No solo diversión y juegos: la política avanza más en las emisiones en directo

The New York Times: Edición Español

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Durante el debate presidencial del mes pasado, Hasan Piker apareció en la esquina de la pantalla en su canal de Twitch. Con el debate en directo a sus espaldas, hizo comentarios en algunas ocasiones.

"Bu, apestas", gritó cuando la vicepresidenta Kamala Harris respondió a una pregunta sobre la guerra en la Franja de Gaza. Cuando el expresidente Donald Trump empezó a hablar de las mascotas de Springfield (Ohio), Piker soltó dos gritos agudos.

El chat de los espectadores, visto al lado de la emisión, se llenó de comentarios de sorpresa y asombro en mayúsculas cuando Trump dijo: "Se están comiendo a los gatos".

"Me levanté y empecé a gritar: fue una reacción muy sincera", dijo Piker, de 33 años, en una entrevista. "Creo que ese tipo de cosas son divertidas para la gente que las está viendo".

El martes, cuando los candidatos a la vicepresidencia, el gobernador de Minnesota, Tim Walz, y el senador JD Vance, de Ohio, se enfrenten en un debate, Piker estará de nuevo en línea. Pasará horas antes y después del evento hablando sobre las elecciones en Twitch. Lo mismo harán muchos emisores en otras plataformas, como YouTube, Rumble y Kick.

Estas plataformas se han convertido en un espacio cada vez más popular para debatir temas de actualidad, y algunos emisores, que comparten a diario sus opiniones sobre las noticias durante horas, se han convertido en expertos "de facto". Los grandes debates políticos ahora son eventos importantes para muchos de ellos y su audiencia.

La televisión todavía supera con creces a las plataformas de emisión como opción para ver los grandes acontecimientos políticos, pero cada ciclo electoral aparecen más emisiones y más espectadores, lo que coloca estas transmisiones cada vez más cerca de la corriente dominante. Más de un millón de personas vieron el debate entre Harris y Trump en una emisión en directo sin relación con ningún medio de comunicación, incluidas las aproximadamente 170.000 que vieron a Piker, según datos publicados en la plataforma X por Live Search, un motor de búsqueda de emisiones en directo.

Por todo esto, los emisores han ganado importancia para ambas campañas presidenciales, que quieren atraer a una porción muy codiciada del electorado de 2024: los millones de estadounidenses, en su mayoría jóvenes y hombres, cuyas principales fuentes de noticias e información son las plataformas de emisión, algunas de las cuales todavía son más conocidas como espacios para ver a la gente jugar videojuegos.

"No creo que Twitch vaya a convertirse nunca en algo así como un epicentro de noticias", opinó Nathan Grayson, autor del libro de próxima publicación "Stream Big", sobre Twitch, fundada en 2011 y dedicada inicialmente a los jugadores de videojuegos. "Pero ahora hay más gente que se informa por esta vía que en 2020".

Las emisiones en directo han sido un ambiente más propicio para Trump que para Harris. Su mensaje antisistema y su estilo espontáneo encajan con el espíritu general del medio de comunicación. Los demócratas han intentado emparejarse con Trump, pero, dada la tímida estrategia del partido, algunos temen que sea demasiado tarde para marcar una diferencia antes de la jornada electoral del 5 de noviembre.

El comentarista político más visto en directo durante el debate presidencial de septiembre fue Dan Bongino, que atrajo a unos 349.000 espectadores simultáneos a Rumble, una plataforma popular entre los conservadores. Más personas vieron la emisión del debate con Bongino en Rumble que en los canales de YouTube de The Wall Street Journal, Fox News, C-SPAN o CNN.

Adin Ross, un emisor de Kick que entrevistó a Trump (y le dio regalos) en agosto, también se situó entre los 25 primeros lugares, con unos 61.400 espectadores simultáneos.

El público de Ross forma parte del grupo que los asesores de Trump han denominado "persuasible": hombres menores de 40 años que suelen informarse más por las redes sociales o YouTube que por los periódicos o las noticias por cable.

