Biden, Joseph R JrHarris, Kamala DTrump, Donald JPresidential Election of 2024
El encuentro demostró hasta qué punto ha cambiado la contienda presidencial en EE. UU. Esto es lo que hay que saber.
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La vicepresidenta Kamala Harris subió al escenario del debate el martes por la noche, estrechó la mano del expresidente Donald Trump y luego pasó los siguientes 90 minutos haciendo todo lo posible por irritarlo, insistiendo sobre sus condenas penales, su gestión de la pandemia de la COVID-19, el tamaño de sus multitudes en los mítines y los líderes extranjeros y militares que, según dijo, lo han llamado "una desgracia".
"Ha llegado el momento de pasar página", declaró Harris en una actuación agresiva que parecía inspirada en su carrera como fiscal de juzgado.
Trump, ceñudo, mordió a menudo el anzuelo, respondiendo a las críticas de Harris con una lluvia de desinformación y ataques personales durante el debate transmitido desde Filadelfia por ABC News.
El primer cara a cara entre Harris y Trump puso de manifiesto hasta qué punto ha cambiado la contienda hacia la Casa Blanca desde que el presidente Biden se retiró luego de que su pésima actuación en el debate de junio desesperara a los demócratas. La mayor parte del tiempo, Harris fue capaz de transmitir un mensaje claro y nítido. Trump lució enfadado y a la defensiva.
Solo en contadas ocasiones fue capaz de vincularla con el impopular Biden, lo que sus asesores habían señalado como uno de sus principales objetivos, especialmente durante la primera hora del debate, que estuvo muy vigilada.
"Es marxista, todo el mundo sabe que es marxista", dijo Trump en un ataque típico. "Su padre es un profesor de economía marxista, y le enseñó bien".
En algunos momentos, Harris se puso la mano bajo la barbilla mientras observaba las respuestas de Trump con asombro escéptico, riendo a carcajadas cuando este repetía afirmaciones falsas y extravagantes de que los inmigrantes estaban robando y comiéndose las mascotas de sus vecinos en un pueblo de Ohio.
Pero, aunque hubo muchos puntos de tensión, no pareció haber un golpe de gracia que pudiera alterar fundamentalmente la dinámica de lo que, según todos los indicios, serán unas elecciones muy reñidas en noviembre. Harris trató de presentar a Trump como un amigo de los multimillonarios y de las grandes corporaciones que hundiría a la clase media. Por su parte, Trump calificó a Harris de débil en materia de políticas, demasiado liberal para dirigir el país.
Uno de los momentos más polémicos de la noche giró en torno al aborto, tema en el que los votantes han expresado más confianza en el liderazgo de Harris que en el de Trump. La vicepresidenta trató de enmarcar la cuestión como un asunto de libertad personal.
"Uno no tiene que abandonar su fe o sus profundas creencias para estar de acuerdo en que el gobierno --y sin duda, Donald Trump-- no debería decirle a una mujer lo que tiene que hacer con su cuerpo", dijo Harris.
Para Harris, el debate del martes fue una oportunidad de definirse mejor a los ojos de los votantes, muchos de los cuales dijeron que querían saber más sobre sus objetivos políticos. Para Trump, la velada ofreció la oportunidad de mostrar disciplina a la hora de atacar a la vicepresidenta sin recurrir a los ataques sexistas y racistas que ha favorecido durante la campaña. Consiguió evitar repetir esos insultos, incluso cuando los moderadores le preguntaron por los comentarios que había hecho cuestionando la identidad racial de Harris.
Algunos demócratas habían puesto el listón muy bajo para la actuación de Harris en el que podría ser el único debate entre ella y Trump.
"Tiene que demostrarle al pueblo estadounidense esta noche que no es Joe Biden", dijo antes del debate el gobernador de California, Gavin Newsom, un representante de la campaña de Harris.
Esto es lo que hay que saber:
Trump presionó sobre el tema de la inmigración: Una y otra vez, sin importar la pregunta, Trump trató de llevar el debate de nuevo a la inmigración, un punto débil para Harris, según las encuestas. Puso la crisis fronteriza firmemente en su puerta. Harris respondió señalando que los republicanos del Congreso habían rechazado un proyecto de ley bipartidista sobre la frontera a instancias de Trump. Y poco antes, había predicho: "Va a hablar mucho de inmigración esta noche, incluso cuando no sea el tema que se plantee". Swift anunció su respaldo a Harris: Poco después de que terminara el debate, la estrella pop Taylor Swift anunció su respaldo a Harris y a su compañero de fórmula, el gobernador de Minnesota, Tim Walz, en una publicación de Instagram dirigida a sus 283 millones de seguidores. Swift firmó su publicación como "mujer con gatos y sin hijos", en referencia a los comentarios del senador por Ohio, JD Vance, compañero de fórmula de Trump, sobre las mujeres sin hijos. Verificación de datos en tiempo real: Los moderadores de la cadena ABC, David Muir y Linsey Davis, realizaron una limitada verificación de datos, pero cuando intervinieron, sus reproches fueron contundentes. "No hay ningún estado en este país en el que sea legal matar a un bebé después de su nacimiento", dijo Davis a Trump después de que este afirmara falsamente que algunos bebés eran sometidos a "ejecuciones" después de nacer. Poco sobre los detalles de nuevas políticas: Una encuesta realizada este fin de semana por el New York Times y el Siena College reveló que el 28 por ciento de los posibles votantes necesitaban saber más sobre Harris. Casi la mitad de ellos especificaron que querían saber más sobre sus propuestas políticas. Pero Harris dio pocos detalles a la audiencia televisiva nacional, y prefirió hacer el argumento más general de que ella representa el futuro de la política estadounidense. Trump también evitó definirse, negándose a responder si firmaría una prohibición nacional del aborto y, tras ser presionado sobre si reemplazaría la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio, dijo: "Tengo conceptos de un plan. Ahora mismo no soy presidente". Ubicación, ubicación, ubicación: El estado de Pensilvania, donde tuvo lugar el debate, es crucial para ambas campañas en la recta final. Las encuestas muestran una contienda muy reñida. Harris incluso apeló a la comunidad polaco-estadounidense del estado, sugiriendo que Trump permitiría al presidente ruso Vladimir Putin invadir Polonia. Jonathan Weisman, Reid J. Epstein y Taylor Robinson colaboraron con la reportería.