El Cybertruck: Una guerra cultural sobre ruedas

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Si un auto puede encarnar la época que lo creó, entonces el Tesla Cybertruck es, como corresponde, una guerra cultural sobre ruedas.

Cuando Elon Musk, director ejecutivo de Tesla, lo develó en una presentación en Los Ángeles hace cinco años, parecía saber que esa enorme cuña de acero inoxidable crearía polémica.

"No va a ser para todo el mundo", aseguró entonces.

Desde que el monstruo eléctrico empezó a rodar por la fábrica de Tesla el pasado noviembre, su forma geométrica de bordes duros ha demostrado ser una propuesta que gusta o no gusta. Y más que cualquier otro Tesla, el Cybertruck parece representar al propio Musk, un buscador de atención en internet, que algunos aman y otros detestan.

Últimamente se ha convertido en un deporte entre los detractores del vehículo detectar a los propietarios de Cybertrucks que se estacionan mal y conducen de forma agresiva, y generalizar sobre el tipo de personas que se identificarían con una máquina tan llamativa.

También ha surgido un microgénero de videos en internet que muestran Cybertrucks inmovilizados por la arena, el agua y la nieve. A menudo van acompañados de comentarios cargados de regodeo.

Richard Zhang, propietario de un Cybertruck en Pittsburgh, afirma que la gran mayoría de las interacciones que ha tenido con su camioneta han sido positivas. Pero las negativas son muy negativas.

"Están tan llenos de rabia que han perdido todo sentido de la decencia humana y el respeto", relató Zhang, de 30 años, sobre los detractores con los que se ha encontrado.

Drew Magary, redactor del sitio de noticias de San Francisco SFGate, hace poco dio una vuelta en un Cybertruck y, en una columna satírica, recalcó algunos estereotipos sobre los admiradores del vehículo.

"Yo encajo a la perfección en el perfil del cliente", escribió Magary. "Soy alto. Soy blanco. Soy ruidoso. No tengo muchos amigos donde vivo. Y lo más importante es que quiero desesperadamente que la gente piense que soy genial".

Los consumidores llevan mucho tiempo expresando su personalidad y estilo de vida a través de sus autos; pensemos en el Corvette de la crisis de la mediana edad. Pero desde hace muchos años no ha habido ningún automóvil --ni ningún producto de consumo, en realidad-- que haya provocado reacciones tan fuertes, que haya tenido un significado cultural tan cargado.

Todo empieza con Musk.

Los años de desarrollo del Cybertruck más o menos coincidieron con la transformación pública del jefe de SpaceX. Musk, antes un niño mimado de Silicon Valley celebrado por su compromiso con las energías limpias y la exploración espacial, se ha convertido en el combativo propietario de X, antes Twitter, y en un partidario entusiasta del expresidente Donald Trump.

Algunos ven a Musk como un fanfarrón defensor de la libertad de expresión y un pionero tecnológico que ha convertido algunas nociones innovadoras en riquezas; otros lo ven como un multimillonario interesado y conspiranoico.

La imagen pública de Musk no ha eclipsado del todo a la marca Tesla. David Tracy, redactor jefe del sitio web de cultura automovilística The Autopian, afirma que las otras ofertas de la empresa siguen existiendo al margen --hasta cierto punto-- del propio hombre.

"Son lógicos", señaló Tracy, ingeniero de automoción, refiriéndose al resto de la gama Tesla, elegantes berlinas eléctricas que encajan con el resto de los vehículos en las calles. "Son aerodinámicos, son eficientes, tienen sentido desde el punto de vista de la utilidad. Puedes convencerte de que cualquiera habría desarrollado ese auto".

Aun así, la política de Musk podría repeler a algunos posibles compradores de Tesla, contribuyendo a una reciente caída de las ventas. Quizá eso haga que los conductores de los Cybertrucks destaquen aún más. Y en una cultura obsesionada con las implicaciones políticas de las decisiones de los consumidores, quizá sea inevitable que poseer un Cybertruck se interprete como una manera de simpatizar con Musk y sus ideas.

