Las autoridades italianas abrieron una investigación formal sobre las acciones de James Cutfield, el capitán del superyate que se hundió el lunes pasado frente a la costa de Sicilia, que derivó en la muerte de siete de las 22 personas que iban a bordo, entre ellas el multimillonario británico Mike Lynch.
Cutfield está siendo investigado por posible homicidio involuntario y para determinar si sus acciones causaron el naufragio por negligencia, dijo su abogado, Aldo Mordiglia.
En Italia, estar bajo investigación no implica necesariamente que se vayan a presentar cargos formales, y hasta ahora las autoridades italianas no han impuesto ninguna restricción a los movimientos de Cutfield, añadió Mordiglia.
Los fiscales dijeron el sábado 24 de agosto que, aunque no habían emitido ninguna orden de detención contra la tripulación, esperaban que cooperaran con la investigación y estuvieran disponibles para responder más preguntas. El lunes, la mayoría de los miembros de la tripulación seguían en Italia. Los fiscales no ofrecieron comentarios adicionales sobre las noticias de la investigación.
El Bayesian, una embarcación de alrededor de 55 metros de eslora, se hundió cuando Lynch y sus amigos celebraban su victoria legal en un sonado caso de fraude. El yate se hundió en la madrugada del lunes pasado a 800 metros del puerto de Porticello, una pequeña localidad pesquera italiana, tras ser sorprendido por una fuerte tormenta repentina.
Quedan muchas preguntas en torno a por qué un barco tan grande, lujoso y caro pudo hundirse con tanta rapidez, mientras otro barco cercano capeaba el temporal prácticamente sin daño alguno.
El director ejecutivo del grupo que adquirió la empresa que fabricó el yate ha insistido en que era prácticamente imposible que la embarcación se hundiera si se seguían todos los procedimientos correctos para manejarla. Sin embargo, muchos expertos en el sector marítimo han diferido, advirtiendo que aún se sabe muy poco sobre el accidente y las condiciones meteorológicas del momento como para sacar conclusiones.
Mordiglia declinó hacer más comentarios sobre el caso. Varios miembros de la tripulación consultados por The New York Times declinaron hacer comentarios.
Durante una semana, la tripulación se ha quedado en un hotel de Porticello, uno de los pocos grandes complejos turísticos de la zona. El hotel, con grupos estridentes que bailan, altavoces que reproducen éxitos italianos del verano e instrucciones de aeróbic acuático para las familias de vacaciones, se ha convertido en un refugio improbable para los sobrevivientes de un accidente tan dramático.
Los integrantes de la tripulación, algunos de los cuales tenían poco más de 20 años, eran muy reservados y a menudo se sentaban juntos en el bar o el restaurante del hotel, han reaccionado con un firme “sin comentarios” cada vez que se les acercaba un periodista del Times.
Buzos del cuerpo de bomberos de Italia encontraron seis cadáveres en el interior de los camarotes del yate. Las autoridades italianas dijeron el sábado que aún no habían realizado ninguna autopsia; afirmaron que iban a sacar el barco del agua, un proceso que probablemente llevaría varias semanas o más.
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