Israel pausa la ofensiva y se abre la posibilidad de recibir ayuda en Gaza

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La nueva política, que responde a la preocupación de que los combates hacían demasiado peligrosa la entrega de ayuda, se afianzó cuando Netanyahu, cada vez más aislado, disolvió su gabinete de guerra.

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El ejército israelí informó el lunes que había suspendido las operaciones durante el día en algunas zonas del sur de la Franja de Gaza, al mismo tiempo que una nueva política anunciada un día antes parecía afianzarse, junto con las cautelosas esperanzas de que permitiera hacer llegar más alimentos y otros bienes a los civiles desesperados.

Los trabajadores humanitarios dijeron que esperaban que la pausa diaria en la ofensiva israelí hiciera menos peligroso el reparto de suministros vitales a zonas del centro y el sur de Gaza desde Kerem Shalom, un paso fronterizo clave entre Israel y Gaza, eliminando uno de los muchos obstáculos a sus asediadas operaciones.

Sin embargo, las agencias de ayuda advirtieron de que otras restricciones a la circulación, así como la anarquía en el territorio, seguirían dificultando la satisfacción de las necesidades más urgentes de los gazatíes que luchan por sobrevivir tras ocho meses de guerra.

Con la disminución de las reservas en el sur de Gaza, "puede que durante un par de semanas tengan alimentos suficientes, pero si no podemos acceder a ellos y mantenerlos, entonces será un gran problema", afirmó Carl Skau, subdirector del Programa Mundial de Alimentos, brazo de Naciones Unidas que distribuye alimentos en Gaza. El suministro de alimentos en el sur de Gaza estaba "más estabilizado hace un mes, pero ahora estamos realmente preocupados", dijo Skau, quien visitó Gaza la semana pasada.

El cambio en las operaciones israelíes se produjo cuando el primer ministro Benjamín Netanyahu disolvió el gabinete de guerra que había formado tras los ataques del 7 de octubre dirigidos por Hamás, según declaró el lunes un funcionario israelí, lo que pone de manifiesto las tensiones en el seno de su gobierno sobre el futuro de la campaña militar israelí en Gaza.

El funcionario caracterizó la decisión de Netanyahu como un movimiento en gran medida simbólico después de que dos de los cinco miembros del gabinete de guerra, Benny Gantz y Gadi Eisenkot, dimitieran la semana pasada en medio de desacuerdos sobre la dirección de la guerra.Ambos, ex jefes militares, son miembros destacados de la oposición centrista en el Parlamento al gobierno de derecha.

Su renuncia dejó a Netanyahu más aislado, escuchando a un abanico más reducido de voces, sin el aire de unidad entre partidos que el gabinete de guerra al menos había sugerido. "Lo que tiene ahora es más bien una cámara de eco", dijo Mitchell Barak, un encuestador y analista israelí que trabajó como ayudante de Netanyahu en la década de 1990.

La disolución del gabinete de guerra "centraliza su poder y lo solidifica, y hace mucho más difícil cualquier motín", dijo Barak.

También deja en suspenso la cuestión de si los socios de extrema derecha de Netanyahu en la coalición, Itamar Ben-Gvir, ministro de Seguridad Nacional, y Bezalel Smotrich, ministro de Finanzas, se unirán al gabinete de guerra. Eisenkot ya se había quejado de que la influencia del Ben-Gvir se había cernido sobre los debates del gabinete de guerra, a pesar de que no era miembro.

Tras la dimisión de Gantz, Ben-Gvir presionó para conseguir un puesto en el gabinete de guerra, escribiendo en las redes sociales que "ya era hora de tomar decisiones valientes, lograr una verdadera disuasión y ofrecer una verdadera seguridad a los residentes del sur, del norte y de todo Israel".

Por ahora, las decisiones importantes sobre la guerra en Gaza --como si se debe acordar un alto el fuego con Hamás-- seguirán sometiéndose a un gabinete de seguridad israelí más amplio, que incluye a Ben-Gvir y Smotrich. Ambos han defendido firmemente que la ofensiva militar israelí en Gaza debe continuar hasta la destrucción de Hamás.

El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, y asesores cercanos a Netanyahu como Ron Dermer, ex embajador israelí en Estados Unidos quien fue miembro sin derecho a voto del gabinete de guerra, también seguirán dando forma a la política de guerra.

La pausa del ejército israelí en las operaciones diurnas en partes del sur de Gaza se anunció el domingo, después de que grupos de ayuda pidieran al ejército que les facilitara las operaciones en torno al paso fronterizo de Kerem Shalom entre Israel y Gaza. No se aplica a las zonas del centro de Gaza, donde muchos palestinos han huido de los combates en Rafah.

