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Corea del Norte asegura haber probado el lunes un misil con una "ojiva supergrande". Corea del Sur tiene misiles similares, destinados a atacar búnkeres subterráneos.
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Corea del Norte informó el martes que había probado un nuevo misil balístico con una "ojiva supergrande", el acontecimiento más reciente en una carrera armamentística con Corea del Sur en la que ambos países compiten por introducir armas de poder cada vez más destructivo.
Dos de los nuevos misiles, conocidos como Hwasong-11Da-4.5, fueron lanzados el lunes, cada uno con una ojiva simulada que pesaba 4,5 toneladas, según la Agencia Central de Noticias de Corea del Norte. Los misiles balísticos suelen llevar ojivas que pesan menos de una tonelada.
Corea del Sur ya cuenta con misiles similares que pueden transportar ojivas de gran tamaño. El coronel Lee Sung-jun, portavoz de las fuerzas armadas surcoreanas, indicó que se creía que los misiles norcoreanos de la serie Hwasong-11 podían transportar cargas de entre media tonelada y 2,5 toneladas, pero que era "teóricamente posible" modificarlos para transportar una carga de 4,5 toneladas.
No obstante, Lee acusó a Corea del Norte de exagerar engañosamente sus capacidades en el informe del martes. Uno de los dos misiles que el Norte lanzó el lunes se estrelló en un campo vacío tras un vuelo "anormal", dijo.
Estados Unidos ha acusado a Corea del Norte de suministrar misiles Hwasong-11 a Rusia para que los utilice contra Ucrania. Tanto Piongyang como Moscú han negado comerciar con armas, lo que violaría las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas impuestas a Corea del Norte en virtud de su programa de armas nucleares.
El lanzamiento del lunes fue la segunda prueba armamentística de envergadura que el Norte da a conocer desde que su líder, Kim Jong-un, recibió al presidente ruso Vladimir Putin para una serie de conversaciones en Piongyang el 19 de junio. La semana pasada, Corea del Norte afirmó por primera vez que había probado tecnología para lanzar varias cabezas nucleares con un solo misil; el Sur también puso en duda ese informe.
Corea del Sur, aludiendo a la creciente amenaza nuclear del Norte, ha incrementado su propio gasto militar en los últimos años. Esto incluye el desarrollo de misiles balísticos con ojivas de gran tamaño, destinados a atacar los búnkeres subterráneos en los que Corea del Norte guarda su arsenal nuclear y donde sus líderes políticos y militares podrían refugiarse en caso de guerra. El Sur también ha adquirido aviones furtivos estadounidenses.
En 2020, Corea del Sur dijo que había desarrollado un misil balístico con "una de las ojivas más grandes del mundo". En 2021, Kim prometió desarrollar una "ojiva nuclear supergrande", y más tarde, ese año, Corea del Norte dijo que había lanzado un nuevo misil balístico capaz de transportar una ojiva de 2,5 toneladas.
Funcionarios de defensa surcoreanos afirmaron posteriormente que estaban desarrollando un misil balístico con una ojiva aún mayor. Los medios de comunicación surcoreanos afirmaron que podría transportar una carga útil de hasta ocho toneladas.
La visita de Putin a Piongyang el mes pasado causó temores en la región de que Rusia ayudara a Corea del Norte a desarrollar sus misiles a cambio de grandes envíos de proyectiles de artillería, misiles balísticos y otros pertrechos convencionales para la guerra de desgaste de Rusia en Ucrania. Kim y Putin también firmaron un tratado que incluía un compromiso de defensa mutua en caso de que cualquiera de los dos países fuera atacado.
Corea del Norte dijo que su prueba de misiles de esta semana fue un éxito "de gran importancia". Los resultados se comunicaron en una reunión plenaria del Comité Central del gobernante Partido de los Trabajadores que finalizó el lunes, según informó la prensa estatal. Se dijo que el Hwasong-11Da-4.5 se volverá a probar a finales de este mes.
Kim ha utilizado las reuniones del Partido de los Trabajadores para establecer objetivos políticos y reforzar su control del poder. Por primera vez, las fotos de los medios de comunicación estatales de la última reunión mostraron a los delegados llevando pines con la imagen de Kim, como los que han llevado durante años para honrar a los predecesores de Kim como líder supremo, su padre y su abuelo.
Choe Sang-Hun es el jefe de la corresponsalía de The New York Times en Seúl. Cubre noticias de Corea del Norte y del Sur. Más de Choe Sang-Hun