Un juez retrasa la sentencia de Trump hasta el 26 de noviembre, después de la jornada electoral

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Decisions and VerdictsPresidential Election of 2024United States Politics and GovernmentNew York State Criminal Case Against Trump (71543-23)Trump, Donald JMerchan, Juan M

La decisión del juez Juan Merchan significa que los votantes no sabrán si el candidato presidencial republicano pasará finalmente algún tiempo entre rejas.

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El juez encargado del caso penal de Donald Trump en Manhattan pospuso su sentencia hasta después del día de las elecciones, una victoria significativa para el expresidente en su intento de anular su condena y recuperar la Casa Blanca.

El viernes, el juez Juan Merchan emitió un fallo que reprograma la sentencia para el 26 de noviembre, citando el "marco de tiempo único en el que este asunto se encuentra actualmente". Antes había planeado determinar el castigo del expresidente el 18 de septiembre, solo siete semanas antes del día de las elecciones, cuando Trump se enfrentará a la vicepresidenta Kamala Harris por la presidencia.

"Esta no es una decisión que este tribunal toma a la ligera, pero es la decisión que, en opinión de este tribunal, cumple mejor con los intereses de la justicia", escribió el juez Merchan en el fallo de cuatro páginas, que señaló que "este asunto se encuentra solo, en un lugar único en la historia de esta nación".

El juez parecía dispuesto a eludir el torbellino de cuestionamientos partidistas en la recta final de la campaña. Afirmando que el tribunal es una "institución justa, imparcial y apolítica", dijo que "la integridad de nuestro sistema judicial exige" que la sentencia esté "libre de distracciones o distorsiones".

Pero aunque su decisión evitará un espectáculo antes de las elecciones, el propio retraso podría afectar sus resultados, haciendo que los votantes no sepan si el candidato presidencial republicano pasará finalmente algún tiempo entre rejas.

No está claro si sentenciar a Trump en septiembre lo habría ayudado o perjudicado políticamente; su castigo podría haber sido un recordatorio embarazoso de sus antecedentes penales, pero también podría haber impulsado sus pretensiones de martirio político.

La decisión del juez Merchan se produjo a petición de Trump, quien había pedido retrasar la sentencia, en parte para ganar más tiempo con el fin de impugnar su condena por cargos de falsificación de registros para encubrir un escándalo sexual. Los fiscales que trabajan para el fiscal del distrito de Manhattan, Alvin L. Bragg, quien llevó el caso, habían recurrido al juez, allanando el camino para al menos un breve aplazamiento.

El fallo del juez adoptó un tono defensivo, negándose a abordar algunos de los argumentos de apoyo de Trump para un retraso, los cuales describió como una "letanía de agravios percibidos y sin fundamento".

También expresó su frustración por la búsqueda de un término medio por parte de Bragg, señalando que a pesar de la "neutralidad declarada" del fiscal del distrito, la presentación de sus fiscales había puesto de relieve los problemas logísticos para una sentencia en septiembre y "aparentemente apoya" la iniciativa de Trump para retrasar.

Una portavoz de Bragg dijo: "Un jurado de 12 neoyorquinos condenó rápida y unánimemente a Donald Trump por 34 cargos de delito grave", y agregó que la oficina del fiscal de distrito "está lista para la sentencia en la nueva fecha fijada por el tribunal".

Es muy probable que la decisión del juez enfurezca a los partidarios liberales de Bragg e impulse las acusaciones de que Trump está por encima de la ley, protegido de las consecuencias de una condena, a diferencia de cualquier otro delincuente.

Para evitar esa impresión, los juristas de izquierda --y los críticos de Trump en busca de catarsis-- querían que el juez Merchan exigiera responsabilidades al expresidente inmediatamente después de su condena en mayo.

Trump, el primer expresidente estadounidense que se convirtió en un delincuente, se enfrenta a una pena de hasta cuatro años de prisión. El juez Merchan, sin embargo, podría imponer una sentencia más corta o solo libertad condicional.

Trump, que pasó la mañana en un juzgado federal apelando un caso en el que fue declarado responsable de abuso sexual y difamación, estaba con sus abogados en la Torre Trump cuando se enteró de la decisión del juez Merchan.

Su campaña no celebró el retraso. En su lugar, emitió un comunicado diciendo que "no debería haber ninguna sentencia" en absoluto en lo que calificó como una "caza de brujas de interferencia electoral".

La solicitud de aplazamiento de Trump había planteado un predicamento sin precedentes para el juez, quien escribió en el fallo del viernes que todavía se esforzaba por tratar al exmandatario como a cualquier otro acusado.

Trump, por supuesto, es diferente: no solo se postuló a las elecciones presidenciales, sino que además insultó al juez, trató de apartarle del caso y lanzó ataques personales contra la hija de Merchan, una asesora política demócrata.

Merchan impulsó el caso durante más de un año --incluso cuando Trump trató de frustrarlo en todo momento-- e impuso una orden de silencio al expresidente que le prohibía atacar a testigos, fiscales y a la propia familia del juez.

Merchan, un juez veterano que una vez prometió aplicar "las reglas de la ley con imparcialidad", fue un improbable alivio para el expresidente. Sin embargo, su decisión del viernes marcó solo el éxito más reciente de Trump en la prolongación de sus múltiples enredos legales, una estrategia que ha dado sus frutos en los cuatro casos penales que se ciernen sobre el exmandatario.

En el caso de Manhattan, la única de las acusaciones que ha llegado a juicio, los abogados de Trump pasaron meses construyendo una red de desafíos legales que influyeron, y a veces se contradecían, entre sí. Hubo peticiones de aplazamiento. Solicitudes para desechar el caso. Y maniobras poco probables para trasladar el caso a un tribunal federal.

