La Corte Suprema de Israel falla que los judíos ortodoxos deben servir en el ejército

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El tribunal decretó que no había base para eximir a los ultraortodoxos del servicio militar, una decisión que amenazaba con dividir el gobierno de Netanyahu en medio de la guerra en Gaza.

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La Corte Suprema de Israel dictaminó el martes que el ejército debe comenzar a reclutar a hombres judíos ultraortodoxos, una decisión que amenazaba con dividir al gobierno de coalición del primer ministro Benjamín Netanyahu en medio de la guerra en Gaza.

En una decisión unánime, nueve jueces sostuvieron que no había base legal para la exención militar concedida desde hace tiempo a muchos estudiantes de religión ultraortodoxos. Dada la ausencia de una ley que distinga entre seminaristas y otros hombres en edad de alistarse, el tribunal dictaminó que las leyes de servicio obligatorio del país deben aplicarse igualmente a la minoría ultraortodoxa.

En un país donde el servicio militar es obligatorio para la mayoría de los hombres y mujeres judíos, la exención de los ultraortodoxos ha provocado resentimiento durante mucho tiempo. Pero el enfado por el trato especial que se dispensa a este grupo ha aumentado a medida que la guerra en Gaza se ha prolongado hasta su noveno mes, obligando a decenas de miles de reservistas a cumplir múltiples turnos y costando la vida de cientos de soldados.

"En estos días, en medio de una guerra difícil, la carga de esa desigualdad es más aguda que nunca, y requiere el avance de una solución sostenible a este problema", dijo la Corte Suprema en su sentencia.

La decisión amenazaba con ampliar una de las divisiones más dolorosas de la sociedad israelí, enfrentando a los judíos laicos con los ultraortodoxos, quienes afirman que sus estudios religiosos son tan esenciales y protectores como los militares. También puso de manifiesto las fisuras de la coalición de Netanyahu, que depende del apoyo de dos partidos ultraortodoxos que se oponen al servicio militar obligatorio de sus electores, incluso mientras otros israelíes mueren y resultan heridos en Gaza.

Los tribunales israelíes ya han fallado en contra de la exención anteriormente, incluyendo decisiones de la Corte Suprema en 1998, 2012 y 2017. El máximo tribunal ha advertido en repetidas ocasiones al gobierno que, para continuar con esta política, debe plasmarla en una ley --aunque esa ley estaría sujeta a recursos de inconstitucionalidad, como fue el caso de las anteriores--, y le ha dado tiempo para elaborar la legislación.

Sin embargo, durante siete años, desde que se anuló la última ley, los sucesivos gobiernos israelíes han dado largas a la elaboración de una nueva legislación. En 2023, la ley finalmente caducó, lo que llevó al gobierno israelí a ordenar a los militares que simplemente no reclutaran a los ultraortodoxos en tanto que los legisladores trabajaban en una exención.

El martes, el tribunal indicó que su paciencia se había agotado al anular esa orden, tachándola de ilegal. Sin embargo, no fijó un plazo para que el ejército comience a reclutar a decenas de miles de estudiantes religiosos en edad de alistarse, medida que probablemente supondría un desafío logístico y político descomunal, además de la resistencia masiva de la comunidad ultraortodoxa.

Gali Baharav-Miara, fiscal general de Israel, dijo el martes en una carta a los funcionarios del gobierno que el ejército se había comprometido a reclutar al menos a 3000 estudiantes religiosos ultraortodoxos --de los más de 60.000 en edad de ser reclutados-- durante el próximo año. Señaló que esa cifra no llegaría ni de lejos a salvar la brecha existente en el servicio militar entre la comunidad ultraortodoxa y los demás judíos israelíes.

En lugar de esto, el dictamen incluye un medio de presionar a los ultraortodoxos para que acepten el fallo del tribunal: la suspensión de millones de dólares en subvenciones gubernamentales concedidas a las escuelas religiosas, o yeshivas, asestando así un golpe a instituciones veneradas en el corazón de la comunidad ultraortodoxa.

La sentencia del tribunal amenaza a la frágil coalición de Netanyahu, que incluye a miembros laicos que se oponen a la exención y a partidos ultraortodoxos que la apoyan. La ruptura de filas de cualquiera de los dos grupos podría provocar el colapso del gobierno, con lo que se tendría que convocar a nuevas elecciones en un momento en que el apoyo popular al gobierno está por los suelos. La oposición en el Parlamento israelí quiere en gran medida poner fin a la exención.

Los atentados llevados a cabo por Hamás el 7 de octubre, los cuales desencadenaron la actual guerra en Gaza, relajaron en cierta medida la postura de los ultraortodoxos sobre el servicio militar obligatorio. Algunos dirigentes declararon que aquellos que no pudieran estudiar las escrituras deberían ir al ejército.

"Aun así, lo máximo que la comunidad ultraortodoxa está dispuesta a dar es mucho menos de lo que el público israelí en general está dispuesto a aceptar", dijo Israel Cohen, comentarista de Kol Barama, una emisora de radio ultraortodoxa.