La valoración cautelosamente positiva de Tracy provocó una cantidad tan grande de comentarios airados de quienes odian el Cybertruck que con rapidez escribió una continuación titulada "Analizar el Tesla Cybertruck es totalmente inútil".

Las referencias visuales del Cybertruck no proceden del diseño automovilístico contemporáneo. En cambio, según un tablero de anuncios interno de Tesla compartido por Walter Isaacson, biógrafo de Musk, el Cybertruck se inspira en la ciencia ficción distópica de las décadas de 1980 y 1990: películas, anime y juegos de rol que son textos sagrados de la imaginación friki.

En estos mundos oscuros, donde las corporaciones reinan sobre una clase urbana marginada y atestada de violencia, los autos suelen funcionar como armas blindadas. (El tablero de ideas de Tesla también tenía imágenes de tanques y aviones de combate). Musk lleva mucho tiempo presumiendo del exterior a prueba de balas del Cybertruck, y el día de su develación, Franz von Holzhausen, diseñador jefe de Tesla, golpeó la puerta con un mazo sin dejar abolladura alguna. (Sin embargo, una pequeña bola de metal que lanzó Von Holzhausen rompió una ventanilla).

Para los miembros de una élite tecnológica preocupada por los problemas de la vida urbana en la zona de la bahía y otros lugares, es difícil no ver el Cybertruck como un auto de ensueño, o un vehículo en el que pueden navegar por sus pesadillas.

De hecho, el aspecto de fortaleza del vehículo y su precio elevado (a partir de unos 80.000 dólares) parecen responder a las ansiedades contemporáneas en torno al desorden social, según Michael Rock, socio fundador de la consultora de marcas 2x4.

"Es la encarnación de la cultura del miedo", comentó Rock. "¿Por qué se necesita un auto blindado en los Hamptons? Es una mentalidad. Has construido esa cosa enorme a tu alrededor, y todo gira en torno a esta horda invasora ahí fuera, y tú estás en ese contenedor a prueba de balas".

Para las legiones de transeúntes que, según sus propietarios, quieren tocar sus Cybertrucks, sentarse en ellos y tomarse selfis con ellos, el vehículo no es un foco de atención política ni cultural. En cambio, es algo más raro: una pieza genuinamente novedosa de diseño en masa.

En algunos círculos, el aspecto único del vehículo lo ha convertido en un codiciado símbolo de estatus y en objeto de considerable fascinación. Se ha visto a celebridades como Kim Kardashian y Serena Williams en Cybertrucks. En YouTube existe una sólida cultura, al parecer imparcial, en torno a la modificación de los Cybertrucks y poner a prueba sus características inusuales.

De hecho, se ha prestado tanta atención a las connotaciones tecnológicas de derecha del Cybertruck que es fácil olvidar que no deja de ser un vehículo eléctrico de 2722 kilos, un tipo de auto que antes se asociaba con los liberales de la costa.

Dwayne Sinclair, un ingeniero de sistemas de 58 años y propietario de un Cybertruck de Redondo Beach, California, que se autodefine como izquierdista y no le gusta la política de Musk, dijo que ninguna de las reacciones negativas que había recibido sobre su nuevo vehículo había venido de gente que él imagina es liberal.

Al contrario, narró que le han levantado el dedo varios hombres que pasaban en camionetas altas, como la Ford F-150, que ha sido durante mucho tiempo el vehículo más popular en Estados Unidos.

Hace poco, Sinclair estaba en una estación de recarga de Tesla cuando oyó el ruido de un motor.

"Se acercó un tipo con una camioneta diésel grande y superpesada, y al pasar se echó a reír", relató Sinclair. "Fue extraño. Te encuentras a alguien que se echa a reír sin control".

Un modelo de Cybertruck de Tesla puliéndose durante un evento de la Agencia de Protección Ambiental en Washington, el 20 de marzo de 2024. (Pete Kiehart/The New York Times).

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