Merchan ya había retrasado la sentencia a petición de Trump, al principio del enrevesado proceso.

Los abogados del expresidente pidieron aplazar la sentencia, fijada inicialmente para el 11 de julio, para que Merchan pudiera estudiar su petición de anular la condena basándose en una reciente decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos que le concede amplia inmunidad por actos oficiales realizados como presidente. Merchan accedió a estudiar su petición y trasladar la sentencia al 18 de septiembre.

Pero cuando Merchan dijo que se pronunciaría sobre la petición de inmunidad el 16 de septiembre, dos días antes de la sentencia, los abogados de Trump exigieron un nuevo aplazamiento. Los abogados, Todd Blanche y Emil Bove, habían argumentado que el calendario del juez estaba demasiado ajustado.

Merchan señaló el viernes que si hubiera sentenciado a Trump en julio como estaba previsto, "por supuesto no habría habido motivo de retraso". Pero el esfuerzo de Trump por aplicar la "decisión histórica e interviniente" de la Corte Suprema en el caso de Manhattan, dijo, había hecho necesario un cambio.

Merchan dijo que se pronunciaría sobre la cuestión de la inmunidad, que según Trump debería anular su condena, el 12 de noviembre, una semana después de las elecciones. El nuevo calendario prácticamente garantizará que el expresidente siga siendo un delincuente cuando los votantes acudan a las urnas.

El aplazamiento, escribió Merchan, debería "disipar cualquier sugerencia de que el tribunal habrá emitido cualquier decisión o sentencia impuesta ya sea para dar una ventaja o crear una desventaja para cualquier partido político".

Con todo, el retraso evitará a Trump una distracción --y una humillación-- en un momento crítico. La llegada de Harris a la carrera presidencial en julio cambió la campaña y borró la ventaja del expresidente en las encuestas.

En una carta presentada ante el tribunal, los abogados de Trump insinuaron que la celebración de su sentencia pocas semanas antes de la jornada electoral del 5 de noviembre podría influir indebidamente en los votantes.

"Al aplazar la sentencia hasta después de esa elección, que es de suma importancia para toda la nación", dijeron los abogados del Trump, "el tribunal reduciría, incluso si no eliminaría, las cuestiones relativas a la integridad de cualquier procedimiento futuro".

Los fiscales, aunque no se oponen a un retraso, han dicho que los problemas de programación surgieron de las propias "tácticas de litigio estratégicas y dilatorias de Trump". Y desafiaron los esfuerzos de Trump para desechar la condena basada en la decisión de inmunidad de la Corte Suprema, sosteniendo que el fallo del alto tribunal no tenía "ninguna relación" con la acusación de Manhattan y señalando que el encubrimiento de Trump del escándalo sexual no estaba relacionado con su presidencia.

"Las pruebas que él afirma que se ven afectadas por el fallo de la Corte Suprema solo constituyen una astilla de las montañas de testimonios y pruebas documentales que el jurado consideró para declararlo culpable", escribieron los fiscales.

En mayo, un jurado de 12 neoyorquinos condenó a Trump, tras un juicio de siete semanas, por los 34 delitos graves de falsificación de registros empresariales para ocultar el escándalo sexual que amenazó su campaña presidencial de 2016.

El caso se derivó de un pago de dinero por silencio a una estrella porno, Stormy Daniels, que el colaborador de Trump, Michael Cohen, hizo poco antes de las elecciones. Trump le pagó con el tiempo a Cohen, quien se convirtió en un testigo estrella en el juicio. Y el expresidente, según el jurado, llevó a cabo un plan para utilizar los registros falsos con el fin de ocultar la naturaleza del rembolso.

Poco después de su condena, Trump intensificó su estrategia de retraso, que es una suerte de fuerte legal para el expresidente.

Trump había logrado aplazar tres semanas su juicio en Manhattan y retrasar indefinidamente los juicios en Washington y Georgia, en los que se le acusa de conspirar para subvertir la democracia al negarse a aceptar su derrota en las elecciones de 2020. (La sentencia de inmunidad de la Corte Suprema tiene su origen en el caso de Washington). Por otra parte, un juez federal de Florida desestimó el caso en el que se le acusaba de manipulación indebida de documentos clasificados.

Otras estratagemas fracasaron. Recientemente, Trump solicitó, por segunda vez, trasladar su caso de Manhattan a un tribunal federal. Esta vez, citó la sentencia de inmunidad de la Corte Suprema. Pero el segundo intento, como el primero, no tuvo éxito, y el juez volvió a rechazar el argumento de Trump de que el caso implicaba sus actos oficiales como presidente.

"Nada en la opinión de la Corte Suprema afecta mi conclusión previa de que los pagos de dinero por silencio eran actos privados, no oficiales, fuera de los límites de la autoridad ejecutiva", escribió el juez federal, Alvin K. Hellerstein, en su opinión, que Trump está apelando.

Maggie Haberman colaboró con reportería.

Ben Protess es un periodista de investigación del Times y escribe sobre corrupción pública. Ha estado cubriendo las diversas investigaciones criminales contra el expresidente Trump y sus aliados. Más de Ben Protess

Kate Christobek cubre los casos civiles y penales contra el expresidente Donald Trump para el Times. Más de Kate Christobek

William K. Rashbaum es redactor sénior en la sección Metro, donde cubre temas de corrupción política y municipal, tribunales, terrorismo y otros temas relacionados con la aplicación de la ley. Formó parte de un equipo galardonado con el Premio Pulitzer 2009 en la categoría de noticias de última hora.

Maggie Haberman colaboró con reportería.

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