Pop and Rock MusicO'Connor, SineadIrelandChronic Obstructive Pulmonary Disease
La cantante y activista irlandesa murió en julio de 2023. Su certificado de defunción, presentado la semana pasada, revela las causas naturales de su fallecimiento.
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Sinead O'Connor, la cantante irlandesa que saltó a la fama en la década de 1990 y era conocida por su activismo, murió a los 56 años el julio pasado por enfermedad pulmonar obstructiva crónica y asma bronquial, según su certificado de defunción.
En enero, un forense en Londres señaló que O'Connor había muerto por "causas naturales", pero no dio más detalles. La policía dijo en el momento de la muerte de O'Connor que "no estaba siendo tratada como sospechosa".
El certificado de defunción de O'Connor, que se registró la semana pasada, llenó algunas lagunas. La cantante murió de "exacerbación de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica y asma bronquial junto con una infección de bajo grado de las vías respiratorias inferiores", decía el informe. Fue presentado por John Reynolds, el primer marido de O'Connor.
O'Connor se convirtió en una estrella mundial en la década de 1990 con una versión de "Nothing Compares 2 U" de Prince. El álbum en el que se incluyó la canción ganó un Grammy en 1991 a la mejor interpretación de música alternativa.
También aprovechó su fama como activista, denunciando los abusos sexuales en la Iglesia católica, la misoginia, el sometimiento británico a Irlanda y otros asuntos. En sus últimos años de vida, habló de sus luchas mentales y de su recuperación tras sufrir abuso infantil.
La muerte de O'Connor conmocionó a Irlanda, que la lloró como a un tesoro nacional a pesar de que había sido una figura controvertida por sus provocaciones políticas en el escenario y fuera de él. En 1992, O'Connor rompió una foto del papa Juan Pablo II durante una actuación en Saturday Night Live para protestar contra los abusos sexuales a menores en la Iglesia católica romana.
En el año transcurrido desde su muerte, han continuado los debates sobre el legado y la representación de O'Connor.
En marzo, se estrenó en Londres un osado espectáculo en homenaje a su vida y a su primer álbum de estudio, que atrajo a multitudes en Nueva York. Y, la semana pasada, un museo de cera de Dublín retiró una figura suya después de que su hermano dijera que era "horrible" y "no se parecía nada a ella".
"Ella era algo más grande que una simple estrella del pop", escribió Jon Caramanica, crítico de música pop de The New York Times, en una valoración de la carrera de O'Connor.
"Se convirtió en un símbolo del malestar sociopolítico que empezaba a tomar fuerza a principios de la década de 1990", continuó, "un rechazo de la cultura del brillo entusiasta y el poder a cualquier costo de los ochenta".