Reseña de 'Agatha en todas partes': hechizos que no encantan

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TelevisionAgatha All Along (TV Program)Hahn, Kathryn (1973- )Locke, Joe (Actor)LuPone, PattiPlaza, AubreyRupp, Debra JoSchaeffer, JacZamata, Sasheer

La serie derivada de "WandaVision", de Marvel, tiene más brujería, pero menos magia.

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Esta crítica contiene spoilers del primer episodio de Agatha en todas partes.

Jac Schaeffer --quien creó la primera de las series Marvel de Disney+, WandaVision, y ahora ha creado la undécima, su serie derivada Agatha en todas partes-- no es de las que dejan que una idea se desperdicie.

En la primera serie de Schaeffer, una superheroína en duelo utilizaba sus poderes mágicos para crearse un mundo inspirado en las clásicas comedias de situación estadounidenses. Era entretenido ver cómo la serie reimaginaba esas comedias familiares dentro de un marco de fantasía oscura y ciencia ficción. (Al menos hasta que WandaVision se descarriló hacia el enrevesado negocio Marvel de siempre en sus últimos episodios).

Ahora comienza Agatha en todas partes, que se estrenó el miércoles por la noche en Disney+, con otra intrincada sátira. Esta vez pone a su nueva protagonista --Agatha Harkness, una peligrosa bruja con medio siglo de historia en los cómics de Marvel-- dentro de una parodia del sombrío drama criminal de HBO Mare of Easttown. Todavía atrapada donde estaba al final de WandaVision, bajo un hechizo que la despoja de sus poderes y de cualquier recuerdo de quién es en realidad, la hechicera caída es ahora una cínica agente de policía en un pequeño pueblo propensa a la violencia.

Quizá se pregunten cómo es posible que, en los tres años transcurridos entre las dos series, Agatha haya experimentado un cambio completo de personalidad, pasando de ser una alegre e irritante mujer en un barrio a una dura policía. Sin embargo, debería preocuparles más saber por qué la parodia de serie policíaca es tan decepcionante, tan aburrida y sin rumbo que actrices cómicas de talento como Kathryn Hahn (quien interpreta a Agatha) y Aubrey Plaza parecen perdidas.

Es un alivio cuando ese show-dentro-de-un-show termina durante el primer episodio, aparentemente una diversión rápida en lugar de un elemento integral como las burlescas comedias de situación en WandaVision. (Cuatro de los nueve episodios de Agatha en todas partes estuvieron disponibles para la crítica).

Sin embargo, ha sentado un mal precedente. Incluso cuando la serie cambia a su formato real --una búsqueda fantástica, irregular y cómica en la que un grupo de mujeres insatisfechas se lanzan a la carretera en busca de sus poderes-- los resultados son en su mayoría superficiales. Se lanzan hechizos, pero no al público.

Uno de los retos a los que se enfrenta Schaeffer, autoimpuesto, es que la Agatha Harkness que ha creado para sus programas de televisión es un poco tediosa. En WandaVision, Agatha era sobre todo un recurso, una antagonista desagradable que hacía que Wanda (Elizabeth Olsen), la heroína --que se comportaba muy mal-- pareciera menos mala en comparación.

Ahora que está en el centro de Agatha en todas partes, sigue siendo egoísta, superficial, manipuladora y condescendiente, pero sus defectos no han ganado mucho interés o resonancia emocional, y la actuación de Hahn es inusualmente plana. Las referencias a un hijo perdido sugieren un plan para generar simpatía por Agatha; también justifican su improbable compasión por un joven fanático interpretado por Joe Locke de Heartstopper.

Alrededor de Agatha, para proporcionar un contrapeso de sentimientos más suaves y alivio cómico, está el grupo de comprometidas brujas que reúne para su búsqueda. Recorrer el "camino de las brujas" para recuperar sus poderes requiere un aquelarre --la serie se entrega generosamente a los secretos arbitrarios de su género-- y la media decena de brujas con las que Agatha acaba encontrándose incluye papeles para atractivas intérpretes como Patti LuPone, Debra Jo Rupp (que retoma su papel en WandaVision) y Sasheer Zamata. Todas ellas son una buena compañía, al igual que Locke en el papel de la aspirante a bruja y Plaza como una sarcástica intrusa del pasado de Agatha.

Sin embargo, no pueden convertir la base narrativa en algo mejor, y Agatha en todas partes se estanca en el camino elegido, con el aquelarre discutiendo y uniéndose a través de una serie de pruebas frenéticas, pero poco emocionantes. Las virtudes del tema del empoderamiento femenino se ven superadas por las trilladas y genéricas líneas argumentales. Hay una distinguible corriente de humor mordaz en el diálogo, pero no es lo bastante fuerte como para encender ninguna luz.

El sentido que Marvel tiene sobre sí mismo como una etapa esencial en la progresión de la cultura pop estadounidense --si no su culminación-- queda patente en el montaje de los créditos finales de la serie, que muestra la gama de brujería de la cinematografía estadounidense desde El mago de Oz a Blancanieves, Hechizada y Los Simpson. En esa compañía, Agatha en todas partes solo se derrite.

Mike Hale es crítico de televisión para el Times. También escribe sobre video en línea, películas y medios. Más de Mike Hale

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