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Los expertos recomiendan estas estrategias para que las parejas puedan hablar de dinero sin que salga el amor por la ventana.
Me gusta hablar con mi marido de muchas cosas, pero el dinero no es una de ellas. La mayoría de nuestras conversaciones sobre gastos son más o menos así: nos lamentamos del saldo de nuestras tarjetas de crédito. Nos quejamos de los costos del cuidado de los niños. Luego nos retiramos hasta que llega la siguiente factura o la temporada de impuestos arroja una luz brillante e implacable sobre nuestras finanzas, como está ocurriendo ahora.
Aunque me consuela saber que no somos los únicos a los que se les da fatal hablar de dinero. En un pequeño estudio, las parejas casadas informaron que sus desacuerdos relacionados con sus finanzas tendían a ser más intensos que las discusiones sobre otros temas, y tenían menos probabilidades de resolverse. Otras investigaciones sugieren que los conflictos financieros pueden ser un factor de divorcio más importante que otro tipo de desacuerdos.
"Es muy difícil sentirse cómodo iniciando estas conversaciones", dijo Jillian Knight, terapeuta matrimonial y familiar licenciada, quien se especializa en terapia financiera, que combina el asesoramiento financiero con el apoyo psicológico. "Porque muchas veces, la gente tiene la creencia de que no se debe hablar de dinero o de que no son buenos con el dinero".
Hablé con Knight y otros terapeutas que trabajan con parejas en temas de dinero sobre algunos errores comunes en la comunicación.
Error 1: Asumir que se tienen los mismos valores
Tendemos a interiorizar las lecciones financieras de nuestras familias, dijo Lisa Marie Bobby, terapeuta matrimonial y familiar licenciada. Pero, explicó, los conflictos surgen cuando las parejas asumen que su punto de vista es el único válido, en lugar de tomarse el tiempo para explorar las historias financieras de cada uno. "Esto da lugar a peleas a veces feroces, en las que se discute sobre cuál de los dos puntos de vista es el 'correcto'", dijo.
Para comprender mejor el punto de vista de tu pareja, puedes empezar con una pregunta como "¿Qué lecciones sobre el dinero aprendiste cuando eras niño?" , recomendó Stephanie Zepeda, terapeuta matrimonial y familiar licenciada en Houston. Por ejemplo, si tu papá o mamá perdió el trabajo varias veces, es posible que hayas crecido creyendo que ahorrar dinero es la máxima prioridad. O puede que hayas llegado a pensar que es importante decir sí a todas las experiencias y lujos que no tuviste de niño, dijo.
Error 2: No controlarse
A menudo, uno de los miembros de la relación se convierte en el administrador del dinero por defecto, explicó Knight. Aunque esto funciona para muchas parejas, Knight cree que ambas partes deberían conocer al menos algunos aspectos básicos: ¿Cuánto dinero entra? ¿Cuánto dinero sale? ¿Dónde está el dinero y cómo puedo acceder a él en caso necesario? ¿Y cuáles son nuestros grandes objetivos financieros?
Las parejas deberían programar reuniones periódicas o "juntas sobre el dinero" para comprobar brevemente cómo van las cosas y prepararse para las grandes decisiones o gastos que vienen. No intenten hablar de todo lo relacionado con sus finanzas en una sola sesión; "eso puede resultar abrumador", dijo Knight. En lugar de eso, hagan de la comunicación financiera una parte habitual de su relación. Y cuando llegue el día programado, --lo ideal es una vez a la semana--, procuren que ambos estén relativamente relajados y bien alimentados, añadió.
Error 3: Dejar que las conversaciones difíciles se esfumen
Como las conversaciones financieras pueden derivar en discusiones, las parejas a veces --sabiamente-- dejan el tema para destensarse, dijo LaQueshia Clemons, trabajadora social clínica licenciada en Middletown, Connecticut.
Pero en lugar de retomar intencionadamente el tema --quizá una discusión sobre ahorrar o gastar-- más adelante, lo ignoran hasta que vuelve a surgir. "Se convierte en un círculo en el que a veces se quedan atrapadas las parejas", dijo. Por eso es esencial volver sobre el tema más tarde, si es posible en menos de 24 horas. De otra forma, los desacuerdos pueden quedarse sin resolver y los resentimientos también se quedan sin resolver.
Cuando vuelvan a reunirse, no se limiten a repetir lo que han dicho antes, recomendó Clemons. Empiecen por señalar algo que aprecien de la forma en que su pareja gestiona el dinero, aunque solo sea reconocer que paga ciertas facturas a tiempo.
Error 4: Centrarse solo en la escasez
Megan McCoy, profesora adjunta del departamento de planificación financiera personal de la Universidad Estatal de Kansas, no restó importancia a las tensiones financieras a las que se enfrentan muchas parejas. A veces simplemente no hay suficiente dinero, y no hay danza verbal que pueda aliviar la tensión que eso supone para una relación. Pero ella cree que siempre que sea posible, las parejas deberían inyectar algo de humor en sus conversaciones financieras.
Por ejemplo: dos veces al año, la doctora McCoy y su marido compran un boleto de lotería y pasan una noche juntos hablando de lo que harían si les tocara. ¿A qué dedicarían más tiempo? ¿Viajarían más? ¿Pagarían a alguien para que se ocupara de ciertas tareas domésticas? Tal vez, entonces, empezarían a ahorrar más para unas vacaciones o tendrían una conversación sobre la redistribución de la carga doméstica para que ésta sea más equitativa.
"Realmente creo que es un gran error hablar solo de escasez: de dónde debemos recortar, de cómo debemos presupuestar", dijo McCoy. "Se puede aprender mucho manteniendo esas conversaciones positivas y lúdicas".