¿El servicio en expansión de automóviles autónomos de Waymo llegará a ser un negocio sostenible?

The New York Times: Edición Español

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SAN FRANCISCO -- En meses recientes, los robotaxis de Waymo se han convertido en un aspecto singular de la experiencia de San Francisco.‌El servicio innovador de traslados de Waymo, que cuando arrancó el año pasado se limitaba a viajes en el centro, ahora está disponible para el público en general en todos los caminos escarpados de la ciudad. La empresa, propiedad de la controladora de Google, Alphabet, también extendió su cobertura a las autopistas de California y a Los Ángeles.‌En la actualidad, Waymo realiza más de 100.000 viajes cada semana en San Francisco, Phoenix y Los Ángeles, el doble que en mayo. Además, en una teleconferencia con inversionistas en julio, los ejecutivos de Alphabet informaron que la empresa planea invertir otros 5000 millones de dólares en Waymo.‌Sin embargo, la gran interrogante que queda por responder es si los autos robot de Waymo lograrán crear un negocio redituable. Otra pregunta que se hacen algunas personas es si Waymo dejará algún día el negocio de administrar flotillas de automóviles y se concentrará en vender su tecnología a otras empresas.‌Waymo ha llegado al punto de considerarse casi una empresa convencional gracias a los miles de millones de dólares que Alphabet ha invertido durante tantos años en su proyecto de vehículos autónomos y a su paciencia con la tecnología.‌Aunque los servicios de robotaxis no son redituables en este momento, Waymo y otras empresas de vehículos autónomos como Cruise de General Motors y Zoox de Amazon compiten por una porción del mercado, que podría llegar a valer algún día hasta 5 billones de dólares, según los cálculos de algunos analistas.‌En este momento, Waymo va muy por delante de la competencia. Su dominio ha aumentado desde que a Cruise, su principal rival, se le ordenó retirar su flotilla de las vías públicas porque un peatón sufrió una lesión grave en un incidente en San Francisco en octubre en el que estuvo involucrado uno de sus autos.‌"En estos momentos, la industria de la conducción totalmente autónoma en realidad es una industria de una sola empresa: Waymo", declaró John Krafcik, antiguo director ejecutivo de Waymo y miembro del consejo de administración de la empresa de vehículos eléctricos Rivian.‌No se sabe a ciencia cierta cuánto dinero invierte Alphabet en Waymo, pero un conjunto de negocios experimentales de Alphabet, entre los que se encuentra Waymo, registró pérdidas operacionales de alrededor de 2000 millones de dólares en el primer semestre de este año. Lo más probable es que Waymo haya representado una porción significativa de esas pérdidas, señaló Mark Mahaney, director del equipo de investigación en internet de Evercore ISI.‌Aunque los precios que cobra Waymo son similares a los de Uber y Lyft, a diferencia de esas empresas, cuyos márgenes de utilidades son pequeños en el mejor de los casos, Waymo debe pagar su flotilla y también inmuebles para guardarla y recargarla.‌El equipo de los robotaxis de quinta generación de Waymo (vehículos eléctricos I-Pace de Jaguar) cuesta hasta 100.000 dólares, indicó Dmitri Dolgov, codirector ejecutivo de Waymo, en un pódcast en febrero. Además, aun si Waymo no tiene que pagarles a los conductores, sí emplea técnicos que monitorean los traslados tras bambalinas.‌Saswat Panigrahi, director de Producto de Waymo, señaló en una entrevista que la empresa le apuesta a que sus costos fijos, como el gasto en sensores lídar y el número de monitores humanos que necesita, desciendan después de un tiempo.‌Los vehículos de sexta generación que Waymo comenzó a probar en julio también reducirán los costos, añadió Panigrahi. "Así que el rendimiento se elevará más conforme cambiemos estas flotillas", afirmó. Los vehículos nuevos son producidos por la fabricante de vehículos eléctricos china Zeekr.‌Algunos expertos en vehículos autónomos ven distintos espacios adecuados en el mercado para los robotaxis. Algunas de las ciudades principales, como Nueva York y Chicago, donde la demanda de viajes se concentra más, podrían seguir el modelo de lanzamiento de Waymo en San Francisco.‌Lo más probable es que se incluyan operaciones en los principales aeropuertos, que desde hace tiempo han sido las gallinas de los huevos de oro para Uber y Lyft. En la actualidad, Waymo les ofrece a los pasajeros traslados de ida y vuelta al aeropuerto internacional Phoenix Sky Harbor, y se encuentra en pláticas para ampliar sus operaciones al aeropuerto internacional de San Francisco, según correos electrónicos que vio The New York Times.‌Por desgracia, las ciudades grandes presentan otros desafíos, como tráfico caótico, regulaciones más estrictas y competencia con el transporte público.‌Otros mercados para los robotaxis podrían ser regiones en las que la demanda de transporte compartido supera la disponibilidad de conductores, o ciudades de talla mediana que no cuentan con buenos sistemas de transporte público, como Atlanta y Las Vegas. Hasta ahora, Waymo ha probado sus vehículos en más de 25 ciudades, señaló Panigrahi.

Uber, que vendió su división de vehículos autónomos en 2020, ya estableció una alianza con Cruise y Waymo para incluir los viajes autónomos de estas empresas en su aplicación en algunas ciudades.‌Si bien Waymo ha evitado en general el escrutinio público en el tema de seguridad que abrumó a Cruise, su rápida expansión tiene preocupados a algunos expertos en seguridad y funcionarios locales que afirman que la empresa no ha sido transparente en cuanto a hacer públicos sus datos de tráfico.‌La legislación de California no exige que Waymo proporcione todos sus datos de tráfico a las agencias gubernamentales. Así que las autoridades del transporte no han tenido datos para determinar políticas, y a algunos expertos en seguridad les preocupa especialmente la posibilidad de que los robotaxis se descompongan en autopistas de alta velocidad.‌Panigrahi indicó que la seguridad sigue siendo una de las principales prioridades de Waymo y que los vehículos autónomos podrían salvar miles de vidas por ser una alternativa más segura que los conductores distraídos o con limitaciones.‌A fin de mejorar su reputación en San Francisco tras el problema de Cruise, Waymo organizó noches de cine al aire libre y conciertos en parques de toda la ciudad, y sus robotaxis se han convertido en una atracción para los turistas. Pero la confianza pública puede perderse con gran facilidad, como descubrió Cruise.‌"Waymo todavía no ha tenido un choque de importancia", explicó Phil Koopman, profesor de ingeniería en la Universidad Carnegie Mellon que se especializa en vehículos autónomos. "No sé si tendrán algún choque grande, vergonzoso o problemático y, a partir de los datos, ellos tampoco lo saben".

Un taxi sin conductor Waymo en Los Ángeles el 19 de marzo de 2024. (Maggie Shannon/The New York Times)

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