Elecciones 2024: Harris se recuperó en el debate, pero sigue en punto muerto

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La candidata demócrata ganó un punto en las encuestas tras ser considerada la ganadora del debate.

Han pasado alrededor de dos semanas desde el primer debate presidencial, y las encuestas han emitido su veredicto sobre su impacto: la carrera sigue muy reñida.

En promedio, Kamala Harris está un punto por encima en las 34 encuestas que evaluaron la contienda antes y después del debate. Esto deja la competencia en punto muerto, sin que ninguno de los candidatos disfrute de una ventaja significativa en los estados clave que no se han definido.

Según las mediciones habituales, se trata de un pequeño repunte tras el debate. De hecho, es el menor rebote para un candidato que se percibe como ganador de consenso del primer debate presidencial en lo que va de siglo. George W. Bush, John Kerry, Barack Obama, Mitt Romney, Hillary Clinton, Joe Biden y, sí, Donald Trump a principios de este año, todos alcanzaron un máximo con ganancias de al menos dos puntos después de sus debates.

Una posible razón de este menor repunte es el segundo atentado contra Trump, aunque cabe señalar que la mayoría de las encuestas publicadas esta semana --entre ellas una de NBC News que muestra una remontada de cinco puntos de Harris en todo el país-- se realizaron antes de la noticia. Por otra parte, los últimos sondeos del New York Times y el Siena College sobre los principales campos de batalla en el Cinturón del Sol se realizaron totalmente después del atentado, y sugieren que Harris podría estar obteniendo peores resultados allí, aunque es demasiado pronto para saberlo.

Otra posible razón es que Estados Unidos está más polarizado que nunca. La opinión de muchos votantes sobre Trump, en particular, está muy arraigada, ya que está postulando por tercera vez. Además, muchas más encuestadoras utilizan hoy en día ajustes estadísticos que tienden a reducir la oscilación de los resultados de una semana a otra, como el control de la composición de la muestra por afiliación partidista o la forma en que los encuestados dicen haber votado en las últimas elecciones.

Aun así, no es que las encuestas se hayan mantenido perfectamente estables en los dos últimos meses desde la entrada de la vicepresidenta Harris a la contienda electoral. A finales de julio y agosto, Harris avanzaba de forma constante. Esas ganancias parecen haberse ralentizado, lo que sugiere que ha consolidado su apoyo potencial. Cualquier avance adicional no será fácil. Si ni siquiera una victoria consensuada en el debate puede mover la aguja, es difícil ver qué podría dar a cualquiera de los candidatos una ventaja significativa en las encuestas en la recta final.

Esta es la situación cuando faltan seis semanas para las elecciones.

El estado de la contienda

En general, el domingo por la noche, Harris llevaba una ventaja de tres puntos en todo el país, según la media de las encuestas de The New York Times, con 50 por ciento a 47 por ciento. Como ya he dicho, es un punto más de lo que tenía antes del debate.

La carrera está aún más reñida en los principales estados disputados. Ninguno de los candidatos logra una ventaja de tres puntos porcentuales o más en alguno de los siete estados con más probabilidades de decidir la presidencia. Si los sondeos se mantuvieran así de ajustados hasta noviembre, serían las primeras elecciones desde 2004 en las que las encuestas estén tan reñidas en los estados clave.

Aun así, las encuestas posteriores al debate muestran a Harris con una ligera ventaja. A lo largo de la semana pasada, se publicaron más de una decena de encuestas de gran calidad en Pensilvania, Míchigan y Wisconsin, y casi todas mostraban un empate o una ventaja de Harris.

Las mejores noticias para Harris se dieron en Pensilvania, el mayor y más importante estado en disputa. Allí, ocho encuestadoras que calificamos como "selectas", es decir, de mayor calidad, dieron a Harris una ventaja media de 2,5 puntos. Las noticias fueron algo mejores para Trump en Wisconsin, donde las encuestas de Marist y Quinnipiac dieron a Harris una ventaja de solo un punto.

Tomando todas las encuestas en conjunto, Harris lidera por uno o dos puntos en Míchigan, Pensilvania y Wisconsin, un grupo que es un camino clave para la victoria.

¿Y si las encuestas se equivocan?

Por supuesto, una ventaja de uno o dos puntos no es gran cosa.

Incluso en un gran año para las encuestadoras, esa ventaja es tenue en el mejor de los casos, especialmente a seis semanas vista. Y hace mucho tiempo que las encuestadoras no pueden afirmar sin lugar a dudas que han tenido un "gran" año, especialmente en estos estados.

Si las encuestas se equivocan tanto como en 2020 o 2022, el resultado podría ser muy diferente. Cualquiera de los candidatos podría alzarse con una victoria decisiva.

¿Hay alguna razón para suponer que las encuestas volverán a equivocarse tanto? No, no necesariamente. Y aunque podría tratarse solo de una falsa sensación de seguridad, la similitud entre los promedios actuales de las encuestas y el resultado de las elecciones de 2020 hace que parezca menos probable otro error enorme. No parece realista imaginar que Trump gane Wisconsin por ocho puntos, por ejemplo. Pero tampoco parecía realista en 2016 imaginarlo ganando Wisconsin. Ocurren cosas inesperadas.

La conclusión, no obstante, es simple: las encuestas están tan ajustadas que no hay un claro favorito. No sería ninguna sorpresa que ganara cualquiera de los dos candidatos. Y si las encuestas no se han movido mucho tras la victoria de Harris en el debate, cabe preguntarse si en algún momento mostrarán un claro favorito.

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