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En un acto de campaña en el que denunció el antisemitismo en Estados Unidos, Donald Trump volvió a atacar a los votantes judíos que respaldan a los demócratas.
El expresidente Donald Trump habló el jueves en un acto de campaña en Washington enfocado en la denuncia del antisemitismo en Estados Unidos y dijo que "si no gano estas elecciones", entonces "el pueblo judío tendrá mucho que ver con esa derrota".
Trump repitió esa afirmación en un segundo acto enfocado en los estadounidenses de origen israelí, donde culpó a los electores judíos, a los que describió como "votantes del enemigo", de la hipotética destrucción de Israel que, insistió, se produciría si perdía en noviembre.
El jueves, Trump ofreció un extenso despliege de quejas contra los estadounidenses judíos que no han votado por él. Repitió su denuncia contra los judíos que votan por los demócratas antes de sugerir que el Partido Demócrata tenía un "control o maldición" sobre los judíos estadounidenses y que él debería obtener el "100 por ciento" de los votos judíos debido a sus políticas sobre Israel.
Los judíos, que representan algo más del 2 por ciento de la población de Estados Unidos, están considerados como uno de los grupos demográficos más liberales del país, una tendencia que Trump ha lamentado repetidamente este año al tratar de debilitar esa prolongada afiliación con los demócratas.
En su campaña electoral, Trump ha esbozado repetidamente una visión catastrófica de Estados Unidos y ha señalado la masacre mortal perpetrada por Hamás el 7 de octubre, y la guerra en Gaza, para insistir en que Israel "dejará de existir" en pocos años si él no gana en noviembre.
"Con todo lo que he hecho por Israel, solo tuve el 24 por ciento del voto judío", dijo durante su discurso del jueves, en un acto de campaña en el que habló ante una audiencia de destacados judíos republicanos --incluida Miriam Adelson, la megadonante que es una de las principales benefactoras de Trump-- y legisladores. Trump añadió que "en realidad no me han tratado muy bien, pero es la historia de mi vida".
Durante sus discursos, Trump no mencionó a Mark Robinson, vicegobernador de Carolina del Norte. Robinson, candidato republicano a gobernador, fue objeto de críticas cuando CNN informó que en un foro pornográfico se calificó a sí mismo como un "NAZI negro" y defendió la esclavitud. Trump lo ha respaldado llegando a presentarlo como "Martin Luther King con esteroides".
Pero durante su discurso, mientras lamentaba el declive de los grupos de influencia pro-Israel en los últimos 15 años, Trump señaló que en el pasado, "si decías algo sobre un judío o algo sobre Israel que fuera malo, estabas fuera de la política".
Trump ha sido criticado en repetidas ocasiones por comentarios en los que atacaba a los demócratas judíos o recurría a tópicos antisemitas. Durante su presidencia, acusó a los judíos estadounidenses que no lo apoyaban de ser desleales, un comentario que ha sido muy criticado por sugerir el viejo estereotipo de que los judíos tienen una "doble lealtad" y a menudo son más leales a Israel que a sus propias naciones. Trump volvió a hablar de eso el jueves al preguntarse en voz alta por qué no recibía más apoyo de los judíos estadounidenses por su política exterior en relación con Israel.
En 2022, Trump también recibió críticas mordaces por cenar con Nick Fuentes, un antisemita declarado e influyente supremacista blanco, poco después de comenzar su campaña para 2024. A principios de este mes, Trump viajó con Laura Loomer, una activista de extrema derecha conocida por sus comentarios sexistas, homófobos, transfóbicos, antimusulmanes y ocasionalmente antisemitas.
A principios de este año, el expresidente también restó importancia en repetidas ocasiones a la violencia en un mitin de supremacistas blancos en Charlottesville, Virginia, que sucedió durante su mandato como presidente en 2017. En las secuelas de Charlottesville, Trump estableció una equivalencia moral entre los supremacistas blancos --que blandían esvásticas, banderas confederadas y carteles de "Trump-Pence"-- y los manifestantes pacíficos, afirmando que había "gente muy buena en ambos lados".
En su discurso previo del jueves, Trump también enumeró una lista de incidentes antisemitas y delitos de odio contra judíos --especialmente en campus universitarios-- que trató de vincular a la vicepresidenta Kamala Harris, su rival demócrata, afirmando que Harris "odia a Israel".
En contraste, Trump se retrató ante los judíos como "su defensor, su protector" y "el mejor amigo que los estadounidenses judíos han tenido en la Casa Blanca".
"Yo soy el que los está protegiendo", dijo Trump cerca del final de su discurso, y añadió, en una referencia a los demócratas, que "estas son las personas que los van a destruir".
Más tarde, en su intervención en la cumbre del Consejo Estadounidense-Israelí, Trump invocó el Holocausto, comparando el momento geopolítico actual con el periodo que precedió al asesinato sistemático de seis millones de judíos. Luego, continuó diciendo que si Harris ganaba en noviembre, "tendrán la presidenta más anti-israelí con diferencia".
Morgan Finkelstein, vocera de la campaña de Harris, rechazó las acusaciones de Trump, diciendo que Harris "se opone firmemente al antisemitismo tanto en casa como en el extranjero y hará lo mismo como presidenta".
Chris Cameron cubre política para el Times, enfocándose en noticias de última hora y en la campaña de 2024. Más de Chris Cameron
Michael Gold es corresponsal político del Times que cubre las campañas de Donald Trump y otros candidatos a la presidencia en 2024. Más de Michael Gold