Los Obama, el humor y las despedidas: conclusiones del segundo día de convención demócrata

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Barack y Michelle Obama electrizaron a la multitud, mientras que Doug Emhoff, marido de la vicepresidenta Kamala Harris, compartió anécdotas de la primera cita con su esposa.

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El martes, los demócratas recurrieron a sus líderes más carismáticos y viraron hacia el futuro, mientras el expresidente Barack Obama y Michelle Obama, la ex primera dama, defendían que la candidatura de su partido representaba lo mejor de los valores estadounidenses.

Mientras la vicepresidenta Kamala Harris y su compañero de fórmula, Tim Walz, participaban en un mitin en Milwaukee, los asistentes a la convención completaban una estruendosa votación presencial de los estados mientras abarrotaban el United Center de Chicago. Con el presidente Joe Biden fuera del escenario y de vacaciones en California, parecía que una energía optimista se apoderó de los actos.

Estos son algunos de los momentos más destacados de la segunda noche de la convención:

Los Obama demostraron que siguen teniendo un singular poder de estrellas

Los demócratas tienen sus estrellas, nuevas y viejas: Gretchen Whitmer y Bernie Sanders, Alexandria Ocasio-Cortez y Andy Beshear, Bill y Hillary Clinton.

Pero el martes, los Obama demostraron una vez más que pueden inspirar al partido como nadie. La multitud reunida en Chicago ha mostrado un entusiasmo renovado desde que comenzó la convención, pero sus discursos consecutivos fueron un momento importante.

Por supuesto, el camino histórico que Obama recorrió hasta llegar a la Casa Blanca hace 16 años tuvo una resonancia especial en la celebración de la primera mujer negra en conseguir la nominación de un partido importante en la historia de Estados Unidos.

Pero los Obama también demostraron que son oradores sin parangón, tanto la ex primera dama como su marido dieron una clase magistral sobre el arte de derribar a un oponente sin derribarse a uno mismo en el acto.

Los oradores usaron el humor contra Donald Trump

Los Obama lo hicieron con una sonrisa y, de manera deliberada, les recordaron a sus compañeros de partido que el humor puede ser el arma más eficaz para socavar a un oponente que con tanta frecuencia los ha atormentado.

Barack Obama se mostró especialmente animado al describir algunos de los comportamientos más extravagantes de Donald Trump.

"Hay apodos infantiles, teorías conspirativas disparatadas, esa extraña obsesión con el tamaño de las multitudes", dijo el expresidente, arqueando las cejas y haciendo un gesto sugerente con las manos. El público estalló en carcajadas y aplausos.

Advirtiendo a los votantes de que no eligieran "otros cuatro años de fanfarronadas, torpezas y caos", Barack Obama, que parecía especialmente satisfecho de sí mismo, dijo: "Ya hemos visto esta película antes y todos sabemos que la secuela suele ser peor".

Volviendo en su contra una de las recientes referencias de Trump a los "empleos de personas negras", Michelle Obama dijo: "¿Quién le va a decir que el trabajo que está buscando podría ser uno de esos 'empleos de personas negras'?".

Michelle Obama hizo una mordaz evaluación de la hostilidad de Trump hacia su familia

Esta vez, ella fue más allá.

En su discurso, Michelle Obama habló en términos inusualmente francos y viscerales sobre las mentiras que Trump ha dicho sobre los antecedentes de su marido, y sobre lo que ella dice que es la profunda incomodidad de Trump con el lugar de los Obama en el mundo.

"Durante años, Donald Trump hizo todo lo posible para que la gente nos temiera", dijo. "Su visión limitada y estrecha del mundo hizo que se sintiera amenazado por la existencia de dos personas trabajadoras, altamente educadas y exitosas que resultan ser negras".

Dirigiéndose a la diversa multitud de la convención, acusó a Trump de utilizar "mentiras feas, misóginas y racistas como un sustituto de ideas y soluciones reales que de verdad mejorarán la vida de las personas".

Los comentarios, notables porque Michelle Obama siempre ha aconsejado tomar el camino más alto, reflejaron lo que ambos Obama han dicho que fue una angustiosa experiencia de estar en el extremo receptor de los ataques "birther" (aquellos que acusan a Barack Obama de no haber nacido en Estados Unidos) de Trump.

El mensaje también parecía destinado a recordar a los votantes negros, con los que Trump ha hecho progresos este año, el trato que dio a la primera pareja negra que ocupó la Casa Blanca.

Y pretendían servir de advertencia de lo que podría ocurrirle a Harris. "Desafortunadamente", dijo Obama, "sabemos lo que viene después, sabemos que la gente va a hacer todo lo posible para distorsionar su verdad".

Por primera vez, el tradicional discurso de la primera dama lo dio un aspirante a primer caballero

Doug Emhoff dejó entrever lo que sería otra primicia histórica de la presidencia de Harris: la llegada del primer caballero al ala este. Durante siglos, las esposas de los candidatos han dado testimonio de las cualidades personales de sus cónyuges, ofreciendo las anécdotas humanizadoras necesarias para suavizar su imagen.

Esta vez fue Emhoff quien se encargó de compartirlas, incluida la efusiva historia de su tal vez excesivamente entusiasta interés por Harris, a quien invitó a salir hace una década.

"Durante generaciones se ha debatido cuándo llamar a la persona con la que has quedado en salir", dijo Emhoff sonriendo. "Y nunca en la historia nadie ha sugerido las 8:30 a. m. Y, sin embargo, fue entonces cuando marqué".

Contó que dejó un mensaje incoherente en el buzón de voz de Harris, en el que repetía su nombre varias veces.

"Intentaba coger las palabras del aire y volver a ponérmelas en la boca", dijo. "Durante lo que me parecieron demasiados minutos, colgué".

Emhoff expresó su amor por su esposa, pero también utilizó su discurso para rechazar los esfuerzos republicanos de acusar a los demócratas del antisemitismo que se ha colado en las manifestaciones contra Israel, compartiendo su propia herencia judía, y el impulso de Harris para que utilice su alta posición nacional para luchar contra el antisemitismo.

Ya no es el partido de Joe Biden

Un día después de que el presidente Joe Biden pronunciara su discurso de despedida, y de que la multitud gritara "Queremos a Joe", quedó claro que el partido finalmente seguía adelante sin él.

Obama no dudó en deshacerse en elogios hacia su exvicepresidente. "Estoy orgulloso de llamarlo mi presidente, pero aun más orgulloso de llamarlo mi amigo", dijo. Pero, de inmediato, señaló: "Ahora se ha pasado la antorcha".

Y cuando Obama destacó "toda la increíble energía que hemos podido generar en las últimas semanas", no había duda de lo que desató esa energía en primer lugar: la decisión de Biden de renunciar a la campaña.

Una década de duro combate con Trump parece haber liberado al partido de sentimentalismos y agudizado su determinación de ganar, a pesar de los efectos colaterales a veces brutales.

Jonathan Weisman, Neil Vigdor y Tim Balk colaboraron con reportería.

Jonathan Weisman, Neil Vigdor y Tim Balk colaboraron con reportería.

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