A diferencia de sitios como TikTok e Instagram, donde la experiencia de desplazamiento rápido y las cuentas individuales rara vez captan la atención de los usuarios más de unos segundos, las plataformas de videojuego atraen a usuarios que pasan muchísimo tiempo pegados a las transmisiones --en Twitch, más de 3 horas y media al día en promedio-- y desarrollan un alto grado de confianza en los emisores que siguen.

En febrero, Progressive Victory, un comité de acción política liberal que busca involucrar a los emisores en el activismo político, llevó a Cincinnati a Kick y a Steven Bonnell, un emisor de YouTube conocido como Destiny, para aprovechar esa confianza y reforzar el apoyo al senador demócrata de Ohio Sherrod Brown, que se presenta a la reelección. Después de que Bonnell promocionó el evento en Internet, alrededor de 300 de sus seguidores se presentaron en persona y acabaron tocando 40.000 puertas.

"Se trata de encontrar la manera de que participen de forma efectiva en la política", afirma Sam Drzymala, fundador del PAC, que está planeando un acto similar para octubre en Wisconsin, pero con al menos cuatro emisores.

Twitch es la principal plataforma de video en directo después de YouTube, según Streams Charts. En la década transcurrida desde 2014, cuando Amazon desembolsó 1000 millones de dólares para adquirir la empresa, su contenido se ha ampliado. Millones de personas vieron en directo un torneo de boxeo de famosos en España el 13 de julio, batiendo el récord de Twitch en un solo día.

Todas las emisiones de Twitch se etiquetan con categorías, como "comida", "minecraft", "fútbol" o "comedia". Desde el año pasado, el número de horas de emisión con la etiqueta "política" ha aumentado casi un 40 por ciento, según la empresa.

Rumble también batió su récord de espectadores simultáneos la noche del debate entre Harris y Trump, cuando más de un millón de personas vieron distintas emisiones, según un comunicado de prensa (Twitch informó que tiene un promedio de 2,5 millones de espectadores en todo momento).

"Todos sabemos hacia dónde se dirige el futuro, pero aún estamos en las primeras entradas", escribió en X Chris Pavlovski, director ejecutivo de Rumble, tras el debate del 10 de septiembre. Ni Rumble ni Bongino respondieron a las solicitudes de comentarios.

Estas "primeras entradas" han sido precarias desde el punto de vista financiero. Rumble, una empresa pública, declaró una pérdida neta de 70 millones de dólares en los seis primeros meses de 2024. En enero, Twitch anunció que planeaba despedir a más de 500 trabajadores. Su director ejecutivo, Dan Clancy, señaló en ese entonces que su empresa no era rentable.

En julio, un analista de Needham indicó que Twitch podría valer 46.000 millones de dólares. Pero una encuesta de 2023 de la Universidad del Sur de California reveló que solo el tres por ciento de los adultos estadounidenses utilizaba Twitch, mientras que el 66,5 por ciento usaba YouTube y el 26,7 por ciento usaba TikTok.

Hoy en día, el principal motivo para ver un debate a través de una de estas plataformas es el entretenimiento. La mayoría de los emisores afirman "que son ante todo artistas, independientemente de su ámbito de actuación o de lo que cubran", comentó Grayson.

Hasan Piker (Hasanabi en la plataforma Twitch), quien planea emitir en directo con reacciones y comentarios durante el debate vicepresidencial como hizo durante el presidencial, emite desde su casa, en Los Ángeles, el 23 de septiembre de 2024. (Gabriella Angotti-Jones/The New York Times)

Dan Bongino, cuyo canal en Rumble fue la emisión más vista de un comentarista político durante el debate presidencial, saluda al expresidente Donald Trump y a su hija Ivanka en un evento de Ultimate Fighting Championship en Miami, Florida, el 9 de marzo de 2024. (Scott McIntyre/The New York Times)

Un micrófono en casa de Jackson Hinkle, comentarista político e influencer con un programa en Rumble, en Miami, Florida, el 3 de abril de 2024. (Ysa Pérez/The New York Times)

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