Cuando Taylor Swift lanzó el álbum "The Tortured Poets Department" en abril, Kacie Rose, una creadora que suele hacer contenidos optimistas sobre viajes, publicó un video escuchando una de las canciones.
El clip de quince segundos, que Rose subió a Instagram, mostraba su reacción: sorpresa y euforia. Dijo que quería destacar "una parte genial de la canción" y no pensó mucho más.
Sin embargo, en los días siguientes, su video recibió una ráfaga de comentarios de odio, en los que la atacaban por cosas como su aspecto o su salud mental. "Reabran los psiquiátricos", escribió un comentarista. "Los peores seres humanos que han existido", escribió otro, al parecer refiriéndose a ella y a Swift. Hubo predicciones de que Rose estaría "sola para siempre" e incluso órdenes de que se suicidara.
Los comentarios groseros, abusivos o llenos de odio no son nuevos en las redes sociales, sobre todo hacia las mujeres y las personas de color. A algunos les da la impresión de que la virulencia en internet no hace más que empeorar. Muchos creadores se han dado cuenta de que, si quieren tener éxito en internet, deben aceptar que existe este tipo de comportamiento y desarrollar estrategias para evitarlo, a veces incluso aprovechando la hostilidad para promocionar sus marcas.
Rose, cuyo nombre completo es Kacie Rose Burns, aseguró que no le gustaba que la atacaran por su video de Taylor Swift, pero también sabía que era el precio de llegar a una audiencia tan grande, que utilizó para promocionar su nuevo libro, "You Deserve Good Gelato".
Nunca se planteó abandonar las redes sociales, afirmó, y respondió a los comentarios grabando un video al día siguiente sobre la atención negativa. Mientras las capturas de pantalla de los comentarios llenaban la pantalla, leyó un capítulo del libro sobre no dejarse abatir por la gente mala.
Dijo que grabó el video para otras personas, sobre todo mujeres y niñas, que sufren abusos en internet. "Quería que supieran que no se trata de ellas", señaló.
Aunque los estudios demuestran que las publicaciones en las redes sociales que evocan emociones negativas, como el miedo, la repulsión o la ira, suscitan más interés y las plataformas las promocionan más, algunos creadores han descubierto que los comentarios negativos también se han convertido en los más visibles en los últimos años. Las publicaciones sobre los temas más desenfadados --ya sea disfrutar de un café con la pareja, recetas de pesto o incluso el lavado a presión de una casa-- pueden verse desbordadas por comentarios airados que parecen escalar rápidamente.
"La idea de que, si publicas algo tan poco amenazador como 'Me encantan los waffles', puedas recibir comentarios del tipo '¿Así que odias los hot cakes?' es una dura realidad para cualquiera que lleve un tiempo en internet", explicó Drew Afualo, una creadora con cerca de ocho millones de seguidores en TikTok conocida por sus videos en los que denuncia y responde a comentarios racistas o misóginos. "Es parte de estar expuesta públicamente a tanta gente a la vez".
Cuando las redes sociales están en su mejor momento, los creadores pueden desarrollar una comunidad de seguidores solidaria e incluso lucrativa. Cuando Rose, de 30 años, se mudó a Italia, consiguió alrededor de 500.000 seguidores en Instagram y un millón en TikTok, lo que contribuyó a que sus memorias llegaran a la lista de los más vendidos del New York Times. Sus seguidores también se apuntan a sus viajes en grupo por Europa.
"Tengo mucha suerte de contar con una comunidad muy amable, solidaria y cariñosa", afirmó, y añadió que la gran mayoría de los comentarios que recibe son positivos.
Afualo también dijo que los comentarios que recibía eran en su mayoría, "90/10", positivos.
No obstante, en un entorno en el que las duras críticas pueden convertirse en una bola de nieve, impulsadas por algoritmos que potencian las publicaciones y los comentarios que suscitan reacciones fuertes, el mundo parece a veces sombrío. Como dijo Afualo: "Ese diez por ciento puede ser muy violento a veces".
Las plataformas de redes sociales ofrecen a los usuarios la opción de bloquear seguidores. Además de esa función, muchos creadores utilizan filtros, que les permiten bloquear de manera automática los comentarios con determinadas palabras. Los usuarios también pueden desactivar sus comentarios o limitarlos a las personas a las que también siguen.
Afualo se ha dado a conocer por videos en los que denuncia los comentarios odiosos o mezquinos. Los videos suelen mostrar uno de esos comentarios, que Afualo analiza, destacando los problemas sistémicos en juego y a veces burlándose del autor, rematado con su característica carcajada aguda.
También existe la opción de ignorar lo malo y concentrarse en lo bueno.
Katie Woods, de 45 años, que publica sobre la renovación de la casa del siglo XIX de su familia en el Reino Unido, grabó hace poco un video en TikTok mostrando el proceso de lavado a presión de la casa.
Los espectadores, incluso de fuera de su región, la acusaron de dañar una pieza histórica. (La gente también criticó el sonido de su voz, el tamaño de la casa y la música elegida en el video). Pero Woods dijo que había investigado el método más seguro y contrató a profesionales para que utilizaran un lavado a presión suave.
"Una vez que una persona ha reaccionado de esa manera, es como si se amontonara", aseguró. "Se dejan de lado las inhibiciones y es una batalla campal".
No obstante, en lugar de avivar las llamas, Woods dijo que normalmente se quedaba callada. "De vez en cuando soltaba algún emoticono pasivo-agresivo con el pulgar hacia arriba, pero intentaba por todos los medios no involucrarme en la negatividad", aclaró.
Los expertos en comportamiento en internet también afirman que lo mejor suele ser ignorar los comentarios desagradables, por muy difícil que sea.
"Creo que es útil que la gente tenga en cuenta que los comentarios de odio que ven suelen ser publicados por los usuarios más extremistas", explicó William Brady, profesor adjunto de la Universidad del Noroeste, cuyo equipo de investigación estudió la indignación en internet a partir de trece millones de tuits. Añadió que el instinto de "castigar" a alguien puede ser contraproducente.
"Dar a un usuario tóxico cualquier tipo de participación (ver, me gusta, compartir, comentar) puede, irónicamente, hacer que su contenido sea más visible", escribió en un correo electrónico. "Por ejemplo, cuando la gente retuitea contenido tóxico para comentarlo, en realidad está aumentando la visibilidad del contenido que pretende criticar. Pero, si se ignora, es poco probable que los algoritmos los recojan y los difundan más artificialmente".
Woods afirmó que, en cambio, intenta concentrarse en los comentarios positivos. "A esos, los ahogo en amor", dijo, "porque centrándonos en la positividad es como todos deberíamos vivir nuestras vidas, ¿no?".
Creadores como Kacie Rose, que publica contenidos de viajes en TikTok e Instagram, han encontrado estrategias para hacer frente a los comentarios de odio en línea. (José A. Alvarado Jr./The New York Times)
Creadores como Kacie Rose, que publica contenidos de viajes en TikTok e Instagram, han encontrado estrategias para hacer frente a los comentarios de odio en línea. (José A. Alvarado Jr./The New York Times)