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Los casos han consolidado a la Unión Europea como el principal organismo de control tecnológico del mundo; también han suscitado dudas sobre si el organismo puede seguir el ritmo de la tecnología.
El más alto tribunal de la Unión Europea logró el martes una importante victoria en la campaña que el organismo lleva a cabo desde hace años para regular la industria tecnológica, al fallar en contra de Apple y Google en dos casos legales históricos.
Las sentencias, dictadas por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, se consideraron una prueba importante de los esfuerzos europeos por tomar medidas drásticas contra las mayores empresas tecnológicas del mundo. Apple y Google han sido objetivos frecuentes de los reguladores de la UE, y las empresas han luchado en estos casos durante años.
En el caso de Apple, el tribunal se puso del lado de una orden de la Unión Europea de 2016 para que Irlanda recaudara 13.000 millones de euros, unos 14.400 millones de dólares en la actualidad, en impuestos no pagados por la empresa. Los reguladores determinaron que Apple había llegado a acuerdos ilegales con el gobierno irlandés que permitieron a la compañía no pagar prácticamente nada en impuestos por su negocio europeo en algunos años.
Apple ganó una decisión anterior que anulaba la orden, un fallo que la Comisión Europea, la rama ejecutiva de la UE, apeló ante el Tribunal de Justicia. Mientras el caso avanzaba en el proceso de apelación, los 13.000 millones de euros se depositaron en una cuenta bloqueada. El dinero se entregará ahora a Irlanda, lo que supondrá una considerable inyección para las arcas del país.
Apple dijo que la decisión en efecto permitía a la Unión Europea imponer un doble impuesto sobre los ingresos de la empresa, que ya están gravados en Estados Unidos.
"Este caso nunca ha sido sobre cuántos impuestos pagamos, sino sobre a qué gobierno debemos pagarlos", dijo Apple en un comunicado el martes. "La Comisión Europea está tratando de cambiar retroactivamente las reglas e ignorar que, como exige la legislación fiscal internacional, nuestros ingresos ya estaban sujetos a impuestos en Estados Unidos".
En el caso de Google, el tribunal se mostró de acuerdo con la decisión de la Comisión de 2017 de multar a la empresa con 2400 millones de euros por dar un trato preferencial en los resultados de búsqueda de Google a su propio servicio de comparación de precios de compras frente a las ofertas rivales. Google perdió una apelación en 2021.
Google dijo el martes en un comunicado que estaba "decepcionado" por la sentencia, pero que ya había ajustado sus productos para cumplir con la decisión de 2017, incluyendo nuevos diseños para dirigir a los consumidores a sitios web rivales de comparación de precios de compras. Algunos competidores se han quejado de que los cambios de Google no han sido suficientes.
"Nuestro enfoque ha funcionado con éxito durante más de siete años, generando miles de millones de clics para más de 800 servicios de comparación de compras", dijo Google en el comunicado.
Cuando la Unión Europea sancionó a Apple y Google, los casos supusieron un importante cambio en la regulación del sector tecnológico. Hasta entonces, los gobiernos de todo el mundo se habían desentendido en gran medida de la supervisión tecnológica mientras Apple, Google, Amazon y Facebook --ahora rebautizada como Meta-- crecían y transformaban la forma en que la gente vive, trabaja, compra y se comunica.
Los casos ayudaron a establecer a la Unión Europea y a su jefa antimonopolio, Margrethe Vestager, como el organismo de control de la industria tecnológica más agresivo del mundo. Otros países han seguido el ejemplo de Europa para intensificar el escrutinio de las prácticas empresariales del sector, especialmente en Estados Unidos.
Sin embargo, años después, los casos también han pasado a simbolizar el extenuante ritmo del sistema regulador de la UE, y han generado interrogantes más amplias sobre si las autoridades pueden seguir el ritmo de la rápida evolución del sector tecnológico.
Los dos casos abordan cuestiones jurídicas diferentes. El caso de Google tiene que ver en gran medida con la legislación antimonopolio, mientras que el caso de Apple se centra en la capacidad de la Unión Europea para intervenir en áreas de política fiscal en uno de sus países miembros.
Vestager celebró las decisiones judiciales en una rueda de prensa el martes en Bruselas. Dijo que estaba tan sorprendida por la decisión de Apple que lloró porque la comisión había perdido la apelación anterior. Añadió que el caso de Google debería ser recordado por iniciar una nueva era de legislación antimonopolio para la economía digital, proporcionando un modelo para otros reguladores.
"Este caso marcó un cambio fundamental en la forma en que las empresas digitales son reguladas, y también percibidas", dijo. "Antes de este caso, la idea predominante era que había que dejar que las empresas digitales operaran libremente".
El caso Apple puso a Irlanda en la inusual posición de recaudar a regañadientes 13.000 millones de euros del gigante tecnológico. El gobierno irlandés dijo el martes en un comunicado que no concedía a Apple un trato fiscal preferencial, pero señaló que ya había introducido cambios en su legislación fiscal.
"El caso de Apple está relacionado con una cuestión que solo ahora tiene relevancia histórica", dijo el gobierno.
Apple y Google se enfrentan a un escrutinio legal adicional a ambos lados del Atlántico. Esta semana, Google llegó a un tribunal federal de EE. UU. por cargos antimonopolio presentados por el Departamento de Justicia, que acusó a la empresa de abusar de su posición dominante en el sector de la publicidad digital. El mes pasado, un juez federal dictaminó en otro caso que Google era un monopolio en las búsquedas en internet porque había manipulado el mercado de los motores de búsqueda. En diciembre, un jurado federal dijo que el manejo de Google de la tienda de aplicaciones Google Play también había infringido las leyes antimonopolio.
Apple también se enfrenta a una demanda antimonopolio del Departamento de Justicia por sus políticas sobre el iPhone.
En Europa, Google está apelando otros dos casos antimonopolio además del caso de compras. En 2018, los reguladores multaron a Google con 4340 millones de euros por infringir las leyes antimonopolio para beneficiar a su sistema operativo Android. En 2019, la empresa fue multada con 1490 millones de euros por prácticas comerciales desleales en el mercado de la publicidad digital.
Apple también se enfrenta a cargos de la UE relacionados con su gestión de la tienda de aplicaciones y sus políticas en el mercado del streaming de música.
El prolongado proceso de apelación de la Unión Europea ha suscitado críticas de grupos de defensa de los derechos de los consumidores y de empresas rivales que sostienen que la lentitud ha ayudado a los dos gigantes tecnológicos a consolidar sus posiciones dominantes en el mercado.
La Unión Europea está intentando agilizar el manejo de los casos de competencia. En 2022, el organismo aprobó una ley llamada Ley de Mercados Digitales, que otorga a los reguladores mayor autoridad para multar a las grandes plataformas tecnológicas y obligarlas a cambiar sus prácticas empresariales.
Adam Satariano es corresponsal de tecnología para el Times afincado en Londres. Más de Adam Satariano
Jenny Gross es reportera del Times en Londres, donde cubre noticias de última hora y otros temas. Más de Jenny Gross