New CaledoniaFrancePolitics and GovernmentDemonstrations, Protests and RiotsConstitutionsMacron, Emmanuel (1977- )
Las autoridades francesas han emprendido una movilización "masiva" de las fuerzas de seguridad desde que estalló la violencia por una enmienda constitucional en el territorio del Pacífico Sur.
El gobierno de Francia declaró el miércoles estado de emergencia en Nueva Caledonia en su intento por sofocar los letales disturbios en el territorio semiautónomo del Pacífico francés.
Las autoridades francesas han emprendido lo que han denominado una movilización "masiva" de las fuerzas de seguridad desde que estallaron violentas protestas en Nueva Caledonia esta semana por una propuesta de enmienda a la Constitución francesa que cambiaría las normas de votación local en el territorio. Una votación en el Parlamento francés que aprobó la enmienda el martes desencadenó los disturbios mortales de la noche a la mañana.
"La prioridad es restablecer el orden, la calma y la serenidad", declaró el miércoles Gabriel Attal, primer ministro de Francia, a los legisladores.
El gobierno francés dijo que más de 1800 agentes de seguridad ya estaban en el territorio y que 500 refuerzos llegarían en las próximas 24 horas. En una reunión de crisis, Attal dijo que el ejército estaba siendo desplegado para asegurar los puertos y el aeropuerto.
Varios comercios y edificios públicos, incluidas escuelas, han sido saqueados o incendiados, según el alto comisionado francés. Cuatro personas han muerto en relación con los disturbios, entre ellas un agente del orden, según las autoridades. Y otros cientos han resultado heridos, entre ellos 64 policías y gendarmes, según un comunicado del Alto Comisionado de la República en Nueva Caledonia.
Cerca de 200 personas habían sido detenidas hasta el jueves hora local, según el comunicado, y el Ministerio del Interior había emitido cinco órdenes de detención contra personas sospechosas de auspiciar los disturbios.
El estado de emergencia, que durará 12 días, otorga a las autoridades más facultades policiales, permitiéndoles promulgar prohibiciones de tráfico, poner a la gente bajo arresto domiciliario, prohibir protestas y llevar a cabo redadas sin la supervisión judicial habitual.
El presidente Emmanuel Macron, quien convocó una reunión de crisis el miércoles, expresó su "fuerte sentir" por las muertes y su gratitud a las fuerzas de seguridad francesas, según indicó su despacho en un comunicado.
"Toda violencia es intolerable y será objeto de una respuesta implacable" para garantizar que se restablezca el orden, decía el comunicado, agregando que Macron había acogido los llamamientos a la calma de otros funcionarios.
En una señal de la seriedad con que las autoridades estaban tratando la situación, Macron pospuso un viaje programado para el jueves en el que se disponía a inaugurar un nuevo reactor nuclear en Normandía.
Francia se anexionó Nueva Caledonia, conformada por puñado de islas con una población de unos 270.000 habitantes, en 1853. Fue una de las pocas colonias, junto con Argelia, que Francia pobló deliberadamente con colonos blancos. En la actualidad, los canacos autóctonos constituyen alrededor del 40 por ciento de la población, mientras que los europeos suponen alrededor de una cuarta parte.
La perspectiva de la independencia y la desigualdad social han alimentado durante décadas las tensiones en el territorio. Desde 2018 se han celebrad tres referendos de independencia en el territorio, que tiene una autonomía poco común en Francia; ninguno consiguió suficientes votos.
Tras un conflicto armado que se cobró decenas de vidas en la década de 1980 --un levantamiento conocido como les événements, o "los acontecimientos"--, el gobierno francés llegó a un acuerdo con los militantes independentistas que prometía un cambio.
El cambio constitucional propuesto --que amplía la posibilidad de que los ciudadanos franceses voten en las elecciones provinciales-- crispó los ánimos. Los activistas independentistas de Nueva Caledonia expresaron su temor a que diluyera su movimiento y reflejara un intento más agresivo del gobierno francés de imponer su voluntad sobre el territorio.
Nueva Caledonia es un punto de apoyo crucial para Francia en la región del Indo-Pacífico, y las autoridades francesas han advertido de que una Nueva Caledonia independiente, dotada de vastas aguas territoriales y níquel, podría caer rápidamente bajo el dominio de China.
El censo electoral de Nueva Caledonia está congelado desde 2007, y solo quienes figuraban en él en 1998 pueden votar en las siguientes elecciones locales. Según Adrian Muckle, profesor de Historia de la Universidad Victoria de Wellington, Nueva Zelanda, y experto en Nueva Caledonia, la enmienda otorga el derecho de voto a todos los ciudadanos franceses que lleven 10 años viviendo en el territorio, lo que supone un aumento de entre 20.000 y 25.000 personas en el censo.
Las tensiones han aumentado en las últimas semanas, y las protestas se tornaron violentas el lunes por la noche.
En un intento de aliviar la tensión, el gobierno de Macron ha prometido no promulgar el cambio constitucional --que requeriría convocar una sesión especial del Parlamento para su votación-- hasta finales de junio. También ha invitado a grupos a favor y en contra de la independencia a mantener conversaciones para intentar alcanzar un acuerdo local.
El Front de Libération Nationale Kanak et Socialiste (FLNKS, o Frente de Liberación Nacional Canaco y Socialista), principal grupo independentista, condenó la votación de la enmienda constitucional en un comunicado el miércoles, pero también llamó a la calma.
Afirmó que la oferta del gobierno francés de organizar conversaciones era una "oportunidad" para garantizar que "las demandas de todos y cada uno, incluidos quienes protestan, puedan ser escuchadas y tomadas en cuenta".
El Alto Comisionado francés de la República en Nueva Caledonia dijo que se mantendría el toque de queda impuesto el martes en la capital, Noumea, así como la prohibición de toda reunión pública. El aeropuerto internacional de Numea permanece cerrado desde el martes, con todos los vuelos comerciales cancelados, y las autoridades locales declararon que las escuelas permanecerían cerradas hasta nuevo aviso.
Aurelien Breeden es reportero del Times en París, desde donde cubre noticias de Francia. Más de Aurelien Breeden