Olympic Games (2024)Olympic Games (2028)Rachael GunnBreakingParis (France)
El público aplaudió a Gunn de manera educada. Los jueces no fueron tan generosos. En ambas rondas de la competición los nueve jueces votaron por Logistx, su oponente, quien ganó 18-0.
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El breaking debutó como deporte olímpico el viernes, y entre los competidores estaba Rachael Gunn, también conocida como B-girl Raygun, una profesora de 36 años de Sídney, Australia, que destacó en casi todos los sentidos.
En su trabajo, sus intereses de investigación incluyen "la danza, la política de género y la dinámica entre metodologías teóricas y prácticas". Pero en el escenario mundial de París, vestida con pantalones deportivos y un polo verdes en vez de los atuendos de estilo callejero de sus compañeras de break mucho más jóvenes, compitió contra la estadounidense Logan Edra, de 21 años, conocida como Logistx.
Durante la ronda de todos contra todos, mientras Raygun y Logistx se enfrentaban, Raygun se tumbó de lado, se llevó la mano a los dedos de los pies, giró sobre sí misma y realizó un salto de canguro, un guiño a su tierra natal. Luego hizo un movimiento parecido a la natación y otro que podría describirse como un andar de pato. En gran medida, no hizo los giros de cabeza y hacia atrás de los que hacían gala otras competidoras.
El público aplaudió a Raygun de manera educada. Los jueces no fueron tan amables. En ambas rondas de la competición los nueve jueces votaron por Logistx, quien ganó, 18-0.
En internet, la actuación de Raygun se convirtió rápidamente en una sensación, no necesariamente halagadora.
"Cuanto más veo los videos de Raygun, la breaker australiana, más me enfado", publicó un espectador en X, antes conocido como Twitter. "¿Hay 27,7 millones de australianos en el mundo y la envían a ella a los Juegos Olímpicos para esta prueba inaugural? Por favor".
Otro escribió: "Estoy muy avergonzado por nuestro país".
La participación mundial en los Juegos significa que cada Olimpiada produce competidores serios que luego son superados, como el saltador de esquí británico Michael Edwards, conocido como Eddie el Águila, en 1988 o el nadador etíope Robel Kiros Habte en 2016.
Gunn, quien posee un doctorado en estudios culturales por la Universidad Macquarie y tiene experiencia como bailarina de salón, jazz y claqué, se toma muy en serio el aspecto antropológico del breaking.
"La visibilidad y la legitimidad que conlleva ser deporte olímpico ampliará las oportunidades profesionales de los breakers. Esto es especialmente significativo para una actividad tan diversa como el breaking", escribió el mes pasado en The Economist. "El breaking ofrece la oportunidad de explorar nuevas formas del espíritu olímpico más allá del 'más rápido, más alto, más fuerte'. Nos demuestra que en realidad desconocemos todos los puntos sobre los que el cuerpo puede girar o lanzar su peso, las diferentes formas que puede adoptar o todas las maneras en que puede moverse".
Los Juegos de París añadieron el breaking como parte de un esfuerzo por atraer a un público más joven. Esta forma de arte nació en las calles, con sus raíces en la comunidad hiphop de Nueva York. Algunos de sus pioneros dudan de su inclusión en una competición organizada.
"No creo que sea una representación exacta de lo que es el breaking", dijo en 2023 Odylle Beder, una B-girl de Brooklyn conocida como Mantis. "El breaking es mucho más orgánico, y la forma en que lo hacemos en los Juegos Olímpicos es, como: 'Haz una ronda. Para y mira cuál es tu puntuación. Ahora haz otra ronda'".
Pero, para algunas personas, ver actuar a Raygun tenía un valor de entretenimiento.
"No ha habido una actuación olímpica tan dominante desde los 100 metros planos de Usain Bolt en Pekín 2008", escribió un espectador en X. "Sinceramente, en el momento en que Raygun hizo su movimiento de canguro, ¡esta competición se acabó! Denle el oro de #breakdancing 🥇".
Logistx se encuentra entre quienes creen firmemente que el breaking no se toma lo suficientemente en serio. Aunque este deporte fue bien recibido en los Juegos de París, no formará parte de los Juegos Olímpicos de 2028 en Los Ángeles.
"Como bailarinas, siempre hemos estado en la parte inferior del tótem", dijo en una entrevista la semana pasada. "En realidad, nunca se nos ha reconocido como atletas".
Tenía fe en que los Juegos arrojarían luz sobre el breaking y sellarían su legitimidad como deporte. "Estar aquí, y tener acceso a estos recursos, y estar al lado de un montón de leyendas del deporte", dijo, "es como estar con todos los atletas de más alto nivel".
Karen Hanley colaboró con reportería.
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