International RelationsPolitics and GovernmentChristmasProject DemocracyElectionsGonzalez, Edmundo (1949- )Maduro, NicolasVenezuela
El líder autoritario del país ha decidido brindar alegría a un pueblo cuya democracia está en ruinas.
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Un apagón en todo el país. Una economía en ruinas. Unas elecciones presidenciales muy disputadas. Una población aterrorizada por su líder autocrático y sus fuerzas de seguridad cada vez más violentas.
¿Qué puede hacer un presidente?
Decretar la llegada anticipada de la Navidad, por supuesto.
Frente a las críticas nacionales e internacionales sobre su afirmación de que ganó las elecciones presidenciales de julio, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, está tratando de dirigir la atención del país hacia algo que casi todos los venezolanos aman: la Navidad.
La temporada de festividades comenzará el 1 de octubre de este año, anunció el lunes en su programa de televisión, Con Maduro más, y le dijo a un público amistoso que estaba adelantando el inicio de la temporada por medio de un decreto nacional.
"¡Ya huele a Navidad!", dijo a la multitud, que incluía a su esposa y varios altos funcionarios. El público respondió con vítores y aplausos. La temporada comenzaría, dijo, "con paz, felicidad y seguridad".
Esta no es la primera vez que Maduro, quien ha estado en el poder desde 2013, ha adelantado tanto la temporada navideña.
Pero el anuncio, que llega en medio de mucha agitación nacional, solo enfatizó el creciente abismo entre la afirmación del gobierno de que Venezuela está prosperando y la realidad sobre el terreno.
La decisión fue objeto de numerosas burlas en internet. Un periodista de Univisión, Félix de Bedout, la calificó de "delirio de dictador".
Las condiciones económicas, políticas y de derechos humanos de Venezuela llevan años deteriorándose.
Pero la democracia del país experimentó lo que parecía ser su estocada final el 28 de julio, cuando millones de venezolanos votaron en las elecciones presidenciales. Al final de ese día, Maduro se había proclamado vencedor, a pesar de que el consejo electoral del país se negó a publicar un desglose de los resultados.
Desde entonces, el principal candidato de la oposición, Edmundo González, ha presentado al público miles de actas de las máquinas de votación que demuestran que ganó de forma decisiva.
Instituciones no partidistas como el Centro Carter y las Naciones Unidas, que enviaron observadores electorales, han dicho que la votación carecía de las condiciones básicas para ser considerada democrática. Incluso analistas políticos que suelen ser cautelosos han calificado la maniobra de Maduro de robo descarado.
Pero el líder venezolano no se ha inmutado. En su lugar, sus fuerzas de seguridad han detenido a unas 2000 personas, acusando a algunas de terrorismo; dos decenas de venezolanos han muerto en protestas desde las elecciones.
El fiscal general del país ha emitido una orden de detención contra González, acusándolo de sabotaje. El viernes, un apagón nacional --la red eléctrica del país ha estado descuidada durante años-- supuso otro golpe. (El gobierno culpó a la oposición del fallo del sistema y la acusó de sabotaje, sin aportar ninguna prueba).
Mientras familias angustiadas hacían fila a las afueras de los centros de detención, en busca noticias de sus seres queridos, Maduro anunció el inicio de la Navidad.
Algunas personas, por supuesto, lo han defendido. "¿Quién puede negarse a extender la época más linda del año?", escribió Barry Cartaya, periodista de un canal de televisión progubernamental, en la plataforma de medios sociales X. Calificó a los críticos de "amargados" y llenos de odio.
En Venezuela, la Navidad es una fiesta muy querida cuya celebración es prácticamente un deber patriótico.
Las festividades suelen comenzar días o semanas antes de Nochebuena, con grandes grupos de familias y amigos que se reúnen para preparar hallacas --tamales rellenos de carne, aceitunas y pasas-- y cantar canciones populares llamadas gaitas.
En los últimos años, la época navideña se ha vuelto agridulce: tantos venezolanos han emigrado en medio de la crisis económica y política que las fiestas dentro de la nación son mucho más reducidas. Este año, seguramente participarán muchas personas conectadas por videollamada, y se rendirán homenajes a amigos y familiares desaparecidos en el sistema penitenciario o a manifestantes asesinados por sus creencias.
Julie Turkewitz es jefa del buró de los Andes, ubicado en Bogotá. Cubre Colombia, Venezuela, Bolivia, Ecuador y Perú. Más de Julie Turkewitz