Sin embargo, los partidos ultraortodoxos, que tienen pocas opciones aceptables, podrían no estar dispuestos a derribar la coalición de Netanyahu, explicó. "No ven una alternativa, así que intentarán que funcione mientras puedan", dijo Cohen. "En un intento de preservar el gobierno, cederán más de lo que podrían haber estado dispuestos a hacer hace un año".

Por ahora, el ejército debe idear un plan para prepararse ante la posibilidad de recibir en sus filas a miles de soldados que se oponen a servir y cuyo aislamiento y tradiciones chocan con una fuerza de combate moderna.

La decisión del tribunal abre "una gran herida política en el corazón de la coalición" con la que Netanyahu debe lidiar urgentemente, afirmó Yohanan Plesner, presidente del Instituto de Democracia de Israel, un grupo de expertos con sede en Jerusalén.

En un comunicado, el partido Likud de Netanyahu criticó a la Corte Suprema el haber emitido una sentencia cuando el gobierno planeaba aprobar una ley que dejaría obsoleto al caso. De acuerdo con el partido, esta propuesta del gobierno aumentaría el número de reclutas ultraortodoxos, al tiempo que reconocería la importancia de los estudios religiosos.

No está claro si la propuesta de Netanyahu resistiría el escrutinio judicial. Sin embargo, de ser aprobada por el Parlamento, una nueva ley podría enfrentarse a años de impugnaciones, dando al gobierno tiempo adicional, señaló Plesner.

La decisión tomada por la Corte Suprema el martes provocó la indignación inmediata de los políticos ultraortodoxos, pues muchos ultraortodoxos ven el servicio militar como una puerta de entrada a la asimilación a una sociedad israelí secular que llevaría a los jóvenes a desviarse de un estilo de vida guiado por la Torá, las escrituras judías.

"El Estado de Israel se creó para que fuera un hogar para el pueblo judío, para el que la Torá es la base de su existencia. La sagrada Torá prevalecerá", declaró el lunes Yitzhak Goldknopf, ministro ultraortodoxo del gobierno.

Tras el ataque del 7 de octubre llevado a cabo por Hamás en el sur de Israel, los israelíes se unieron en su determinación a contraatacar. Sin embargo, cuando se pidió a miles de soldados de reserva que sirvieran en Gaza por segunda y tercera ocasión, las fisuras de la sociedad israelí resurgieron rápidamente.

Algunos analistas israelíes advierten que la guerra podría extenderse a otros frentes en Cisjordania y la frontera norte con Líbano, lo que llevaría al gobierno a llamar a más reclutas y tensaría aún más las relaciones entre los judíos laicos y los ultraortodoxos.

Muchos israelíes, tanto laicos como religiosos y ultraortodoxos, ven al tema del servicio militar obligatorio como otro choque dentro de una batalla cultural más amplia sobre el futuro cada vez más incierto del país.

Los judíos ultraortodoxos han estado exentos del servicio militar desde la fundación de Israel en 1948, cuando los dirigentes del país les prometieron autonomía a cambio de su apoyo en la creación de un Estado mayoritariamente laico. En aquel momento, solo había unos cientos de estudiantes de yeshiva.

Los ultraortodoxos han superado el millón de personas y representan aproximadamente el 13 por ciento de la población israelí. Ejercen una influencia política considerable y sus líderes electos forman parte de la mayoría de los gobiernos de coalición israelíes.

Sin embargo, a medida que crecía el poder de los ultraortodoxos, también lo hacía la ira provocada por su no incorporación al ejército y su contribución poco relevante a la economía. En 2019, Avigdor Lieberman, antiguo aliado de Netanyahu, rechazó su oferta de unirse a una coalición que legislara la exención del servicio militar para los ultraortodoxos. La decisión contribuyó a enviar a Israel a repetidas elecciones: cinco en cuatro años.

El año pasado, luego de que Netanyahu volviera al poder al frente de su actual coalición, intentó legislar un plan para debilitar al poder judicial del país, lo que desencadenó protestas masivas. Para los ultraortodoxos, que apoyaron la reforma judicial, una de las principales motivaciones era asegurarse de que la Corte Suprema ya no pudiera obstaculizar su capacidad para evitar el reclutamiento.

Ron Scherf, teniente coronel de las reservas israelíes, dijo que muchos soldados se sentían frustrados por cumplir múltiples turnos de servicio durante la guerra, mientras que a los israelíes ultraortodoxos "para empezar nunca se les llama a filas".

Scherf, activista de Hermanos de Armas, una agrupación de soldados de la reserva que se oponen a Netanyahu preguntó: "¿Cómo puede Israel permitir que toda una comunidad quede exenta de sus deberes cívicos?".

Gabby Sobelman y Myra Noveck colaboraron con reportería.

Aaron Boxerman es periodista becario del Times especializado en noticias internacionales. Más de Aaron Boxerman

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