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Al magnate de la música, acusado de tráfico sexual y asociación ilícita, se le denegó la libertad bajo fianza, y se ordenó su reclusión en un centro de detención federal que ha sido descrito como "el infierno en la Tierra".
Cuando Sean Combs voló de Miami a Nueva York este mes a fin de prepararse para enfrentar una acusación federal, dejó atrás su amplia mansión equipada con varias piscinas, un spa y una casa de huéspedes en una isla artificial.
Sin embargo, a partir de ahora el hogar del Combs probablemente será el Centro de Detención Metropolitano, una imponente estructura de hormigón en Brooklyn que alberga a más de 1200 personas y es famosa por sus malas condiciones.
El martes se ordenó la detención federal de Combs después de que un juez le denegó la libertad bajo fianza, y fue trasladado a la cárcel de Brooklyn. Un gran jurado lo había acusado de tráfico sexual y asociación ilícita, y los fiscales afirmaron que se trataba de una persona peligrosa y que se corría el riesgo de que huyera si era puesto en libertad.
Fue un repentino cambio de circunstancias para un productor musical, conocido en la industria como Diddy y Puff Daddy, que ha sido adinerado desde que se convirtió en uno de los fundadores de sellos discográficos más destacados de la década de 1990. Ahora, en los registros de la cárcel está identificado con el número 37452-054.
El Centro de Detención Metropolitano --o MDC, como se le conoce por sus sigla en inglés-- ha sido aquejado por muertes, suicidios y un incendio eléctrico que dejó a los reclusos sin calefacción durante días en pleno invierno. Un abogado de Edwin Cordero, un detenido que murió allí en julio a causa de las heridas ocasionadas en una pelea, se refirió a la prisión como una "cárcel federal superpoblada, sin personal suficiente y descuidada que es el infierno en la Tierra".
Aunque los funcionarios de la Agencia Federal de Prisiones no respondieron el martes a una solicitud de comentarios, este centro de detención ubicado en el área de Sunset Park, en Brooklyn, es donde normalmente se recluye a los acusados federales que esperan juicio en Manhattan.
Combs, quien se declaró no culpable, apelará la denegación de la fianza. Si no lo consigue, se espera que permanezca en detención federal durante meses, a la espera de un juicio.
Esta posibilidad fue evidente en los esfuerzos desesperados de sus abogados para convencer a la jueza Robyn F. Tarnofsky de que le concediera la libertad bajo fianza, cuando argumentaron durante una audiencia de dos horas el martes que le habían quitado el pasaporte y que él estaba dispuesto a pagar una fianza de 50 millones de dólares, garantizada por su casa de Miami.
En una carta a la jueza, los abogados calificaron de "horribles" las condiciones del centro de detención de Brooklyn, mencionando reportes de alimentos contaminados, un asesinato reciente y al menos cuatro suicidios ocurridos ahí en los últimos tres años. Otros jueces, señalaron, "han reconocido que las condiciones del Centro de Detención Metropolitano no son aptas para la detención preventiva".
Sin embargo, Tarnofsky fue persuadida por los fiscales federales, que argumentaron en el juzgado de Manhattan que lo que describieron como el historial de abuso de sustancias, violencia y obstrucción a la justicia de Combs lo hacían no apto para ser puesto en libertad. Como ejemplo, aludieron a cómo había negado las acusaciones de maltrato físico presentadas por una exnovia, Casandra Ventura, hasta que apareció un video de vigilancia en el que se veía que Combs la agredía en un hotel.
"Los acontecimientos dejan muy claro que no se puede creer en la palabra del acusado", dijo la fiscala Emily A. Johnson durante la audiencia.
Combs permaneció impasible durante el debate, sentado entre sus abogados con una camiseta negra y un pantalón deportivo gris. Los fiscales lo han acusado de forzar a mujeres a participar en elaboradas fiestas sexuales con prostitutos y de recurrir a la violencia y la intimidación para impedir que lo delataran.
Su abogado principal, Marc Agnifilo, dijo a la jueza que los encuentros sexuales fueron consentidos y le pidió que confiara en que sería capaz de presentar a su cliente, como se había ordenado, en caso de que Combs fuera puesto en libertad.
"No sé si creo que usted pueda confiar en sí mismo", respondió Tarnofsky, refiriéndose a Combs. Mencionó antecedentes de presunta violencia vinculada al abuso de sustancias y señaló que algunas de las personas mencionadas por los fiscales como víctimas de Combs podrían ser particularmente "susceptibles" a la coacción debido a la dinámica de poder.
El centro de detención de Brooklyn --que se inauguró en 1994, tras varios años de oposición vecinal-- ha acogido a varios acusados de alto perfil, como Sam Bankman-Fried, R. Kelly y Ghislaine Maxwell. El lugar se convirtió en el principal centro de detención federal de Nueva York cuando su cárcel hermana de Manhattan --donde murió Jeffrey Epstein-- fue cerrada en 2021 debido a sus malas condiciones.
El equipo legal de Combs trabajó durante semanas para convencer a los fiscales federales de que, fueran cuales fueran los errores cometidos por su cliente, él no era alguien a quien se pudiera acusar de tráfico sexual o asociación ilícita.
"Lo intentamos", dijo Agnifilo a la jueza el martes, "y no pudimos convencerlos".
Durante ese mismo periodo, los fiscales estuvieron recopilando una serie de pruebas que, aseguraron, demostraban justo lo contrario.
Johnson, la fiscala, dijo en la audiencia de la fianza que el gobierno había emitido más de 300 requerimientos del gran jurado y recabado más de 90 teléfonos celulares, computadoras portátiles y cuentas de almacenamiento electrónico como parte del caso. El gobierno dijo que había identificado al menos una decena de testigos que observaron a Combs ser violento con las mujeres o vieron las consecuencias de los abusos.
Cuando fue claro que Combs probablemente sería acusado, Agnifilo dijo que recomendó a su cliente que volara a Nueva York para estar listo antes de ser imputado. Combs se instaló en el hotel Park Hyatt, en West 57th Street, en Manhattan.
Sus abogados esperaban que se le permitiera entregarse, pero los investigadores llegaron al hotel el lunes por la noche y detuvieron a Combs a las 8:25 p. m. Por ahora, lo más probable es que pase las noches en el centro de detención de Brooklyn.
Julia Jacobs es reportera de arte y cultura que a menudo cubre temas legales para el Times. Más de Julia Jacobs
Ben Sisario cubre la industria musical. Escribe para el Times desde 1998. Más de Ben Sisario