendo en una unidad de alojamiento especial donde a menudo se aloja a reclusos de alto perfil. Uno de sus compañeros ha sido Sam Bankman-Fried, el magnate de las criptomonedas quien está apelando su condena por fraude. ( Los abogados de apelación de Combs también están llevando la apelación de Bankman-Fried).
Según la propuesta de puesta en libertad presentada por sus abogados, Combs aceptó vivir en condiciones muy restringidas, sin teléfonos, sin acceso a internet y con vigilancia por video en caso necesario. Al juez no le convenció que la propuesta impidiera la obstrucción, diciendo en la audiencia que Combs podía seguir operando a través de empleados, "incluso mediante mensajes cifrados si fuera necesario".
En su apelación, sus abogados replicaron que no había pruebas de que Combs hubiera utilizado mensajes cifrados. "Hay cero riesgo de que Combs utilice ese código bajo vigilancia", escribieron en una nota a pie de página. "¿Cómo podría cualquier visitante saber siquiera cómo interpretar el supuesto 'código'?".
Julia Jacobs es reportera de asuntos generales que a menudo cubre temas legales en el arte y la cultura. Más de Julia Jacobs