Una presidencia de Kamala Harris podría implicar más de lo mismo en materia de regulación de la IA

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WASHINGTON -- En los últimos tres años, la vicepresidenta Kamala Harris ha adoptado un papel de liderazgo dentro de la Casa Blanca en lo que respecta a la inteligencia artificial, a medida que se expande el uso de esta tecnología.

‌Como zar de la IA, Harris invitó a los directores de OpenAI, Microsoft, Google y Anthropic a la Casa Blanca con el fin de que acordaran estándares de seguridad voluntarios para la tecnología. La vicepresidenta encabezó una orden ejecutiva de la Casa Blanca que dictaba cómo el gobierno federal usaría y desarrollaría inteligencias artificiales. Además, Harris presionó al Congreso para que adoptara regulaciones que protegieran a los individuos de ser remplazados por la IA en sus empleos y de otros daños, aunque se han promulgado pocas leyes al respecto y, hasta el momento, las empresas han enfrentado muy pocos obstáculos.

‌En un discurso de noviembre, Harris declaró: "Rechazamos la falsa decisión que sugiere que debemos elegir entre proteger a la sociedad o avanzar en la innovación", e hizo un llamado a favor de la regulación global y una mayor rendición de cuentas por parte de las empresas. "Podemos y debemos hacer ambas cosas".‌Ahora que es la presunta nominada a la presidencia del Partido Demócrata, si Harris llegara a ganar, el camino podría seguir siendo relativamente cómodo para las empresas de inteligencia artificial, que han gozado de poca regulación en Estados Unidos y la oportunidad de influir en las opiniones sobre la tecnología que se tienen en la Casa Blanca y en el Congreso.‌En el pasado, Harris ha asumido posturas más estrictas frente a los gigantes tecnológicos. Cuando fue fiscal del distrito de San Francisco y luego fiscal general de California, promovió leyes contra el ciberacoso y a favor de una mayor privacidad de los niños en línea. Como fiscal general del estado, trabajó para frenar la difusión de imágenes íntimas tomadas sin el consentimiento del sujeto en las plataformas de los gigantes tecnológicos.‌"Harris aporta una mentalidad muy legista, meditada, que toma en cuenta todas las perspectivas de un tema", describió Alondra Nelson, exdirectora de la Oficina de la Casa Blanca para Políticas de Ciencia y Tecnológica.‌El equipo de campaña de Harris redirigió nuestra solicitud de comentarios a la Casa Blanca. Jeff Zients, el jefe de gabinete de la Casa Blanca, comentó en una declaración por correo electrónico que el gobierno "ha tomado medidas sin precedentes para maximizar el potencial de la inteligencia artificial y gestionar los riesgos que presenta; en todo momento, tanto el presidente como la vicepresidenta nos han exhortado a actuar con rapidez y usar todos nuestros recursos".‌Durante el gobierno de Joe Biden, los gigantes tecnológicos enfrentaron un escrutinio cada vez mayor de las autoridades antimonopolio. Las entidades reguladoras demandaron a Google, Meta, Amazon y Apple, a las que acusaron de comportamiento monopolístico. Muchas de esas investigaciones iniciaron durante el mandato de Donald Trump, ahora nominado republicano a la presidencia.‌Mientras tanto, se ha disparado el uso de la IA generativa, con la que operan los chatbots humanoides y los generadores de imágenes realistas, lo cual suscita preocupaciones de que la tecnología robe trabajos y cause otros daños, además de predicciones catastrofistas de que podría destruir a la humanidad. Si bien los líderes del Congreso afirmaron que se deben tomar medidas y abrir foros para dialogar sobre esta tecnología, se han concretado pocas iniciativas para regular a la IA.

