DAKAR, Senegal -- El mes pasado, en una cancha de baloncesto al aire libre rodeada de arena salpicada de conchas marinas, un hombre preparaba a un grupo de chicas adolescentes durante un ejercicio. El rebote entrecortado de sus dribles se alternaba en el aire caliente con un sonido a la distancia: unos hombres que martillaban clavos en madera mientras los veía un macho cabrío blanco que balaba.
El entrenador, Abibou Sall, de 34 años, les indicó a sus jugadoras que driblaran por la línea de banda, primero con la mano izquierda y luego con la derecha. Les dijo que no miraran el balón, pues quería que las chicas aprendieran a confiar en sus manos.
Sall es preparador físico del Pikine Basket Club, un equipo que entrena en el Centro Jacques Chirac. Unos 600 niños juegan baloncesto en este centro recreativo de Pikine, un suburbio cercano a Dakar. Los más pequeños, de 6 a 7 años, empiezan en el juego con canastas miniatura. Los mayores tienen 18 años. Sall también es un gran aficionado de la NBA.
"Soy un apasionado, veo todos los partidos", afirmó Sall. "Nunca duermo", dijo en broma.
Es una imagen que le encantaría a la NBA: un devoto de su liga que les enseña baloncesto a los jóvenes en un continente en el que ve oportunidades económicas tremendas.
Durante más de 20 años, la NBA ha promovido el baloncesto en África, donde ha invertido cientos de millones de dólares. El objetivo es cultivar una base inmensa de aficionados potenciales, como lo ha hecho en China, y al mismo tiempo aprovechar la rica cantera de talento del continente.
Gran parte del trabajo de la liga se concentra en Senegal, donde opera una academia para jugadores con edad de bachillerato, una oficina de NBA Africa y la sede de la Basketball Africa League. Entre los inversionistas de NBA Africa se encuentran exjugadores de la NBA y el expresidente Barack Obama. La Basketball Africa League, o BAL, se anunció en 2019 con la FIBA, el órgano rector internacional de este deporte. Su primera temporada fue en 2021.
Aunque NBA Africa todavía no es rentable, la inversión parece estar dando resultados. El fútbol tal vez siga siendo el rey de los deportes en el continente, pero el baloncesto es cada vez más popular. Personas de todo el continente africano juegan en equipos de clubes locales y en programas extracurriculares. La NBA ha generado buena voluntad construyendo canchas, bibliotecas y hogares; administrando campamentos de baloncesto y otros programas de desarrollo; y apoyando la igualdad de género. Sin embargo, hay quienes se preguntan si se puede mantener el apoyo necesario para que florezca el baloncesto.
"A pesar de lo mucho que invertimos en África, la oportunidad es tan enorme que me preocupa que no estemos invirtiendo lo suficiente", declaró Adam Silver, comisionado de la NBA, en una entrevista. "Hay tantas oportunidades, pero no siempre es fácil saber cómo desplegar el capital, con qué gobierno deberíamos colaborar, quiénes son los intermediarios honestos. Así que vamos aprendiendo sobre la marcha".
En la actualidad, alrededor del 10 por ciento de los jugadores de la NBA son africanos o tienen al menos un padre de África. Una gran mayoría de sus jugadores son afroamericanos.
La liga también es consciente de las cifras de crecimiento demográfico, según las cuales en 2050 uno de cada cuatro habitantes del planeta será africano.
La primera oficina africana de la liga se abrió en Johannesburgo en 2010. Once años después, se abrió una segunda en Dakar, y luego abrieron otras en ciudades como Lagos, Nigeria; El Cairo y Nairobi, Kenia. En 2021, se contactó a inversionistas y socios estratégicos, incluido Obama, para ayudar a que NBA Africa se convirtiera en una entidad autónoma que operara sus oficinas y la BAL.
Más allá del dinero, la NBA enfatizó la conexión y la experiencia. La mayoría de los inversionistas en NBA Africa y la BAL son africanos o han realizado negocios o labores humanitarias en África.
Luol Deng, quien jugó en la Universidad de Duke y luego pasó 15 temporadas en la NBA, fue uno de los exjugadores que invirtieron. Deng, de 39 años, nació en lo que ahora es Sudán del Sur y huyó con su familia a Egipto cuando era niño. Es el presidente de la federación de baloncesto de Sudán del Sur, la cual obtuvo la clasificación automática de África para los Juegos Olímpicos de este año en París.
Una tarde reciente, Deng estaba en el estadio Dakar Arena, donde observaba cómo las gradas se llenaban de aficionados antes de un partido de la BAL.
"Pasé de ser un refugiado en Egipto, sin nunca haber visto un partido de baloncesto, a estar en la NBA", comentó. "Así que ahora imagínate lo que es para estos niños. Esto está en su patio trasero".
Con la BAL, la NBA logró algo que no pudo hacer en China: ayudar a establecer una liga que pudiera operar. Los doce equipos de la liga juegan en tres conferencias, que incluyen a los seis campeones de las ligas de Angola, Egipto, Nigeria, Ruanda, Senegal y Túnez. Seis equipos ganaron su lugar este año en un torneo de clasificación. Los partidos de clasificación se jugaron en Pretoria, Sudáfrica, El Cairo y Dakar y ocho equipos pasaron a las eliminatorias en Kigali, Ruanda.
Amadou Gallo Fall, presidente de la BAL, espera que algún día la liga pueda convertirse en una de las mejores del mundo. "Creemos que cuando los niños están expuestos al baloncesto, si tienen acceso, les encantará", afirmó.
El primer evento oficial de la NBA en el continente fue un campamento de Basketball Without Borders para adolescentes en 2003. Desde entonces, la liga ha organizado programas de Jr. NBA para niños pequeños en 19 países africanos y abrió su NBA Academy en Senegal para jugadores de élite en edad de bachillerato del continente.
"He hecho muchos amigos, hermanos; son chicos de aquí de la academia", comentó Khaman Maluach, un centro de 2,18 metros que jugará para la Universidad de Duke en Carolina del Norte la próxima temporada. "Es muy especial".
Silver señaló que pasaría "un tiempo" antes de que los emprendimientos de la NBA en África fueran rentables y que la liga iba retrasada en sus proyecciones, en parte porque la pandemia de la COVID-19 restringió el inicio de la BAL. No obstante, Silver afirmó que la liga estaba alcanzando sus objetivos de asistencia y audiencia.
Y parece que el impacto de la NBA está creciendo en África.
Aziz Sy, de 34 años, creció en Dakar y dirige una incubadora de negocios. Empezó a seguir la NBA cuando era un niño. Mientras observa cómo hay empresas y gobiernos extranjeros que intentan establecerse en África, le preocupa que algunos de ellos no piensen lo suficiente en los desafíos que enfrentan los africanos.
En su opinión, la NBA ha sido distinta. "Han tratado de comprender la región y a la gente", mencionó.
Aziz Sy, quien se volvió aficionado de la NBA de niño en Dakar y la considera un lugar donde los negros marcan la agenda cultural, en Dakar, Senegal, el 7 de junio de 2024. (Carmen Abd Ali/The New York Times)
Jugadores adolescentes durante un entrenamiento en NBA Academy en Saly, Senegal, el 10 de mayo de 2024. (Carmen Abd Ali/The New York Times)