Una escena de las Olimpiadas suscita indignación religiosa

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Algunos líderes religiosos y políticos la consideraron una ofensa por su aparente parecido con "La última cena". Los organizadores aseguran que alude a una representación olímpica.

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La actuación de Philippe Katerine durante la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de París el viernes ha suscitado las críticas de líderes religiosos y políticos conservadores por su parecido aparente con La última cena, la representación de Leonardo da Vinci de una escena bíblica. Algunos lo han calificado de "burla" al cristianismo.

Los organizadores han negado que la secuencia se inspirara en La última cena o que pretendiera burlarse u ofender.

En la representación emitida durante la ceremonia, una mujer con un tocado plateado en forma de aureola se situaba en el centro de una larga mesa, con drag queens posando a ambos lados. Más tarde, en la misma mesa, se levantó una campana gigante y apareció un hombre, casi desnudo y pintado de azul, sobre un plato rodeado de fruta. Empezó a cantar mientras, detrás de él, bailaban las drag queens.

La representación fue condenada por quienes la consideraron una parodia de La última cena, la escena del Nuevo Testamento representada en el cuadro homónimo de da Vinci. La Conferencia Episcopal Francesa, que representa a los obispos católicos del país, dijo en un comunicado que la ceremonia inaugural incluía "escenas de burla y escarnio del cristianismo", y un influyente católico estadounidense, el obispo Robert Barron, de Minnesota, la calificó de "burla grosera".

La actuación en la ceremonia de apertura, que tuvo lugar el viernes en el Sena, también provocó que un proveedor de telecomunicaciones con sede en Mississippi, C Spire, anunciara que retiraría sus anuncios de las retransmisiones olímpicas. El presidente de la Cámara Mike Johnson describió la escena como "escandalosa e insultante para el pueblo cristiano".

El director artístico de la ceremonia de apertura, Thomas Jolly, declaró el sábado en la rueda de prensa diaria de los Juegos que el acto no pretendía "ser subversivo, ni escandalizar a la gente, ni burlarse de la gente". El domingo, Anne Descamps, vocera de París 2024, dijo en la conferencia de prensa diaria: "Si la gente se ha ofendido, por supuesto que lo sentimos muchísimo".

Jolly dijo el domingo que no se había inspirado en La última cena.

"Es Dioniso quien llega a la mesa", dijo Jolly en una entrevista televisiva con el medio de comunicación francés BFMTV. Dioniso es el dios griego de las fiestas y el vino, y es el padre de Secuana, la diosa del río Sena, explicó. "La idea era más bien celebrar una gran fiesta pagana relacionada con los dioses del Olimpo, el Olimpismo", añadió.

Para algunos, sin embargo, el parecido con el cuadro de da Vinci era innegable.

"La idea de la figura central con una aureola y un grupo de seguidores a cada lado es tan típica de la iconografía de La última cena que interpretarla de otro modo sería un poco temerario", dijo Sasha Grishin, historiador de arte y profesor emérito de la Universidad Nacional Australiana.

La figura central con el tocado recuerda a las pinturas de La última cena en el estilo del Alto Renacimiento, en las que se representa a Jesús con un halo o luz alrededor de la cabeza, explicó Grishin. En algunos cuadros, se representa como un círculo dorado. En otros, como el de da Vinci, Jesús está iluminado por una ventana o tiene un sutil resplandor a su alrededor.

Las poses de las drag queens también se asemejaban a las de los discípulos de Jesús, dijo, y añadió que la escena era una "imagen muy, muy sagrada" para los cristianos, ya que representaba el momento en que Jesús anunció que estaba dispuesto a sacrificarse por los pecados de la humanidad.

Otros, sin embargo, argumentaron que no estaba inmediatamente claro que la escena hiciera referencia a La última cena.

Por un lado, había al menos 17 drag queens --y más cuando cantaba el hombre pintado de azul, el actor y cantante francés Philippe Katerine-- frente a los doce apóstoles de Jesús, dijo Louise Marshall, profesora titular honoraria de la Universidad de Sydney y experta en arte renacentista. "Eso es básico. Tienes que tener ese número".

Para hacer referencia a La última cena --en particular a la versión de da Vinci, aunque muchas pinturas han representado la escena--, los apóstoles suelen agruparse en tres grupos de cuatro, conectados visualmente a través de los gestos que hacen unos hacia otros, dijo Marshall. Las poses de las drag queens, dijo, parecían más propias del voguing, un estilo de baile estrechamente vinculado a la cultura drag. La mesa también debería estar preparada para una comida, con los alimentos al otro lado de la mesa, en lugar de la pila de fruta sobre la que estaba sentado el hombre pintado de azul, dijo.

"Francamente, cuando vi los vídeos, no me vino a la cabeza La última cena", dijo. "Parece muy desenfadada y divertida e ingeniosa y muy inclusiva".

Algunos también han comparado la escena con un cuadro de los dioses del Olimpo llamado El festín de los dioses. Pintado por el artista holandés Jan van Bijlert en el siglo XVII, muestra a los dioses agrupados alrededor de una larga mesa. En el centro está Apolo, el dios del sol, con un halo de luz alrededor de la cabeza.

El Museo Magnin de Dijon, Francia, que tiene el cuadro en su colección, publicó imágenes del mismo en X el domingo.

"¿Este cuadro les recuerda algo?", escribió el museo, añadiendo un emoji que guiña un ojo.

Yan Zhuang es reportera del Times en Seúl y cubre noticias de última hora. Más de Yan Zhuang

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