SAN FRANCISCO -- En enero de 2021, después de que manifestantes pro-Trump asaltaran el Capitolio de Estados Unidos, Mark Zuckerberg anunció una nueva prioridad para Meta: quería reducir la cantidad de contenido político en las aplicaciones de la empresa, incluidas Facebook e Instagram.
Ahora que Estados Unidos se prepara para las elecciones de noviembre, el plan de Zuckerberg parece estar funcionando.
En Facebook, Instagram y Threads, el contenido político tiene menos protagonismo. Los ajustes de las aplicaciones se han configurado automáticamente para restar importancia a las publicaciones que los usuarios ven sobre campañas y candidatos. Y la desinformación política es más difícil de encontrar en las plataformas después de que Meta eliminó las herramientas de transparencia que los periodistas e investigadores utilizaban para supervisar los sitios.
Dentro de Meta, Zuckerberg, de 40 años, ya no se reúne semanalmente con los responsables de seguridad electoral, según cuatro empleados. Ha reducido el número de empleados a tiempo completo que trabajan en este asunto y ha disuelto el equipo de integridad electoral, según estos empleados, aunque la empresa afirma que los trabajadores de integridad electoral se incorporaron a otros equipos. Zuckerberg también ha decidido no tener una "sala de guerra", que Meta antes utilizaba para prepararse antes de las elecciones. En su lugar, Meta dijo que gestionará un centro de operaciones electorales cuando la votación de noviembre se acerque. La empresa desplegó ese centro durante los debates presidenciales y las elecciones primarias.
El mes pasado, Zuckerberg envió una carta a la Comisión Judicial de la Cámara de Representantes en la que explicaba que quería distanciarse él mismo y a su empresa de la política. El objetivo, dijo, era ser "neutral" y no "aparentar siquiera estar desempeñando un papel".
"Es todo un cambio de rumbo porque hace una década todos en Facebook estaban desesperados por ser la cara de las elecciones", señaló Katie Harbath, directora ejecutiva de Anchor Change, una empresa de consultoría tecnológica, que anteriormente trabajó en Facebook.
El resultado es que el aluvión casi constante de titulares que Meta tuvo que afrontar en las pasadas elecciones estadounidenses sobre su papel en el discurso político ha disminuido en gran medida. Ahora, en cambio, la empresa recomienda a sus usuarios más contenidos sobre deportes, cocina, animales y cotilleos de famosos.
Las conversaciones políticas en línea de este ciclo electoral más bien parecen tener más protagonismo en otras plataformas, como TikTok y X, de Elon Musk. Las campañas de la vicepresidenta Kamala Harris y del expresidente Donald Trump han recurrido a creadores especializados de TikTok para humanizar a los candidatos y llegar a los votantes jóvenes. Musk publica casi a diario en X sobre Trump, a quien ha apoyado para la presidencia. Incluso Zoom, la aplicación de videoconferencias, se ha convertido en un punto de encuentro importante para la organización política de base.
Sin embargo, las publicaciones, imágenes y videos políticos no han desaparecido de las aplicaciones de Meta, sino que son menos visibles. Cualquiera que busque grupos o mensajes políticos en Facebook o Instagram puede encontrarlos rápidamente. La desinformación y las teorías de la conspiración siguen difundiéndose en grupos privados de Facebook y WhatsApp, y la empresa sigue eliminando regularmente campañas de desinformación provenientes de Irán, China, Rusia y otros países. Durante el debate con Harris en septiembre, Trump difundió historias falsas de que los inmigrantes haitianos de Springfield, Ohio, se comían a las mascotas de los residentes, una afirmación que comenzó con una publicación ahora desmentida en Facebook. Las publicaciones se han compartido millones de veces.
Emerson Brooking, investigador sénior residente del Laboratorio de Investigación Forense Digital del Atlantic Council, un grupo de expertos que estudia la desinformación en internet, describió el cambio de Meta en materia política como una "sorprendente retirada". Pero aunque ahora es más difícil encontrar publicaciones políticas, no se han resuelto todos los problemas de contenido, ya que "el contenido 'explícito' --violencia, sexo, drogas-- está disponible por defecto", lo que significa que los usuarios no tienen que optar por ver ese tipo de contenido como hacen con la política. Meta ha señalado que sigue cuidando que no haya otras violaciones de sus políticas mediante sus equipos de seguridad.
Meta afirmó que estaba reduciendo las publicaciones políticas en los perfiles públicos y sostuvo que la participación en sus aplicaciones seguía siendo sólida porque la gente quería ver menos contenido político, no más. Su número de usuarios ha crecido y los ingresos siguen aumentando a medida que la empresa mejora la segmentación publicitaria mediante inteligencia artificial.
"Como venimos diciendo desde hace años, la gente nos ha dicho que quiere ver menos política en general, pero poder seguir interactuando con contenidos políticos en nuestras plataformas si lo desean, y eso es exactamente lo que hemos estado haciendo", señaló Dani Lever, portavoz de Meta.
Pero también aseguró que Meta no está haciendo menos para combatir la desinformación. La compañía tiene 40.000 empleados trabajando en seguridad y protección, ha invertido 20.000 millones de dólares en esas áreas desde 2016 y no tiene menos personas trabajando en materia de elecciones, afirmó Lever. Este mes, Meta prohibió a los medios de comunicación estatales rusos Rossiya Segodnya y RT, y a empresas afiliadas, publicar en las aplicaciones de la empresa, citando "actividad de injerencia extranjera", y frenó campañas de desinformación contra otros países.
"Ninguna empresa tecnológica hace más para proteger sus plataformas", puntualizó Lever, y añadió: "Tenemos cientos de personas que se dedican al trabajo electoral".
Mark Zuckerberg, director ejecutivo de Meta, está impulsando una iniciativa para restar importancia a los contenidos sobre campañas y candidatos en las plataformas del gigante tecnológico --Facebook, Instagram y Threads-- de cara a las elecciones de noviembre, un plan que anunció por primera vez poco después de que agitadores pro-Trump asaltaran el Capitolio de Estados Unidos. (Katherine Lam/The New York Times).