Sábanas extra largas. Sandalias para regadera. Ganchitos y masilla para colgar cosas sin dejar marcas en la pared.
La mayoría de las universidades tienen una lista de artículos que los estudiantes de nuevo ingreso pueden llevar consigo si van a vivir en el campus, y la mayoría de las tiendas departamentales surten esa mercancía entre otras muchas cosas.
Pero hay otra lista que quizá quieras considerar y cuyo contenido no puedes conseguir al final de ningún pasillo de una tienda Target ni aparece en ninguna lista de deseos de Amazon.
Esa lista incluye el formulario necesario para que se te permita ayudar con la atención médica de tu hijo adulto y otro hecho por ti mismo que dé carta blanca para que te llamen si, por algún motivo, tu hijo termina en custodia policiaca. ¿Y qué tal si también hay por ahí una pizza nocturna que propicie la convivencia con otros estudiantes?
Este tipo de lista viene con una advertencia. Unos cuantos de estos puntos quizá sean buenos, pero cumplir toda la lista podría ser demasiado.
"Cuando los lazos con su hogar son muy marcados, los estudiantes no forman conexiones en su nuevo lugar de residencia", señaló Julie Lythcott-Haims, autora de "How to Raise an Adult" ("Cómo criar a un adulto"). "Sin proponértelo, puedes transmitirle este mensaje: 'No creo que seas capaz de resolver tus asuntos si no estoy ahí para hacerlo por ti', y ese es un mensaje que nunca queremos enviar".
La lista que compartimos a continuación sugiere algunas buenas ideas. Ninguna cuesta más de 50 dólares, o algo así, y muchas son gratis, lo cual es muy bueno en vista del tremendo costo de las colegiaturas.
Compártenos cualquier otra sugerencia que tengas. Aprovecharemos las respuestas de nuestros lectores para crear otra lista el próximo verano o el mes próximo, si recibimos pronto suficientes ideas nuevas.
FORMULARIOS Y PASES
Poder notarial de atención médica
Shari George Polur, abogada de Louisville, Kentucky, especializada en atención a adultos mayores y personas con discapacidad, les dio a dos de las amigas de su hija un regalo muy novedoso para su graduación de preparatoria, que espera nunca tengan que usar: un poder notarial de atención médica.
A partir de que cumplimos 18 años, tenemos derecho a tomar nuestras propias decisiones médicas y comenzamos a gozar de las protecciones a nuestra privacidad consignadas en la Ley de Transferencia y Responsabilidad del Seguro Médico. Un poder notarial de atención médica les otorga facultades a los padres o tutores para tomar decisiones de índole médica, además de que también puede darles acceso a expedientes médicos en caso de alguna eventualidad que deje incapacitado a su hijo.
"Puedes autorizar poco o mucho, como quieras", explicó Polur. También recomienda tramitar un poder notarial general para actos legales y financieros, gracias al cual los padres también pueden ocuparse de esos asuntos en caso necesario.
Consentimiento para los estudiantes que todavía no cumplen 18 años
Si bien las leyes de privacidad impiden que un padre se entere de las enfermedades que sufre su hijo mientras está en la universidad, es posible que también sea un obstáculo para que los estudiantes que no han cumplido 18 años reciban cierto tipo de atención médica si no cuentan con permiso explícito de los padres.
La Universidad de Florida Central, por ejemplo, pide un formato de consentimiento cuando los estudiantes de este grupo solicitan terapia. Karen R. Hofmann, directora de los servicios de psicología y orientación de la escuela, sugiere dialogar sobre el asunto en vez de solo firmar. Si un adolescente nunca antes ha visto a un psicólogo, el hecho de que un padre lo anime puede ayudarle a combatir cualquier resistencia o vergüenza al respecto.
Tarjeta telefónica y un comodín para todo tipo de dificultades
Quienes fueron a la universidad en la época de los teléfonos públicos tal vez recuerden las tarjetas que podías usar para pagar tus llamadas telefónicas. Compra una en eBay o tan solo imprime la imagen de una y ponla en un marco de plástico. Luego, dásela a tu hijo con instrucciones de que su primera llamada sea para comunicarse contigo cuando enfrente desafíos importantes, sin importar de qué se trate.
Por ejemplo, podría haber algún arresto por el uso de identificaciones falsas o por alterar el orden público. O por participar en manifestaciones e invadir propiedad privada. Pero si tu hijo te tiene más miedo a ti que a las autoridades, quizá nunca te llame.
Entrégale la tarjeta y escribe algo así: "Sé que harás todo lo posible para no meterte en problemas. Pero si sufres algún traspié, no dudes en llamarme para que te ayude a resolverlo". Por cierto, para resolver el problema quizá haya que pagar alguna fianza o cubrir multas. En realidad, esta tarjeta telefónica también puede funcionar como un comodín para salir de cualquier tipo de dificultad.
Si se presenta algún embarazo relacionado con tus hijos, recuerda que no todas las opciones de atención médica están disponibles en todos los estados o áreas. ¿Quieres ser la primera persona a la que llame en ese caso también? Tienes que decirlo. En esa instancia, la segunda llamada tal vez sea a la universidad, que quizá cuente con fondos de emergencia disponibles para sufragar costos de viaje.
DINERO Y SALUD
Tarjeta de usuario autorizado (también de emergencia)
Quizá los padres recuerden cuán fácil era en el pasado para un estudiante de grado sacar una tarjeta de crédito.
Ya no es así, debido a algunos cambios en la legislación federal. Ahora, en general, deben haber cumplido 21 años para solicitarla de manera independiente.
Considera la posibilidad de una tarjeta de las llamadas "de usuario autorizado". La tarjeta tiene grabado el nombre de tu hijo, pero los cargos se hacen a una sola cuenta la tuya.
¿Te preocupa? La tarjeta puede ser una opción que use solo en caso de emergencia. Sin importar como la utilices, esta tarjeta también le ayudará a tu hijo a crear un historial crediticio y lograr una calificación de crédito decente. Claro que todo esto será posible solo si pagas a tiempo tus facturas y conservas otros buenos hábitos, pues tu buena conducta se relacionará con el usuario autorizado.
Historial médico y documentos compartidos
En algún momento recibirás una llamada o un mensaje de texto de tu hijo enfermo o lesionado, y es posible que ocurra en un momento inoportuno para ti.
"Van a estar ahí sentados, a la una de la mañana, y van a necesitar algunas puntadas", comentó Lisa Heffernan, cofundadora de Grown & Flown, una comunidad y sitio web para padres de adultos jóvenes.
Tal vez no puedas contestar, y es probable que tu hijo no sepa cuándo recibió la última vacuna contra el tétanos.
Una posible solución es crear una carpeta en la que guardes documentos digitales que podrían ser útiles, como los registros de vacunas y recetas médicas, además de su historia clínica pediátrica. Puedes agregar fotos de licencias de conducir, tarjetas del seguro médico, la primera página del pasaporte y cualquier otra cosa que pueda ser útil o corra el riesgo de perderse.
No ocuparán más espacio en el auto ni inflarán mucho las cuentas, pero ayudarán a mantener más seguro a tu estudiante universitario. También puede haber pepperoni. (Tim Alexander/The New York Times).
No ocuparán más espacio en el auto ni inflarán mucho las cuentas, pero ayudarán a mantener más seguro a tu estudiante universitario. También puede haber pepperoni. (Tim Alexander/The New York Times).