Michelle Obama le da un mensaje a Trump: la presidencia es un 'trabajo para negros'

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La ex primera dama, uno de los miembros más populares del Partido Demócrata, recibió ovaciones en la Convención Nacional Demócrata al atacar a Donald Trump utilizando sus propias palabras.

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Michelle Obama, ex primera dama y una de las figuras más populares del Partido Demócrata, realizó el martes por la noche uno de los ataques más enfáticos de la Convención Nacional Demócrata contra el expresidente Donald Trump al usar una de sus frases de campaña más controversiales en su contra: "¿Quién le va a decir que el trabajo que busca actualmente podría ser uno de esos 'trabajos para negros'?", dijo.

Obama, reacia a hacer campaña, cautivó a un abarrotado recinto de Chicago con una presentación en la convención que impulsó la campaña presidencial de la vicepresidenta Kamala Harris. Ofreció su apoyo y elogios a Harris, pero enfocó gran parte de su discurso de casi 20 minutos directamente en Trump, burlándose de sus comentarios, sus antecedentes y su comportamiento, aunque en general evitando mencionar su nombre.

Para haberse tratado de un discurso pronunciado en una convención política, sus comentarios alcanzaron un tono notablemente personal al hablar del exmandatario, quien durante varios años impulsó una campaña para cuestionar el lugar de nacimiento de su marido, el expresidente Barack Obama.

"Durante años, Donald Trump hizo todo lo que pudo para intentar que la gente nos temiera", dijo, añadiendo que "su visión limitada y estrecha del mundo hizo que se sintiera amenazado por la existencia de dos personas trabajadoras, con un alto nivel educativo y de éxito, que casualmente son negras".

Se enfocó en su queja de la noche del debate sobre los inmigrantes que se adueñan de "trabajos para negros", señalando que la presidencia de Estados Unidos ha sido uno de estos trabajos y pronto podría volver a serlo. Dijo que los estadounidenses como Harris comprendían "que la mayoría de nosotros nunca tendremos la dicha de caer hacia arriba", refiriéndose a los problemas empresariales de Trump. Señaló que la mayoría de los estadounidenses no crecen con "la acción afirmativa de la riqueza generacional" (Trump nació en una familia rica de Queens).

"Si vemos una montaña frente a nosotros, no esperamos que haya una escalera mecánica lista para llevarnos a la cima", dijo. Con cada frase, recibía un estruendoso aplauso.

Su discurso, pronunciado con voz clara y mirando directamente a la cámara para dirigirse a los estadounidenses que la veían desde casa, no fue empalagoso. Comenzó su intervención en el escenario enmarcando sus comentarios en el contexto de la búsqueda de la esperanza en medio de la desesperación.

Rindió homenaje a su madre, Marian Robinson, quien falleció en mayo, y comentó que no había estado segura de que estaría lo suficientemente estable como para subir al escenario el martes por la noche. Cuando los Obama llegaron a la Casa Blanca en 2009, su madre dejó Chicago y se mudó con ellos para ayudarlos a criar a sus hijas Sasha y Malia.

"La última vez que estuve aquí, en mi ciudad natal, fue para rendir homenaje a mi madre, la mujer que me enseñó el significado del trabajo duro, la humildad y la decencia, la mujer que puso en alto mi brújula moral y me mostró el poder de mi propia voz", dijo.

La ex primera dama sigue siendo una de las figuras públicas más conocidas de Estados Unidos, ocupando el quinto lugar en una lista de personalidades destacadas elaborada por YouGov, una empresa de estudios de mercado (su marido ocupa el sexto lugar). Es tan popular dentro de su partido que su nombre aparece constantemente en los primeros puestos de las listas de deseos de los votantes demócratas cuando se les pregunta cuáles son las personas a las que les gustaría ver postularse a la presidencia. Su oficina niega con regularidad los rumores sobre su candidatura; la última vez que lo hizo fue en marzo, cuando entre republicanos y demócratas se estuvo hablando sobre esa posibilidad.

Como primera dama, Michelle Obama aportó el toque fresco a la Casa Blanca. La convirtió en destino de cenas de Estado repletas de celebridades y a menudo participaba en programas de entrevistas y de variedades. Para dar un aire de accesibilidad a su imagen pública, solía incluir marcas como J. Crew en su guardarropa.

Su marido es considerado como uno de los mejores oradores del partido, pero Michelle Obama tiene sus propias dotes retóricas. Pocos oradores en la convención fueron capaces de entablar un diálogo con miles de personas en el United Center como lo hizo ella. "Así que si mienten sobre ella --y lo harán-- tenemos que hacer algo", dijo en un momento sobre los probables ataques republicanos contra Harris. Cuando terminó la frase, el público ya estaba repitiendo la última parte.

Y es ella quien acuñó una famosa frase adoptada por el partido, al menos por un tiempo, durante la campaña de 2016: "Cuando ellos se rebajan, nosotros nos elevamos", dijo hace ocho años en la convención demócrata de Filadelfia.

El martes por la noche, hizo una especie de actualización: "Enfocarse en lo pequeño nunca es la respuesta", dijo. "Lo pequeño es mezquino, no es sano y, francamente, no es presidencial".

Advirtió que la contienda seguía siendo reñida, y pidió a su partido que siguiera trabajando en los próximos días. "No podemos dar rienda suelta a nuestras ansiedades sobre si este país elegirá a alguien como Kamala en lugar de hacer todo lo posible para que alguien como Kamala resulte electo", dijo.

Minutos después, su marido subió al escenario, donde se definió como "la única persona lo suficientemente estúpida como para hablar después de Michelle Obama".

Katie Rogers es corresponsal en la Casa Blanca. Durante gran parte de la última década se ha centrado en reportajes sobre la presidencia, la primera familia y la vida en Washington, además de cubrir toda una serie de temas de política interior y exterior. Es autora de un libro sobre las primeras damas. Más de Katie Rogers

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