Después de un siglo, una planta reaparece cerca de un arroyo en Vermont

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El avistamiento en fotografía llegó por casualidad a los ojos de una botánica estatal de Vermont, quien no daba crédito.

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Para quien rara vez busca algo más allá de unas llaves o un teléfono móvil extraviados, la vida de un botánico podría parecer imposiblemente poética: peinan campos de flores silvestres o recorren musgosas riberas en busca de plantas escurridizas con nombres como junco hermoso y falsa menta áspera.

Esta singular imagen encajó cuando el estado de Vermont anunció el mes pasado que una planta que se creía extinguida en la zona --la hierba falsa sirena-- había sido encontrada gracias a una cadena de acontecimientos que parecían sacados de un cuento de hadas.

Todo empezó con una bióloga de tortugas del estado, Molly Parren. El 7 de mayo había estado inspeccionando el hábitat de las tortugas de bosque en el condado rural de Addison cuando vio junto a un arroyo unos ajos de montaña, que son extremadamente raros. Parren hizo una foto y se la envió a su colega Grace Glynn, botánica del estado de Vermont.

Pero cuando Glynn abrió la foto, otra planta, visible en primer plano, captó su atención. Enseguida supo de qué se trataba: Floerkea proserpinacoides, o hierba falsa sirena, una hierba que no se había documentado en Vermont desde hacía más de un siglo y que Glynn había buscado en vano durante años.

Enseguida llamó a Parren. "No vas a creer lo que acabas de encontrar", le dijo. A continuación, Glynn llamó a su amigo Matt Charpentier, un botánico de campo de Massachusetts que la había ayudado a buscar falsas sirenas en Vermont en los últimos años, mientras realizaba una búsqueda similar en Massachusetts.

"Me dijo: '¿Tienes donde sentarte?', e inmediatamente supe que había encontrado Floerkea", contó él sobre la llamada telefónica. "Era la época del año adecuada".

(Una "persona emocional", como según él mismo admite, Charpentier dijo que una vez se entusiasmó tanto después de escuchar que se había localizado una planta en peligro de extinción --Schwalbea americana, redescubierta en Cape Cod en 2018-- que retrocedió contra otro automóvil en un estacionamiento).

"Hubo muchos gritos", reconoció Glynn sobre su propia reacción cuando notó la Floerkea en la foto.

La hierba falsa sirena, discreta y fácil de pasar por alto, aparece a finales de abril, florece durante aproximadamente un mes y se retira a principios de junio. Sus delicadas características, incluidas las flores de apenas un centímetro de ancho, hacen que sea difícil de ver e identificar.

Su nombre hace referencia a su parecido superficial con las colas de caballo (marsh mermaid-weed, en inglés), una planta acuática que puede adaptarse a vivir en costas fangosas.

El día después de que se avistara la falsa sirena, Glynn corrió a la zona rural para confirmar su presencia en persona. Encontró una densa alfombra, "tantas plantas que era difícil imaginar cómo se habían pasado por alto", dijo.

Sin embargo, su incredulidad le resultaba familiar. "Ocurre a menudo: la gente dice: 'No se nos puede haber pasado'", dijo. "Pero nos pasa, y nos sentimos humildes una y otra vez; eso me encanta".

Lejos de ser una anomalía, los redescubrimientos de plantas que se creían extinguidas son una característica relativamente habitual de la botánica de campo. La mayor parte del trabajo de un botánico consiste en buscar y documentar plantas raras y amenazadas, y utilizar ese conocimiento para intentar protegerlas, dijo Glynn, quien adquirió sus conocimientos en el programa de naturalistas de campo de la Universidad de Vermont.

Al carecer de personal, ella también depende de los informes de campo de aficionados a la botánica de lugares remotos que, como Parren, envían sus propios avistamientos.

Mientras recorre los bosques, ciénagas y praderas del estado, Glynn tiene en mente decenas de especies perdidas pero no olvidadas, extraídas de una lista estatal de unas 600 plantas que se actualiza cada pocos años. Cada una lleva un índice de rareza, desde S3 y S2 (algo raras) hasta S1 (extremadamente raras) y SH. La H significa "histórica", es decir, que la planta se encontraba en Vermont pero no se ha visto en décadas y puede haber desaparecido.

Los botánicos se reúnen periódicamente para reflexionar sobre la situación de cada especie.

"Es algo como: 'El siguiente es el junco de raíz roja, ¿qué opinas? ¿Lo ves?'", dice Glynn. "Algunas plantas raras van bien, se expanden, por lo que hay que bajar de categoría: pasarlas de S1 a S2, por ejemplo".

Entre las que van bien está el helecho Crepidomanes intricatum, un espécimen "raro" que vive en cuevas y parece "una pelusa, o un pequeño estropajo", dijo. Una vez clasificado como S1, ha pasado a S3 y puede que desaparezca de la lista, un hito que puede provocar emociones encontradas.

"Es un poco como enviar a un hijo a la universidad", dijo Glynn. "Te alegras porque quieres que sean independientes, pero también es un poco triste".

Por difícil que sea encontrar especies escurridizas, es más difícil determinar por qué prosperan o disminuyen, y qué relación pueden tener estos cambios con el cambio climático. Las inundaciones se citan como uno de los posibles factores de la desaparición de la falsa sirena de Vermont. Sin embargo, según Glynn, las inundaciones del verano pasado pueden haber contribuido a su florecimiento en el arroyo donde se encontró, al depositar sedimentos y crear un hábitat más acogedor.

Para ayudar a preservar la especie, enviará algunas semillas de Floerkea a un banco de semillas de Massachusetts que alberga más de 230.000 semillas de plantas raras autóctonas de Nueva Inglaterra, como reserva para un futuro incierto.

También ha actualizado el estado de la planta, desplazándose por un menú desplegable en la pantalla de su computadora y haciendo clic una vez para cambiar la clasificación de Floerkea de SH --una planta conocida en su día, pero perdida-- a S1, extremadamente rara, pero innegablemente presente.

"Es un rayo de esperanza", dijo Charpentier sobre tales ocasiones, "en un mundo por lo demás sombrío".

Jenna Russell es la reportera principal del Times para Nueva Inglaterra. Trabaja cerca de Boston. Más de Jenna Russell

Sin pretensiones y fácil de pasar por alto, la hierba falsa sirena brota a la vista a finales de abril, florece durante aproximadamente un mes y se retira a principios de junio. (Departamento de Pesca y Vida Silvestre de Vermont via The New York Times)

Grace Glynn, la botánica del estado de Vermont, inspeccionando la hierba falsa sirena. (Departamento de Pesca y Vida Silvestre de Vermont via The New York Times)

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