"Lo que habíamos pedido eran ventanas para acceder a Kerem Shalom sin tener que coordinarnos tan estrechamente con las Fuerzas de Defensa de Israel: poder entrar y salir, y que los camiones entraran y salieran, con más libertad", dijo Scott Anderson, director adjunto para Gaza de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA por su sigla en inglés) la principal agencia de las Naciones Unidas para los palestinos, refiriéndose a las Fuerzas de Defensa de Israel.

Israel ha argumentado que no existen límites a la cantidad de ayuda que permite entrar en Gaza. Suele culpar a los grupos de ayuda desorganizados --así como a los robos cometidos por Hamás-- de la imposibilidad de trasladar alimentos del control israelí al palestino.

"Creemos que su principal problema es logístico, y que no están haciendo lo suficiente para superar esos problemas logísticos", declaró Shimon Freedman, portavoz de COGAT, la rama del Ministerio de Defensa israelí que se coordina con los grupos de ayuda.

Los fiscales de la Corte Penal Internacional han acusado a los dirigentes israelíes de restringir la entrega de ayuda y piden su detención por cargos como el uso de la inanición como arma de guerra.

Cuando Israel invadió Rafah a principios de mayo, obstaculizó la capacidad de los grupos de ayuda para distribuir suministros desde Israel y provocó el cierre de la única ruta de ayuda entre Egipto y Gaza, en Rafah.

El cierre del paso fronterizo de Rafah y los combates en torno a él obligaron a los grupos de ayuda y a los vendedores comerciales a dirigir una mayor parte de sus convoyes a través de Israel, donde los camiones entran en Gaza por el paso fronterizo de Kerem Shalom.

Una vez que los alimentos están dentro de Gaza, las organizaciones humanitarias los transfieren a sus propios vehículos y los distribuyen. Estos grupos afirman que Israel hace muy poco para garantizar la seguridad de quienes entregan la ayuda, y citan ataques contra convoyes y trabajadores humanitarios, incluidos ataques aéreos israelíes.

Gaza se ha convertido en el lugar más mortífero del mundo para los trabajadores humanitarios, según informó Naciones Unidas el lunes, con al menos 250 muertos desde que comenzó la guerra en octubre, entre ellos casi 200 empleados de la principal agencia de la ONU que opera allí, UNRWA.

El ejército israelí dijo el lunes que había matado a más de 500 combatientes en Rafah desde que comenzó la ofensiva allí a principios de mayo, reduciendo drásticamente la capacidad de dos de los cuatro batallones de Hamás en la ciudad. Los otros dos batallones estaban operando a un "nivel medio", dijo el ejército.

Los ataques israelíes también han dañado las rutas de suministro en Gaza, obstaculizando el paso de los convoyes, y multitudes de gazatíes desesperados interceptan a menudo los camiones en busca de alimentos. La escasez de efectivo ha impedido a muchos civiles comprar los alimentos que traen a Gaza los convoyes comerciales.

Y a medida que se acerca el verano, aumenta la necesidad de agua potable, dijo Anderson, director adjunto de UNRWA en Gaza.

En las últimas semanas, Israel ha permitido a los grupos de ayuda un mayor acceso al norte de Gaza, donde los temores de hambruna fueron una vez mayores, abriendo más puntos de acceso al norte. Los grupos de ayuda afirman que el saneamiento y la atención a la salud siguen siendo lamentablemente inadecuados en el norte de Gaza, aunque el suministro de alimentos haya mejorado.

"Estábamos conduciendo a través de ríos de aguas residuales por todas partes", dijo Skau, funcionario del Programa Mundial de Alimentos.

Mientras Israel prosigue sus operaciones en Gaza, también sigue intercambiando disparos con militantes de Hizbulá, una poderosa milicia respaldada por Irán que opera en el sur del Líbano y lleva meses atacando zonas del norte de Israel en apoyo de Hamás.

En los últimos días, los ataques tanto de Israel como de Hizbulá se han intensificado, lo que hace temer que puedan desencadenar otra guerra en toda regla.

El lunes, un funcionario de la Casa Blanca, Amos Hochstein, se reunió en Israel con Netanyahu y otros dirigentes israelíes en un momento en que el gobierno de Biden trata de evitar un conflicto más amplio entre Hizbulá e Israel.

Hochstein también se reunirá con funcionarios de Beirut, la capital libanesa, según John Kirby, portavoz de seguridad nacional de la Casa Blanca. "No queremos una escalada", declaró Kirby a la prensa en Washington. "No queremos ver un segundo frente".

Patrick Kingsley es el jefe de la corresponsalía en Jerusalén, y lidera la cobertura de Israel, Gaza y Cisjordania Más sobre Patrick Kingsley

Adam Rasgon es reportero del Times en Jerusalén y cubre asuntos israelíes y palestinos. Más sobre Adam Rasgon

Michael Levenson cubre noticias de última hora para El Times desde Nueva York Más sobre Michael Levenson

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