Las gimnastas estadounidenses ya batieron un récord olímpico: el de los cristales

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En 2016, poco antes de que Simone Biles se llevara a casa cinco medallas en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro luciendo unos leotardos adornados con cerca de 5000 cristales, GK Elite, la empresa detrás de los leotardos, anunció que había llegado al "máximo de cristales". Según un portavoz de GK, ya no era posible poner más brillantes en un cuarto de metro de tela.

Sin embargo, cuando se trata de cristales en leotardos, como sucede con la mayoría de las proezas olímpicas, los récords están hechos para batirse.

En 2021, en los Juegos Olímpicos de Tokio, las gimnastas estadounidenses lucieron leotardos con 6400 cristales. Durante la competición de este año, volverán a subir el nivel modelando algunos atuendos con más de 10.000 cristales.

"Cuantos más cristales, más impacto, más se habla de los leotardos", afirmó Jeanne Diaz, directora de diseño de GK Elite. Y no solo de los leotardos, sino también de las gimnastas que se los ponen. Un uso eficaz de los cristales "puede acentuar la rutina de las gimnastas, su línea", comentó.

"Estoy obsesionada con cómo las luces de la pista se reflejan en los cristales", dijo Sunisa Lee, medalla de oro olímpica en el concurso completo de Tokio y actual miembro del equipo nacional. "Siempre le digo a GK que necesito más".

En los últimos ciclos olímpicos, el equipo estadounidense se ha dado a conocer no solo por su destreza, sino también por cómo usan los cristales. Se ha convertido en la firma del equipo. "Todo el mundo mira al equipo estadounidense y dice: 'Quiero verme así, quiero brillar así'", aseguró Matt Cowan, Director General de GK Elite. Y él lo sabe, porque GK también diseña los leotardos de otras nueve delegaciones, entre ellas las de Canadá, Australia y México.

Como resultado, dijo, GK se pregunta constantemente: "¿Cómo podemos poner más cristales? ¿Cómo podemos introducir ese brillo y resplandor de una forma nueva?".

Este año, los diseñadores no se han limitado a poner más cristales, sino que, por primera vez, también han añadido perlas. Además, los leotardos se presentan al público semanas antes de que las atletas pisen las colchonetas en París. En parte, se trata de subrayar el hecho de que los leotardos son la prenda más enfocada en el estilo en unas Olimpiadas que se anuncian como las más "fashion" de la historia, gracias a la colaboración del grupo de casas lujo francés LVMH, matriz de Dior, Louis Vuitton y Berluti, que confeccionan productos para los Juegos.

Con este fin, los leotardos se diseñaron para reflejar la posición de París como el centro de la alta costura y se inspiran más en la pasarela que en el escenario deportivo. Como ocurre con muchas colecciones de moda, dijo Díaz, GK Elite empezó "con una presentación de tendencias y tableros de ideas".

"Son verdaderos trajes de noche", añadió. "Queríamos apoyarnos mucho en eso para París, la capital mundial de la moda. Así que utilizamos muchos elementos de alta costura, nos fijamos mucho en la corsetería, en la arquitectura Art Nouveau, en el glamur del viejo Hollywood de la década de 1920".

Entre las ocho opciones que tendrán las gimnastas para sus pruebas (para la final por equipos todas llevan el mismo estilo --el Go For Glory--, pero por lo demás pueden elegir su leotardo) está el leotardo Luminous Legacy, que tiene más de 10.000 cristales sobre una base de rojo, blanco y azul. Tiene cuello en V y un diseño de corsé en la cintura, de modo que parece casi como si la gimnasta llevara un corpiño muy elaborado.

También está el Star Spangled Shine, el leotardo equivalente al vestidito negro, con detalles de terciopelo y estrellas perfiladas en medio de un campo de 6359 cristales que crean lo que Díaz llama un "espacio negativo". Y el Freedom's Grace, un modelo blanco que es una especie de leotardo con vestido de lencería, tiene una malla de encaje transparente en la parte superior, casi 3500 cristales y un poco menos de mil perlas, las más grandes de estas tienen que coserse a mano, como en la alta costura.

"No dejo de pensar en cuál querré ponerme y cuándo", afirmó Lee.

Los leotardos también tienen un precio similar al de los trajes de noche. Si se vendieran tal cual en el mercado minorista, costarían unos 5000 dólares cada uno, según Cowan. Unas "réplicas de leotardos", sin mangas y con adornos "spanglez" que sustituyen la mayoría de los cristales, se ofrecerán a un precio más razonable de 89,99 dólares.

Poner tantos adornos en un leotardo sin que la prenda pierda su funcionalidad es tanto una proeza de ingeniería y tecnología como de diseño. "Un leotardo, aunque es una prenda de vestir, también es una parte del equipamiento", señaló Cowan. "Estamos construyendo esta armadura para el rendimiento, por lo que el chasis base tiene que ser un chasis de rendimiento". A las gimnastas se les descuenta puntos por ajustarse sus leotardos, así que el ajuste debe ser perfecto, y por eso es tan importante la innovación del cristal.

"Protegemos mucho nuestra tecnología", aseguró Kolja Kiofsky, director general de Swarovski North America, que lleva más de una década suministrando cristales a GK para el diseño de leotardos. "Es un área increíblemente competitiva, sobre todo teniendo en cuenta las condiciones extremas a las que se exponen los cristales durante los Juegos Olímpicos". (Swarovski también suministra cristales a casas de moda como Versace, Schiaparelli y Prada).

En 2014, la empresa desarrolló una talla patentada --la Xirius-- con dieciséis facetas para más brillo, y cuenta con equipos en Austria, donde Swarovski tiene su sede, dedicados a desarrollar métodos nuevos para hacer más ligeras las gemas, lo mejor para dar a las gimnastas una ventaja de rendimiento. La más pequeña solo mide dos milímetros de ancho. El objetivo, según Kiofsky, es hacerlos "ligeros como una pluma".

Aun así, 10.000 cristales son muchos. Los leotardos pesan menos de medio kilogramo, pero Díaz dice que antes de los Juegos de Tokio, "los atletas los tomaban y decían: 'Vaya, pesan mucho'".

"Pero, una vez puestos, no notan esa diferencia", indicó. (Lee dijo que para acostumbrarse al peso ligeramente mayor, calienta con su leotardo de competición). "Y nos han dicho que preferirían tener más cristales, no menos".

De hecho, dijo Lee, le gustaría estar "cubierta de cristales. Cuantos más, mejor".

En este momento, dijo Cowan, eso significaría que alguien "básicamente saldría a la calle con un traje acorazado de cristales. Pero algún día lo haremos, solo para ver cuál es el número absoluto de cristales que podemos poner en una prenda".

"Algún día", añadió, "un gimnasta dirá: 'Vengo a competir con mi armadura de cristal', y lo haremos realidad".

¿Los Ángeles 2028? Prepárense.

Imagen sin fecha de Simone Biles con el leotardo de competición Luminous Legacy del equipo olímpico femenino estadounidense de gimnasia y sus más de 10.000 cristales. (GK Elite Sportswear vía The New York Times)

Imagen sin fecha que muestra algunos de los 10.000 cristales que adornan el leotardo de competición Luminous Legacy del equipo olímpico femenino de gimnasia de Estados Unidos. (GK Elite Sportswear vía The New York Times)

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