‌"Harris lleva años como funcionaria demostrando su convicción respecto a la rendición de cuentas de las empresas", dijo Dan Geldon, exasesor de Elizabeth Warren, senadora demócrata de Massachusetts. "No parece probable que, si llega a ser presidenta, altere los litigios e ímpetu que ya existen, pues tiene un largo historial de exigirles a las empresas que infringen la ley que asuman su responsabilidad".‌Harris tiene contactos en empresas tecnológicas por el tiempo que sirvió en California, y su cuñado, Tony West, es el abogado principal de Uber.‌Durante su campaña por la procuraduría del estado en 2010, Harris visitó el campus de Google en Mountain View para una sesión de preguntas y respuestas. Les dijo a los empleados que consideraba que la pericia de la industria tecnológica era crucial para garantizar que el gobierno se comunicara bien y contara con sistemas actualizados.

En 2015, como fiscal general de California, visitó la sede de Facebook en Menlo Park para promover un uso más seguro del internet. En el evento abierto a estudiantes de bachillerato, Sheryl Sandberg, entonces directora de operaciones de la empresa ahora conocida como Meta, señaló: "Podemos trabajar juntos para demostrar que el internet puede ser una herramienta para el bien", según algunas noticias.‌Sandberg respalda la candidatura de Harris, al igual que el inversionista Reid Hoffman, uno de los donadores principales del Partido Demócrata.

‌Varios expertos en políticas tecnológicas opinan que Harris podría aprovechar sus vínculos con el sector tecnológico para armar nuevos equipos de asesores.‌"Biden tenía un círculo cercano de asesores que habían estado a su lado durante décadas, y ninguno tenía un fuerte arraigo en el sector tecnológico", mencionó Blair Levin, ex jefe de personal en la Comisión Federal de Comunicaciones y asesor de New Street Research. "Los asesores de Harris vendrán de lugares como California que tienen experiencia en tecnología".‌Según los expertos, el trabajo que Harris ha hecho hasta el momento como zar de la IA en la Casa Blanca refleja su moderación y disposición a escuchar ambos lados del debate.‌En octubre, el presidente Joe Biden firmó la orden ejecutiva sobre la IA que Harris lideró, que les exige a las empresas compartir con el gobierno los riesgos más graves que suponen sus sistemas, así como definir los pasos para que el gobierno federal adopte la tecnología.‌"Tenemos un deber moral, ético y social de asegurarnos de que la IA se adopte y desarrolle de manera que proteja al público de daños potenciales y garantizar que todo el mundo pueda disfrutar de sus beneficios", declaró Harris en la Casa Blanca en octubre cuando anunció la orden. (La plataforma del Partido Republicano busca revocar la orden ejecutiva porque "entorpece la innovación de la inteligencia artificial").‌En su declaración por correo electrónico, Zients puntualizó que los compromisos que asumieron las empresas para evaluar sus sistemas con rigor fueron idea de Harris.‌"El año pasado, me reuní con la vicepresidenta en una de nuestras juntas semanales", relató Zients. "Y la vicepresidenta me dijo: 'Vamos a invitar a los directores ejecutivos aquí y vamos a establecer compromisos ahora mientras trabajamos en nuestras medidas ejecutivas'".‌En un discurso de noviembre, Harris aclaró que esos compromisos solo eran una parte de la solución.‌"Que quede claro, estos compromisos voluntarios son un primer paso hacia un futuro más seguro con la inteligencia artificial; hay más en camino, porque, como nos ha demostrado la historia, a falta de regulación y una supervisión contundente de parte del gobierno, algunas empresas tecnológicas deciden priorizar las ganancias por encima del bienestar de sus clientes, la seguridad de nuestras comunidades y la estabilidad de nuestras democracias", concluyó.

La vicepresidenta Kamala Harris camina para abordar el Air Force Two en la Base de la Fuerza Aérea Andrews, Maryland, el 20 de julio de 2024. (Erin Schaff/The New York Times).

La vicepresidenta Kamala Harris desciende del Air Force Two en la Base de la Fuerza Aérea Andrews, Maryland, el 20 de julio de 2024. (Erin Schaff/The New York Times).

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